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Kinktober 2025

Chapter 2: Neuvillette - Luna Llena

Notes:

🥀Neuvillette🥀
Luna Llena
Cronología: Fantasy AU
Advertencias: Contenido Sexual, Lenguaje Sexual, Incesto, Sexo Semi-público, Oviposition, Doble Penetración(?)

Chapter Text

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—Así que... ¿Sin boda?, ¿Solo la formalidad del Contrato Matrimonial?— preguntó aquel hombre de cabellos negros —Eso me parece bastante aburrido y monótono, incluso para la situación en la que se encuentran.

—Wriothesley, ¿De verdad crees que tengo cabeza para pensar en una boda?— respondió el otro, dejando caer sobre el escritorio los documentos que revisaba —Ni siquiera he logrado digerir todo lo que ha pasado.

—Bueno, entiendo eso, después de todo... No debe ser fácil aceptar el hecho de que tus padres te hayan obligado a casarte con tu propia hermana— dijo, causando una mueca en el otro —Pero, según recuerdo, ustedes no es que fuesen muy cercanos, ¿O sí?

—Mi hermana siempre estuvo ocupada en sus propios asuntos con otras partes de la familia, así que no, no tenemos una cercanía muy evidente entre nosotros— expresó —Pero eso no quita el hecho de que sea mi hermana, que compartamos sangre... Es algo que no me hace sentir cómodo con todo esto, ¿Sabes?

—Creo que tu familia exagera con el hecho de preservar su sangre y genes puros, esto ya es demasiado.

—Pues, teniendo en cuenta que mis padres son primos segundos, y que tengo familia que también nacieron por parejas de hermanos... Tal vez es algo que podría haberme esperado, pero igual no es de mi agrado.

—Es una pena que casi no queden dragones, y que las hembras sean tan escasas... Pero, al menos espero que encuentres algún aspecto bueno en todo esto, Neuvillette.

—No es como que tenga otra opción— suspiró, volviendo su vista a los papeles que tenía delante, mientras su compañero daba otro sorbo a su taza de té.

En efecto, esa situación lo había tenido de los nervios desde el momento en que había recibido la noticia, o mejor dicho, la orden de sus padres para casarse con la que actualmente, y la que para el resto de su longeva vida, sería su esposa. Quien no podía ser nada más y nada menos que su propia hermana menor.

La joven _____, la única hembra soltera y sin reclamar entre toda su familia de Dragones del Mar, un linaje ancestral entre las criaturas míticas y sangradas de todo Teyvat que había estado disminuyendo con el paso de los años, tras tantas guerras y el crecimiento de la población humana en cada una de sus naciones, así como el mestizaje entre otras razas que hubiese en el territorio.

Había sido un caos en primera instancia, pues esa joven había sido el objetivo de muchos machos de su familia, pero sus padres creían, por alguna razón que a él no le entraba aún en la cabeza, que lo mejor sería juntar a sus dos preciosos hijos en matrimonio, para que pudiesen seguir con su linaje. 

Aún recordaba ese día hace poco más de un año, cuando les habían dado la noticia a ambos en medio de una elegante cena familiar, anunciando sin más el compromiso entre ellos que ni siquiera había sido de conocimiento previo para los mismos prometidos. Era obvio que sus tíos y demás familia habían reclamado sobre esa decisión, enojándose y diciendo que el matrimonio entre hermanos ya era completamente desorbitado aún cuando la costumbre de la endogamia prevalecía entre los suyos.

Una cosa era un primo segundo, un familiar lejano... Pero un hermano directo, era inaceptable.

Pero claro, se trataba de la familia principal entre los suyos, los Patriarcas entre el Clan de Dragones del Mar, y eso hacía que su decisión fuera inapelable, incluso para esos dos hermanos que se habían visto envueltos en una situación que les resultaba más que desastrosa a sus ojos, sin poder hacer nada más que resignarse a su destino y a las ordenes de sus padres.

Neuvillette era el siguiente jefe de familia, y el siguiente Patriarca entre los Dragones del Mar, así que siempre había estado envuelto en una educación rigurosa y muy estricta para alcanzar la máxima perfección para su trabajo. Esto es lo que lo había mantenido alejado de su hermana menor, quien había sido instruida en otras cosas, como lo eran los rituales característicos de su raza, las cuestiones artísticas, algunas cosas de administración en caso de tener que ayudar a su hermano en un futuro, entre otras cosas.

Habían sido bastante distanciados, no por voluntad propia, si no porque su rol en la vida así lo había dictaminado. Pero una cosa no quitaba a la otra, y por ello, esa distancia no eliminaba como tal el sentirse extraños al saber que su pareja sería la persona que llevaba la misma genética que el otro.

El día en que esa unión se había vuelto oficial había sido realmente muy distinto a lo que se podía esperar de algo así. No se había celebrado una gran boda en los jardines de sus propiedades, no había música alegre y cantos de parte de sus invitados o de alguna orquesta a la que se hubiese contratado, ni siquiera una recepción esplendida que demostrase ante todos la riqueza y el cierto poder que seguían teniendo los suyos frente a los demás.

Solo se habían limitado a juntarse ambos prometidos, sus padres y sus respectivos testigos para realizar las firmas de aquellos papeles que hacían oficial el matrimonio entre ellos. Fácilmente, el día más gris e incomodo de todas sus vidas.

Después de ello, aún cuando se había preparado una habitación para ambos en su hogar, habían optado por seguir usando sus respectivas habitaciones privadas, continuando con su vida como si nada de eso hubiese pasado. Su último intento por negarse a esa nueva realidad en sus vidas, se podría decir.

Algo que, desgraciadamente, no iba a poder continuar por mucho tiempo.

 

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Las noches de Luna Llena en plena Primavera. Lunas brillantes en el cielo nocturno que hacían el escenario de la noche aún más bello de lo que ya lo era en las propiedades de aquella familia mística y ancestral.

Aunque también marcaban el inicio de un periodo bastante importante y que no debía pasar de largo por nadie entre ellos: La temporada de mayor fertilidad en las hembras, las pocas semanas en el año que podían quedar embarazadas y tener a una nueva cría para su raza, para continuar con su linaje.

Esto era señalado visiblemente por esas marcas azuladas que aparecían en varias partes de sus cuerpos, las cuales ya tenían normalmente al llegar a su madurez sexual, pero que se hacían mas evidentes y cubrían más parte de su cuerpo cuando su cuerpo entraba en ese estado de "Celo", una expresión que le parecía vulgar, pero que era lo que mejor podía definir ese estado tan sensible en el que aquella chica ahora se encontraba.

En sus formas humanoides, los Dragones del Mar aun conservaban algunas escamas en sus piernas y brazos, además de que tenían esos apéndices que sobresalían entre su cabello y también por su espalda baja, los cuales también cambiaban a un color más brillante en las hembras cuando su fertilidad estaba en su punto máximo.

Sus feromonas eran evidentes, y cualquier macho podría ser atraído fácilmente a ellas para que esto pudiese terminar en la creación de algún descendiente. 

"Necesitamos que ustedes dos tengan herederos cuanto antes. Así que más vale que aceptes esto de una vez y cumplas con tu papel como marido. Tu esposa va a estarte esperando todas las noches de esta Primavera, y espero que al menos en Luna Llena ocurra algo entre ustedes."

Es lo que le había dicho su padre días antes después de la cena, notando como _____ solo se había encogido de hombros al escuchar un poco de lo mencionado, mientras su madre le replicaba que ella también debía seguir su tareas como esposa y como hembra de su familia. Sí, ambos estaban entre la espada y la pared, como siempre.

En efecto, él notaba que _____ estaba cada noche en la habitación matrimonial de ambos, que ella era puesta ahí por sus damas de compañía, arreglándola con cuidado en caso de que su esposo apareciera en el sitio para poder cumplir ambos con sus deberes maritales, cosa que no había ocurrido hasta ahora, puesto que Neuvillette seguía un tanto inquieto con ello.

Pero justo esa noche, esa Luna Llena, había logrado moverse por los pasillos de la preciosa mansión, cari arrastrando los pies hasta estar cerca de esa habitación, aunque deteniéndose en aquel balcón para poder admirar la Luna mientras su cabeza seguía perdida entre todos esos infinitos pensamientos, tratando de encontrar alguna razón por la cual seguir su camino hasta esa recamara, o para volver a la propia.

—Nuestros padres van a seguir molestándonos hasta que obtengan lo que quieren.

Aquella suave voz le sacó de si mismo por un instante, hasta girarse y encontrarse con aquella chica en las puertas del balcón, vestida con ese bonito camisón sobre su cuerpo, que apenas cubría lo necesario y dejaba a la vista casi todas esas preciosas marcas que su ser había detallado para ese periodo por el que estaba atravesando.

—Sé muy bien que no estas de acuerdo con todo esto, yo tampoco, pero no es algo que podamos remediar— expresó, con una voz un tanto seria, acercándose un poco más a él —Es un deber que tenemos que cumplir, como muchos otros que tenemos sobre nuestros hombros.

—... ¿De verdad estas dispuesta a todo esto, _____?, ¿Aún sabiendo que esta unión es demasiado...?

—Fui educada para cumplir con las ordenes que se me dan, para cumplir con mi papel como hembra que debe dar a luz a tantos hijos como me sea posible para preservar nuestra raza— afirmó sin dudarlo —Realmente me es igual si tengo que hacer esto, si tengo que tener intimidad con mi hermano, pues tampoco es como que tengamos ese lazo tan fuerte entre nosotros para escandalizarnos por algo así.

Un ligero escalofrió recorrió al hombre al escuchar aquello. Él sabía que su hermana era muy directa al hablar, que desde siempre había sido una chica un tanto fría y que no metía sus propios sentimientos u opiniones dentro de lo que hacía o decía. Como ella misma había dicho, siempre había sido educada para seguir lo que sus padres le decían, lo que le ordenaban, todo para mantener un linaje y una visión bastante decente en su familia, o al menos en lo que se podía.

Después de todo, las hembras en su familia, a pesar de ser muy preciadas por lo escasas que estas eran, también eran bastante reducidas a su papel reproductivo y cuidador de los herederos que estas llegasen a dar a luz. Después de todo, dar a luz a un Dragón nunca había sido fácil, ni siquiera entre su propia especie.

—Solo es un par de veces si es necesario, y podemos tener a los hijos que quieras, no tengo problema con eso— dijo ella, dejando aún más descolocado al otro —Eso también me serviría a mí para entretenerme un poco.

—_____, de verdad, hablas de esto como si fuese tan fácil.

—Por que lo es, tú eres el que se pone mil pretextos en la cabeza para no hacerlo.

—Eres mi hermana... No puedo verte así, no es tan fácil verte así.

—Entonces olvídate de eso, olvídate de que soy tu hermana, de que compartimos sangre— mencionó, mirándole a los ojos —Ignora todo lo que te hace detenerte, lo que hace que te sientas sucio con esto.

—Eso es complicado cuando todo esto es tan repentino, cuando yo aún lo estoy aceptando.

—Claro, y mientras más tiempo pasa, más te vas a seguir torturando con algo que puedes resolver tan fácil y de una vez por todas.

—_____...

—Si sigues haciendo esto... Realmente eres patético, Neuvillette.

Un silencio se hizo entre ambos, siendo el mayor quien había fijado sus ojos en aquella chica que le miraba con severidad, cruzandose de brazos con ese semblante un tanto fastidiado.

—Eres patético, ¿Cómo es posible que el que supuestamente es el siguiente líder de nuestra familia tenga ese dilema tan tonto en su cabeza?, después de que te dan la oportunidad de seguir tu linea de sangre, y quieres desperdiciarla... Que tontería...

—No... No es eso y lo-...

—¿Sabes lo que darían nuestros primos o tíos por ponerme las manos encima?, ¿Por tener a una hembra con la que reproducirse?, ellos se habrían peleado por mí, pero no, tuvieron que encadenarme al único macho en esta familia que no está dispuesto a pasar unas miseras noches conmigo para procrear... Y eso me fastidia como no tienes una maldita idea-...

Esas palabras fueron interrumpidas en cuanto Neuvillette se había logrado mover de su sitio, tomando con fuerza a esa chica por sus brazos y golpeándola fuertemente contra la pared del sitio, teniéndola acorralada de un momento a otro mientras está soltaba esos quejidos de dolor por la acción tan descuidada.

Sus ojos femeninos fueron hasta los de aquel hombre, notando como estos había pasado de ser tan pacíficos como siempre, hasta el punto de verse un tanto nerviosos y en ese punto casi al filo del enojo por las palabras de la chica.

Había tocado alguna fibra sensible, justo como lo había querido.

—Sí... Por más que quieras hacerte el decente, es obvio que tus instintos van a activarse en cuanto escuches que la que se supone que es tu hembra, puede estar con alguien más, ¿Verdad?— murmuró, con ese tono desafiante —Eso es normal, Neuvillette. No somos como los humanos, esto es lo que sucede entre nosotros, no tenemos esos tabues que te creas en tu cabeza.

—Incluso para nosotros... La reproducción entre hermanos es un pecado, no se llega a ese punto.

—Pero tú y yo tenemos el linaje más puro, el que sobresale entre todos nosotros... ¿No es eso algo que deberíamos aprovechar para tener a los mejores herederos?

—...— sus palabras no salieron en ese momento, apretando aún más la piel sensible de la chica, que volvió a quejarse un poco del dolor —Creo que ya recordé por qué otra razón no hemos sido tan cercanos en todo este tiempo.

—¿Ah?, ¿Te molesta que te digan la verdad?, ¿Que te sean sinceros?, es normal cuando vives tan cómodamente y teniendo más libertad en lo que haces... Una suerte que yo nunca he tenido.

—Y esto solo es seguir obedeciendo órdenes y siendo la muñeca de nuestros padres.

—Puede ser, pero... También es algo que yo quiero, ¿Sabes?— dijo, logrando captar de nuevo la atención del otro —Si te doy hijos, seré respetada por todos, seré la esposa del líder de la familia y la madre de sus herederos... Tendré más libertad porque sé que tú me lo vas a permitir... Podré respirar tranquila por primera vez, quejarme de algo que no me gusta porque mi madre y mi padre no van a estar ahí para recriminarme, y por qué a mi esposo no le va a importar mucho lo ye haga.

Tú, hermanito mío, puedes darme esa libertad que tanto anhelo... Y yo también puedo darte la tuya... Lo único que tienes que hacer, es poner algunos bebes en mi vientre... Fácil, ¿No?

La mirada del mayor se afiló en ese momento, mientras sus manos mantenían el fuerte agarre en los brazos de la chica, notando como esas marcas azuladas que se esparcian por la piel de la otra brillaban un poco, como sus apéndices azulinos que sea deslizaban sobre su cabello temblaban un poco.

Por primera vez en ese rato, comenzaba a notar esos pequeños detalles en ella, ese agradable aroma en su cuerpo parecido a la brisa del mar, la calidez de su piel y lo vulnerable que se veía entre sus manos.

—... Eres demasiado molesta cuando empiezas a hablar en ese tono, ¿Qué acaso no te educado bien?, ¿O te saltaste algunas lecciones por lo aburrida que estabas?— la chica sonrió.

—Puede que me haya distraído un poco en algunas. Disculpa si me he pasado un poco en mi forma de expresarme. No era mi intención hacer enojar a mi esposo~

—Pues vaya que me has molestado, ¿Sabes?; esa no es manera de hablar para la dama que se supone que es mi mujer.

—Lo siento. No volverá a pasar, lo prometo.

—Sí, sé que no volverá a pasar... De eso estoy seguro.

Un ligero gritito salió de los labios de la chica al sentir como el otro bajaba una de sus manos hasta la parte inferior de su camisón, llegando a tirar de la tela hasta degarrarla y dejar descubierta si piel hasta un poco más arriba de su ombligo, algo que ciertamente le tomó por sorpresa a la fémina.

—E-Espera, ¿Qué haces?— preguntó, notando como el otro la sostenía aún contra la pared —Neuvillette, la habitación está cerca de-...

—Lo sé, pero no creo que sea muy necesario que te lleve hasta ahí para seguir con esto, ¿O sí?

—¡¿E-Eh?!, ¡Alguien nos podría ver!— exclamó —Los sirvientes a veces hacen algunas guardias nocturnas y-...

—Si haces tanto ruido, es obvio que se van a dar cuenta de esto— dijo, llevando sus manos hasta su espalda baja, acariciando delicadamente los delicados apéndices que salían de esa zona —Así que, quédate callada, ¿Sí?

La chica llevó una de sus manos hasta su boca al sentir las caricias del hombre sobre sus partes delicadas, haciendo que estás mismas vibrasen con cada roce de sus dedos, lo que provocó la primera sonrisa ladina de aquel sujeto en esa noche.

—Estas en los días en que tu cuerpo está tan sensible y receptivo para cualquier macho... Sobretodo para quien se supone que es tu pareja, ¿No?— murmuró, bajando sus manos hasta las ligeras bragas de la otra —Entonces, no debería ser muy difícil llevar a cabo el... Apareamiento, ¿Verdad?

—Y-Yo... Neuvi...— un suave gemido salió de sus labios al sentir los dedos del otro pasar por encima de sus bragas humedecidas encima de su entrepierna, deleitandole con sus reacciones.

—No... No será para nada fácil que tú cuerpo me reciba.

Las manos del ojizarco la dejaron tranquila por unos momentos, aunque con su corazón bombeando bastante rápido debido a todo lo ocurrido en poco tiempo, y su respiración algo más acelerada, escuchando simplemente como él deslizaba también parte de su ropa por su cuerpo, más en concreto parte de sus pantalones y su ropa interior.

Eso, hasta que los ojitos de esa chica se habían abierto por completo al notar lo que se encontraba justamente debajo de la prendas del otro, hasta el punto de tragar con fuerza al recordar perfectamente una de las razones por las cuales el apareamiento en su especie era todo un "ritual".

—¿Qué?, ¿En tus lecciones no te dijeron que los machos de nuestra especie tenemos dos de estos?— pronunció con esa sonrisa arrogante, volviendo a tomar las caderas de la chica —Por favor, claro que lo sabías, solo que no te imaginabas que fuesen así de grandes, ¿Verdad?

—A-Ah... Yo... Yo no...— ella se tensó, notando los dedos del mayor deslizabdo sus bragas por sus piernas.

—Tranquila, las hembras están hechas para resistirnos y poder recibirnos en su interior, incluso cuando nunca lo han hecho antes— murmuró, lanzando esa prenda a un lado, junto a los retazos de su camisón —Después de todo, esto es lo que querías, ¿No?

 

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—N-Neuvi... E-Espera... Estás muy adentro... ¡Ah!— el pequeño gemido salió de los labios de la fémina al sentir como aquel miembro entraba una y otra vez en su pequeña vagina, como sus paredes de abrían cada vez que reclamaba lo que era suyo, hasta el punto de tenerla hecha un desastre húmedo entre sus piernas y su rostro.

—¿Acaso te sientes incómoda?, porque yo te veo enloquecida de placer~...— dijo, ajustándola para que enredase sus piernas alrededor de su cintura —Mira tu rostro, estás tan roja y no dejas de gemir, y ni hablar de lo mojada que estás en esa bonita entrada tuya.

—No es eso... Solo que es demasiado... Es... Es mucho...— murmuró, aferrándose también a sus hombros —Se siente raro... Es demasiado para mí cabeza.

—Oh... Eso es el placer que te estoy causando; ¿No te dijeron nada de eso en tus lecciones?— preguntó, bajando sus labios hasta su cuello para besarlo con suavidad, a lo que la otra se estremecía —¿No te dijeron que esto de aparearse también era algo que te podía gustar?... Que malos fueron contigo~

—Yo creí que solo era para tener hijos, no sabía que esto... Que podías causarme todo esto.

—¿Y eso te molesta?— siseo, pero la chica no respondió en esa ocasión, tan solo apretando sus labios para no gemir demasiado fuerte, recibiendo una mordida en su hombro en respuesta a su silencio, lo quelemhizo chillar de sorpresa —Contestame.

—N-No... No me molesta— susurró, sosteniendose con fuerza —Me... Me gusta, y mucho~

—Eso es bueno— contestó —Después de todo, vamos a tener que repetirlo en varias ocasiones, ¿Verdad?

—Ah... ¿De verdad lo haremos?, ¿Ya te ha gustado la idea?, ¿Aún cuando lo estés haciendo con tu-...?

Una fuerte estocada acalló su voz, haciéndola soltar un fuerte gemido en su lugar, para que entonces el otro le obliga se a mirarlo a los ojos al estar profundamente enterrado dentro de su intimidad.

—Como dijiste, tú solo eres mi esposa cuando estemos haciendo esto... No somos nada más que eso, ¿De acuerdo?

El tono autoritario con que lo había dicho había dejado temblando un poco a la muchacha, hasta que ella misma había asentido con su cabeza, dejando un tanto satisfecho al mayor, quien solo volvió a tomarla con fuerza en sus brazos y repitió el ritmo de sus caderas, volviendo a golpear cada punto sensible dentro de esa cavidad, escuchando una vez más esa sinfonía de gemidos que empezaba a maravillarle.

El pudor entre ambos se había desvanecido por completo para ese punto, e incluso se podría decir que ya les daba completamente igual si alguien más los veía o escuchaba mientras aún estaban en aquel balcón, teniendo sexo a la luz de la Luna, haciendo esta que esas bonitas marcas en la piel de la chica se notasen mucho más, que incluso tuviese un encanto algo angelical y puro en ese momento.

Su rostro estaba lleno de esas lágrimas de placer que habían surgido de sus párpados desde el primer momento en que su pareja se había adentrado en su cuerpo. Daba gracias que ellos no tuviesen ese himen o lo que sea que les pudiese causar algo de dolor a las hembras de los humanos en su primera vez cuando no tenían la delicadeza suficiente para prepararse antes de ser penetradas por su amante. Aunque eso tampoco la había librado de tener que tomar un momento para acostumbrarse a ese miembro que la invadía sin piedad alguna.

Solo uno de esos dos, puesto que sabía muy bien las funciones de cada miembro que los machos tenían en su especie, y sabría que en su momento tambié debía aguantar el otro dentro de ella, pero para entonces ya debía de estar bastante preparada para ello.

Su vagina estaba más que húmeda, chorreando todos sus fluidos alrededor de ese falo que arremetía cada vez más rápido y profundo dentro de ella, escuchando el ligero goteo que caía hasta el suelo debajo de sus cuerpos cuando ella estaba alzada entre el cuerpo de su esposo y la pared de mármol.

Sí, ella estaba sorprendida de que ese apareamiento fuese más allá de solo con el objetivo de procrear, teniendo también esa agradable sorpresa al sentir todas esas sensaciones que le hacían cosquillas en cada centímetro de su bello cuerpo. Sentir ese nudo en su vientre, ese roce delicioso dentro de su sexo, el como la lengua y boca de Neuvillette la estremecian al besar o lamer su cuello y hombros.

Era el paraíso, le encantaba sentir cada caricia dada en su cuerpo, como ese hombre que al principio huía de algo como eso, ahora estaba o igual de entregado a ese momento, a seguir entregándole ese placer y compartirlo con ella, mandando al carajo el hecho de que ellos compartían sangre y solo centrandose en ese momento.

—_____...— escuchó de la voz algo ronca del otro —¿Estás lista?

—¿E-Eh?— su cerebro apenas lograba asociar lo que pasaba a su alrededor o con ella, haciendo sonreír al otro.

—Estas muy mojada, y yo ya estoy llegando a mi límite... Es hora de que pasemos a lo que de verdad nos importa— musitó, levantandola un poco sobre sus caderas —Tengo que dejarte a nuestro niños dentro, ¿No?, tengo que dejarte embarazada, querida~

La muchacha se estremeció al escucharle, pero aun más cuando notó aquel segundo miembro rozarse ligeramente contra su sexo, comenzando a tantearse a un lado del que ya estaba dentro de ella desde hace un buen rato atrás, lo que la hizo tensarse casi al instante.

—Tranquila, no va a doler, ya estás lista para recibirlo también— dijo en ese tono algo más delicado —Tengo que meter ambos para que esto funcione, para que lleves a mí descendencia dentro de ti.

Y sin aguantar mucho más, ese falo comenzó a meterse dentro de ella, notando casi de inmediato como sus paredes se estiraban aún más para recibirlo dentro de ella, para acomodarlo junto al otro que ya había estado rozando su útero en varias ocasiones minutos antes, haciéndola retorcerse entre sus brazos, pero no en una expresión de dolor, si no que es un éxtasis total.

—Ah... ¿Te gusta tener ambos dentro?, tú coño parece estar bastante cómodo con los dos dentro de él— murmuró, riendo un poco —Te ves muy linda en este momento, ¿Sabes?

—S-Se siente bien... Me siento tan llena... Me gusta mucho~...

—Claro que te gusta, después de todo, esto es lo que querías, lo que deseabas— habló, su voz cada vez más llevada por el deseo —Y te voy a dar eso que tanto anhelas, te voy de dejar a un lindo heredero dentro de ti... O tal vez a más de uno, ¿Quién sabe~?

Sin esperar respuesta, sus caderas comenzaron a moverse con rapidez, haciendo que ambos miembros entrarán y salieran de esa entrada que ahora se estiraba hasta su límite, haciendo que los gemidos de la muchacha fuesen casi incontrolables para ese punto, con su rostro completamente tomado por el placer.

Estaba seguro de que alguien estaba escuchándolos en algún lugar de la mansión, tal vez que incluso ya les habían visto teniendo sexo en un sitio donde cualquier otro podría tenerlos a la vista. Pero la verdad, es que eso ya no le importaba para nada.

Aquel muchacho que siempre se había mantenido decente frente a los ojos de los demás, ahora estaba controlado por completo por sus instintos, por lo que su cuerpo le ordenaba hacer, por el objetivo que llenaba su mente ahora: dejar embarazada a esa hembra que tenía frente a él, a quien tenía hecha un desastre entre cada pizca de placer que le regalaba.

Y aquello llegó a su punto de quiebre, en cuanto había sentido como esa chica se contraía de un segundo a otro, soltando esos gemidos ruidosos y aferrándose con fuerza a su pareja, apretando esos miembros endurecidos e invasivos dentro de su vagina, siendo tomada completamente por su orgasmo y haciendo que el cuerpo de Neuvillette reaccionase junto al suyo.

Solo fueron necesarias unas pocas embestidas más antes de que se enterrase por completo en su interior, dejando que ambos falos tocaran lo más profundo de su ser, siendo uno de ellos el que soltó ese líquido caliente y espeso dentro de ella, haciéndola gemir un poco más.

Pero... Eso solo era una parte de todo eso, y ambos lo sabían.

En cuando la última gota de ese líquido blanquecino había sido depositado en su cavidad, Neuvillette se había acomodado un poco mejor para lograr que sus miembros quedasen lo más profundos dentro de _____, para que entonces la chica temblase un poco al percibir una sensación algo extraña dentro de ella, seguida de pequeños pellizcos en su vientre.

—Esta bien, esto es solo parte del proceso... Tranquila~...— le dijo, notando como ella solo se quedaba quieta hasta sentir el último pellizco en su interior, algo que pareció aliviar a ambos poco después.

—E-Eso... Se sintió raro...— murmuró ella, soltando ese último gemido al notar como ambos miembros salían de su hinchada vagina, dejando que goteasen algunos restos de sus fluidos y del semen del otro.

—Oh, bueno... Supongo que es raro sentir como esos pequeños huevos entran y se acomodan en tu útero junto a mi semilla— expresó con cierta gracia —Pero tranquila, si tenemos exito desde ahora, esto no tendrá que volver a pasar hasta dentro de un largo tiempo.

—S-Si... Supongo que así será— musitó, bajando una de sus manitas hasta su vientre, notando como sus marcas de fertilidad iban disminuyendo un poco —Eh... ¿Es posible que todos los huevos se fertilicen?

—No, casi siempre solo es uno el que se logra salvar... Aunque en casos muy raros pueden llegar a salvarse dos o tres... Pero eso es demasiada suerte— explicó —De hecho, en su mayoría, ninguno llega a término, por eso las hembras tardan tanto en dar hijos.

—Hmm...— el otro le ayudó a bajar de sus brazos, cuidandola al notar que estaba algo temblorosa de su extremidades —Y... ¿Estarías dispuesto a seguir intentandolo?

—¿Acaso tengo opción?— dijo, acomodándose sus prendas —Ademas, si no lo hago, nuestros padres van a estar molestado mucho... Y tú también.

—Oh, ¿Y de verdad te arrepientes de esto?— preguntó con picardía, a lo que el otro solo se mantuvo en silencio.

Momentos después, sintió como el muchacho se acercaba a ella, para terminar cargándola en sus brazos, a lo que ella no dudó en sostenerse con cuidado de él, sonriendo un poco al notar como el agarre del mayor parecía tan delicado y suave.

—Tengo que cuidarte bien para que esos huevos crezcan dentro de ti y dejen de estarme hostigando con estas cosas— dijo, caminando por el pasillo con total calma —Eres muy molesta cuando te empeñas en ello.

—... Vamos a tener mucho tiempo para conocernos como nunca lo hemos hecho, Neuvi~

 

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Notes:

Las actualizaciones serán cada dos semanas uwu