Chapter Text
Ser el rey del infierno era algo efímero y muy aburrido, Lucifer no podía decir en qué momento la monotonía había tomado posesión de su vida, nunca se considero un líder ni mucho menos, de eso se encargaba Lilith, al menos cuando estaba ahí con ellos, pero desde su desaparición en extrañas circunstancias, Lucifer se distanció de su hija, y del mundo en general, rara vez salía de su castillo solitario, y los patitos se volvieron una obsesión dañina que simplemente lo mantuvo distraído por un momento hasta que volviera a recordar que estaba completamente solo.
O al menos así fue hasta hace 4 años. Después de que su hija Charlie, la princesa del infierno y su más grande tesoro, inició su proyecto, del que no tenía muchas esperanzas, pero que le regalo la reconciliación con el único ser que le quedaba genuinamente y le dio la esperanza y sorpresa de que la redención era posible.
Ver que muchas cosas pudieron haberse evitado, no le dio la satisfacción que esperaba, pero al menos le hizo sentir mejor respecto a haberlo intentado al menos una vez. Por una vez su orgullo se trasladó a otra persona de manera positiva, se sintió reivindicado, él no era el que traería paz al mundo ni la redención, no era su destino, pero sí de su hija, ella sería la que limpiaría los pasos manchados de pecados de sus padres, ella era el verdadero orgullo, ella era la verdadera esperanza.
Desde entonces se prometió que ayudaría y apoyaría cada cosa que su hija hiciera, por más loco que pareciera, por más inocente que sonara la visión de su hija y por más que su orgullo le gritara que no, él estaría para su princesita, compensaría lo mucho que le hizo falta.
Con eso en mente, se concentró en gobernar ahora un poco más presente el infierno, o al menos el anillo del Orgullo, y a petición de Charlie, conocer más a fondo a quienes se supone que quieren salvar, eso lo trajo a esta situación en general.
_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_
Paseando por el infierno en una de sus salidas semanales, de nuevo, a petición de Charlie para evitar que se encerrara en el castillo o en su resort del hotel, Lucifer noto algo que nunca pensó volver a ver en mucho tiempo, o mejor dicho a alguien.
Sentado en un bar solitario, charlando con un Imp bartender, se divisó una figura enorme e imponente con dos alas doradas, una máscara de luces led con cuernos enormes y una túnica blanca, tomando una malteada de fresa.
— De todos los lugares existentes, jamás pensé en encontrarte aquí…
— Jodete — replicó el Ángel caído frente a la barra sin voltearlo a ver.
— ¿Puedo saber qué haces aquí?
Adam siguió sin ver a Lucifer, y se centró en su malteada, comenzó a resolverla de manera curiosa con una pajita y respondió.
— Tomando malteada, ¿No es lógico? Oh cierto, tu no entiendes de lógica.
Lucifer sabía que Adam solo quería fastidiarlo, y no quería darle el gusto de darle lo que quería, así que contra todo el impulso de brindarle una paliza en ese momento, respiró y sonrió de manera arrogante mientras se sentaba a un lado del ángel caído, para fastidio del mismo.
— Sírveme algo también, tu eh… Chico.
— Su nombre es Roger…
— ¿Qué bebida le sirvo, su majestad? — preguntó el Imp, con respeto pero temor en igual medida.
— Oh… Nunca pensé más a futuro… ¿Qué piden los jóvenes hoy en día?
Adam dio un suspiro lleno de fastidio mientras le daba un último sorbo a su malteada y respondía
— Dale cualquier bebida que contenga Manzana, un Apple Manhattan, un Apple Pie Shot, un Appletini, Sour de manzana o lo que sea… y que tenga temática de patos… Eres bueno con esos Roger, y de paso rellena nuevamente el mio…
El Imp observó por un momento a Adam con una mirada un poco confusa y de regreso a Lucifer quien con un encogimiento de hombros y una sonrisa incómoda asintió con la cabeza, haciendo que el Imp se moviera e hiciera su orden.
— ¿Cómo es que haces para que no te tengan miedo a pesar de ser prácticamente un ex exterminador? — preguntó genuinamente Lucifer.
Adam siendo Adam, ignoró a Lucifer, siendo igual de mezquino que siempre, o al menos desde que Lucifer tiene memoria.
— Oye, te estoy hablando, no seas así… Me estoy tomando la molestia, como dice Charlie, de entenderte… — un poco molesto Lucifer inflo los cachetes indignado y se volvió a otro lado — Bien, veo que no quieres hablar.
El silencio incómodo se intensificó mientras esperaban sus bebidas, pasaron solo 2 minutos que Lucifer sintió como horas, sentados en una barra que no tenía a nadie alrededor.
— Vaya, parece un poco solitario aquí ¿Verdad? — dijo nuevamente Lucifer con una sonrisa forzada, tratando de sacar conversación.
— Dos ángeles caídos de los cuales uno es rey del infierno y otro fue un exterminador están tomando una copa, no lo sé… sentido de autopreservación le llaman — dijo con fastidio Adam.
Lucifer comenzó a comprender y simplemente dejó salir un “Oh” a la par que comenzaba a hablar.
— Entonces ¿No me seguirás ignorando? ¿Crees que podamos tener una conversación decente?
— Contigo dudo que se pueda tener algo decente…
De nuevo se hizo el silencio hasta que Roger les entregó las bebidas, para Lucifer un Apple Manhattan y para Adam una malteada normal.
Ambos comenzaron a tomar de sus bebidas, Lucifer con cierta cautela, no es que no tomara alcohol, es decir, en el hotel tenían un bar y Husk hacia buenas bebidas, no sabe cuántas veces fue al bar a desahogarse con el mismo pecador felino, pero esto era diferente, una cosa es tomar para desahogarse y otra tomar simplemente para fastidiar a tu “Enemigo”.
— Entonces ¿Cuánto tiempo llevas aquí abajo?
— Oh bueno veras, llevo aquí unos “No es tu incumbencia” y vivo en la colonia “ocúpate de tus propios asuntos” — dijo el ángel con una sonrisa cruel y sarcástica — Se me agotó el apetito, nos vemos después Roger…
Adam simplemente salió mientras el Imp Roger lo despedía con la mano.
— Nos vemos luego Dick Master — dijo con una sonrisa mientras volvía su atención a Lucifer — ¿Se le antoja algo más majestad?
— No, creo que esta bebida es suficiente, parece una especialidad… — dijo Lucifer tratando de hacer desaparecer su incomodidad de quedarse solo con un Imp que ni siquiera conocía — Entonces… Am… ¿Cuántas veces viene a tu bar? Parece que lo conoces bien…
— Viene aquí al menos dos veces por semana, pero es muy espontáneo así que no sabría decir que días vendrá o no… así que procuro estar siempre preparado…
— Veo que son amigos, o algo parecido…
— No diría que amigos. Solo conocidos, y después de que me contó casi toda su historia, me es difícil no sentir aunque sea un poco de aprecio por el tipo…
Lucifer se quedó un rato sorbiendo su bebida en silencio, pensando en sus opciones, lo que haría con lo que sabía.
_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–_–
— Charlie, No sabrás lo que acabo de encontrar — dijo Lucifer entrando al hotel y dirigiendo toda la atención hacia él.