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Wild Canay

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Blu voló a toda velocidad por las calles de Río en dirección al Club Epanema, necesitaba buscar a Nico para llevárselo a la clínica, y una vez le hubiesen hecho las pruebas para averiguar si él realmente era el padre de aquel huevo, lo mataría el mismo con sus propias patas. Aterrizó de golpe en la entrada del club, pues iba tan deprisa que apenas pudo mantenerse en pie antes de caerse de bruces al suelo. Pero se recompuso y entro en el club que ahora estaba vacío.

-¡NICO!- dijo el guacamayo siendo recibido por el cardenal. -Si buscas a Nico aún no ha venido, no se nada de él desde anoche.-

-¿anoche?-preguntó Blu

-Sí, estuvo aquí intentando ligar, es un espectáculo divertido de ver, al final se fue a su nido, no sé nada de él desde entonces.-

Justo en ese momento el canario entró por el acceso principal del local.

-Buenos días, Pedro q...¡Aaaah!- gritó cuando Blu se le tiró encima y le aplastó con su pata derecha.

-Yo te mato enano amarillo. ¿Sabes en el lío en el que has metido a la clínica?-dijo Blu agarrándolo del cuello.

-Pero… Blu... - dijo entre aspiraciones de asfixia por el agarre del guacamayo azul.-¿qué pasa? -

Blu le soltó con un leve empujón que hizo retroceder a Nico en el suelo.

-Zira, ha tenido los huevos, pero pasa que uno de ellos tiene una cáscara distinta y es más pequeño que el resto.-

-¿Insinúas que es mío?-

-De quién iba a ser si no, he revisado las cámaras, te he visto salir con ella por la ventana, el día que te ofreciste a llevarlos al club, esa noche Walter volvió solo y ella no apareció hasta unas horas después.-

-Vale sí, me acosté con ella, pero solo una vez, eso no justifica...-

-¡UNA VEZ ES MÁS QUE SUFICIENTE!- Blu alzó el vuelo y agarró al canario con sus patas para que no escapase y salió del local tan rápido como había llegado.

-¿adónde me llevas?-

-A la clínica, los veterinarios te harán unas pruebas para verificar si el huevo que es distinto te pertenece.- Nico lo miró mientras se le hacía un nudo en la garganta y dejó de resistirse, había un huevo de Zira que podría ser suyo, de repente notó como si el corazón se le saliese por la boca, si realmente el huevo era suyo, ¿Qué haría con él? O peor ¿Qué iba a hacerle Walter cuando se enterase? Blu lanzó a Nico al alféizar de la ventana y entró, dio un vistazo rápido a la sala viendo los huevos en la incubadora.

-Son esos.- dijo Blu haciendo un gesto con la cabeza señalando al huevo que estaba separado del resto.-es más pequeño que los demás debido a tu genética, escucha, los ornitólogos ya lo saben y de hecho por eso te he traído, necesitan hacerte pruebas cuando los polluelos nazcan, entre ellas las genéticas para saber si ese es realmente el tuyo, aunque si los humanos pudieran entender lo que decimos se lo contaría yo mismo.-Blu tomó una respiración honda y continuó.- Escucha, Walter todavía no lo sabe y ella tampoco, ahora ellos han estado descansando y en unos minutos les permitirán venir a ver como están los huevos. Tulio y los demás encargados del proyecto se han compaginado para decirle al dueño de Zira que uno de los huevos es más pequeño y que es posible que no sobreviva, pero en realidad está perfectamente sano, lo han hecho para que no haya problemas con Zira y Walter, ninguno de ellos sabe esto y ni siquiera han visto los huevos. Les contaremos que uno no sobrevivió y punto.-

-¿Y qué pasará con el huevo que supuestamente es mío?- preguntó Nico.

-Eso depende de ti, piensa que es lo mejor ahora mismo, pero ten en cuenta algo, ese niño no puede irse con ellos, más por el peligro que supone Walter para esa cría que por todo lo que incumbe el asunto del dinero.-Nico miró la incubadora.- Nico, si no quieres responsabilizarte del huevo lo entiendo, no fue planificado y tendrías que cuidarlo solo.-

-¿Y qué puedo hacer?- dijo Nico llorando.- No puedo abandonarlo, esa cría no tiene la culpa de nada de lo que ha pasado.-

-Nico tienes otras dos opciones; puedes buscarles unos padres adoptivos, o puedes dejarlo en la clínica, que los veterinarios lo críen, y visitarlo cuando quieras, pero no puedes decirle nunca que su padre eres tú, al menos no hasta que sea lo suficientemente mayor para asimilarlo.-

-¿Y cómo pretendes que cuide de mi hijo sin que sepa que soy su padre? Si esas son las dos opciones aquí dentro, prefiero criarlo yo solo ahí fuera.-

-Tener un hijo es una responsabilidad muy grande Nico, y hacerlo solo lo complicará más.¿

seguro que quieres hacerlo?-

-Sí.- dijo Nico con un rostro y un tono de voz seguros.- lo cuidaré lo mejor que pueda, y llegado el momento le explicaré la verdad.-

Blu sonrió a su amigo.

-No pensé que fueras a ser tan responsable con esto Nico. -

-¿por qué todo el mundo piensa que soy un irresponsable? No lo entiendo.-

En ese momento Walter y Zira aparecieron en la sala.

 -Buenos días Blu.- Saludó la hembra de canario volando lentamente hacia los otros dos pájaros en compañía de Walter.

-Veo que ya os habéis enterado de las buenas noticias- dijo Walter feliz y orgulloso.

-Sí, estaba enseñándole a Nico el fruto del éxito del proyecto de la clínica.- dijo Blu.

-La verdad es que estoy muy orgulloso, cinco huevos la primera vez es un gran comienzo.- Walter rodeó con su ala izquierda la cintura de Zira.- y eso solo es el principio. La hembra blanca se deshizo del agarre del macho albino.

-Walter voy a comer algo de lo que nos han dejado en el hábitat, ya sabes que no he comido nada desde la tarde de ayer.-

-De acuerdo, yo te acompañaré enseguida.-Walter dio una mirada arrogante a Nico.

-Bueno-... yo tengo que irme a casa, Perla me está esperando para almorzar junto a los niños.- el guacamayo azul odiaba admitirlo, pero el canario blanco le asustaba enormemente. Nico y Walter se quedaron solos.

-Bueno, supongo que ahora os marcharéis junto a cuidar de los polluelos.- Walter soltó una risa arrogante.

-No, ahora Zira se marchará junto a su dueño y con las crías, a mí me esperan en casa, en la mansión de mi dueño, en la que vive otro canaricultor de canarios albinos al servicio de mi dueño, todos machos, pero gracias al contacto de mi amo con el de Zira, ahora intercambiaran canarias hembras compañeras de Zira con mis amigos machos, y bueno... Seguiremos con el proyecto a gran escala.-

-¿Estás diciendo que después de que Zira tenga a las crías no vas a ayudarla a cuidarlas?-

-Oye, mi misión es inseminar hembras, de criar a los polluelos ya se encargan ellas.-

-Cuidar a los hijos es cosa de ambos.-

-Esa será tu opinión, si lo que quieres es quedarte siempre con unos niños en tu nido... Búscate una hembra y ocúpate de ella... si sabes a lo que me refiero.-

-Las hembras no son objetos Walter, aunque creo que ese razonamiento no lo comprenden ni tu microscópico cerebro ni tu titánico ego.-

-¡A mí no me hables así pajarraco callejero! Mientras tú vives en la inmundicia y la ignorancia de la selva yo disfruto de una lujosa y culta vida en la sociedad humana.-

-¿Ignorancia?. No sobrevivirías en la selva ni cinco minutos, dependes de que a una especie superior le haga gracia verte metido en una jaula toda tu vida, mientras que yo podría volar libre con el único límite físico de la atmósfera de la tierra; mientras tú observas el mundo a través de una ventana yo vivo en él e intento sobrevivir como cualquier animal racional.-

Walter pegó a Nico un puñetazo en la mejilla, el canario amarillo deseó en ese momento gritarle todo lo que pasó con Zira esa noche, que se acostó con ella, que ella misma le dijo que le prefería antes que a él, que se derritió entre sus patas y sus gemidos se escucharon por toda la selva, pero tuvo que aguantarse las ganas. Ese imbécil se iría cuando los huevos eclosionasen en catorce días y entonces todo volvería a la normalidad, como si ellos nunca hubiesen estado. Necesitaba mantenerse tranquilo hasta entonces.