Chapter Text
∘° 001: la cosecha °∘
Se podría decir que había amanecido como todos los días en el Distrito 6, con lluvias. Pero hoy no, hoy estaba todo completamente soleado y con ganas de brillar mucho más, peor que era el día de la Cosecha. Eso significaba que dos niños iban a ser elegidos para una dolorosa muerte para el disfrute de los capitolinos. Odiaba ese día . Mucho más hoy, porque no tenía a mis padres conmigo. Resulta que los habían encarcelado tras negarse a colgar el día anterior la bandera del Capitolio en nuestra tienda de repuestos. Eso estaba contra las normas.
Como tal éramos una familia promedio, ni muy pobres ni muy ricos. Nuestro distrito se dedicaba al transporte, y nosotros al tener una tienda de repuestos, ganábamos dinero. El suficiente para alimentarnos a nosotros tres. En el colegio era de las mejores notas porque gracias a mi padre sabía de cálculos y formas de montar un coche o uno de los tantos aerodeslizadores que usan los Agentes de la Paz.
Sin más que hacer, salí de casa con mis mejores ropajes, que consistía en un vestido de parches de distintos azules y mi pelo castaño recogido en dos trenzas largas. Era de tez pálida como todos en este distrito, así que no tenía nada de especial.
Siguiendo a todos los niños del distrito llegamos a la plaza. Había largas colas para registrarse y colocarse en sus secciones. Yo fui con los de 15 años, que era más o menos el centro. Miré alrededor, todos los adultos o jóvenes que se habían librado de ser cosechados estaban aguantando las lágrimas o algunos que ya las habían dejado escapar. Era un ambiente tenso y triste. Casi agónico. En el escenario estaban los mentores de ese año al lado del alcalde y los demás vencedores (en total eran 3). Además, nuestro distrito era conocido por que sus vencedores caían en la adicción de la morfina, aunque Tressa (la primera vencedora del distrito) era la única que no había caído. Era un alivio en cierta parte para los tributos. Tenían una mujer competente y en todos sus cabales.
Por las puertas entró la acompañante asignada por el Capitolio: Isolde Virelli. Ese día vestía de lo más exótico posible. Llevaba una peluca azul cian, que hacía daño a la vista, adornada con un sombrero de copa con engranajes rosas en honor al distrito. Luego, llevaba un vestido corto con pompones de colores varios alrededor, parecía que le habían puesto pegamento y tirado los pompones al azar. Eso lo acompañaban unos guantes y medias amarillas. Por último, unas plataformas a juego con su pelo. Si ella vestía así, miedo me daba ver al resto de capitolinos con su estrambótica moda.
Isolde miró a todos con esa sonrisa artificial y dio comienzo al video de todos los años recordándonos que estábamos pagando por nuestras acciones en los días oscuros y bla, bla, bla . Me sabía ya de memoria la historia.
—¡Bienvenidos! ¡Bienvenidos! ¡Feliz Juegos del Hambre! ¡Y que la suerte esté siempre, siempre de tu parte! —dijo una vez terminó el vídeo—. Ha llegado la hora de seleccionar a un valiente ya una valiente que tendrán el honor de representar al Distrito 6 en los quincuagésimo quintos Juegos del Hambre. Como siempre, las damas primero —se acercó con entusiasmo a la urna y lentamente introdujo la mano en ella. Yo estaba que me moría de los nervios, era poco probable que saliera elegida este año porque no había pedido teselas. Isolde se acercó al micrófono con la tarjeta en la mano y cuando dijo el nombre en alto se me cayó el alma a los pies—. ¡Mairi Holloway!
Un silencio helado cubre la plaza. Todas las miradas se clavan en mí, lo siento en mi espalda. Algunos niños tragan saliva, los adultos desvían la vista. Todos en el distrito me conocieron porque siempre les ayudaba a encontrar esa pieza que era difícil de conseguir. Era muy observadora. Pero eso ahora mismo no me iba a sacar de esta situación.
Sin más remedio, alcé la cabeza mirando al escenario ya los mentores que estaban allí, mirándome con lástima. Al parecer era lo único que iba a obtener hoy como respuesta. Y yo ya lo sabía, estaba muerta . Era poco probable que sobreviviera, los del Distrito 6 no éramos famosos por ser de los tributos vencedores.
Subí al escenario con pasos firmes ocultando las ganas de desmayarme del miedo. Al llegar al centro, Isolde me regaló una sonrisa vacía y teatral. Total, no le importamos una mierda.
— ¡Nuestro tributo femenino, Màiri Holloway!
El silencio en la plaza es incómodo. Se oía el viento chocar con las banderas y las pancartas del Capitolio. Esto era demasiado injusto. Isolde metió la mano en la urna de los hombres para sacar a mi compañero. Revolvió los papeles un poco más de lo necesario antes de sacar uno.
— Y nuestro tributo masculino es… —Se aclara la garganta antes de anunciar el nombre—. ¡Jaxon Thorne!
Un chico alto, de unos 17 años, con el cabello oscuro y mirada dura, avanza entre la multitud. Su expresión es tensa, pero no parece sorprenderse. Se nota que esperaba esto. Me sonaba de haberlo visto en la tienda un par de veces, pero al ser de un año mayor, no habíamos coincidido en el colegio. Cuando sube al escenario no me dirige ni una mirada.
— ¡Démosles un fuerte aplauso a nuestros valientes tributos! —exclama la escolta. Pero la plaza sigue en silencio.
Cuando los agentes de la paz nos agarran de los brazos escucho gruñidos y gritos con mi nombre. Miro, mientras camino, al público y veo a mis padres esposados intentando alcanzarme. Grito sus nombres dejando ver mi miedo y lágrimas ante las cámaras del Capitolio. Seguro que les estaba dando un espectáculo . Me logro soltar y voy corriendo con mis padres. Los agentes de la paz me intentan agarrar, pero la población del distrito me ayuda impidiéndoles el paso. Agradecida abrazo a mis padres llorando a más no poder. Esta sería la última vez que les vería y no iba a derrocharla. Sentí unas manos en la cintura arrancándome de los brazos de mis padres. Pataleé, pero me dio una descarga eléctrica dejándome KO.
[...]
Me desperté en una habitación completamente diferente a la mía de casa. Estaba desorientada, pero el leve movimiento de la sala me trajo de vuelta a la realidad. Había sido cosechada. Mierda. Me levanté ignorando el mareo y salí del compartimento del tren. Escuché voces tras una de las puertas, así que me acerqué para encontrarme con los dos mentores, con Isolde y Jaxon.
— Ya era hora de que despertaras, querida. Menudo espectáculo diste. Tienes suerte de que les haya gustado a los de arriba y lo vayan a poner en el resumen en nada.
Y todo iba de mal en peor. Me iban a ver más débil de lo que ya de por sí aparentaba. Sentí una mano en mi hombro, apretando, como para reconfortarme. Alcé la vista encontrándome con los ojos café amables de Tressa.
— Tranquila, aunque no lo sepas, esto te puede ayudar a conseguir patrocinadores.
— Pero para el resto de tributos será una presa fácil.
— En eso tiene razón —dijo Jaxon comiendo un sándwich. Lo miré mal.
—Gracias, Jaxon.
Sin más, me dejó caer en una de las sillas del comedor al lado de él. No tenía hambre, pero sabía que si no comía ahora luego me iba a arrepentir. Cogí uno de los canapés con un mejunje extraño encima. Resultó ser de pistacho, estaba delicioso.
Frente a nuestra se sentaron los mentores. Tressa Spectral, una mujer que ganó los 24 Juegos del Hambre. Sus Juegos no fueron nada fuera de lo normal. Lo único impresionante fue que ganó contra un profesional en la batalla final coronándose la primera vencedora del distrito. Luego, a su lado, estaba Pictor Tanner, ganó los 27 Juegos del Hambre, él se la pasó escondido durante todos los Juegos, lo sorprendente fue que sobrevivió sin comer ni beber agua por miedo a lo que hayan puesto los manejadores de los Juegos. Aunque fue traumante ver lo que le pasó a la chica del Distrito 1. Las arañas son algo que me da repelús, sinceramente.
— Primero, dejemos claras vuestras opciones, así Pictor y yo veremos cómo trabajar con vosotros.
Me recliné en el asiento, no sabía hacer absolutamente nada, solo construir cosas. Pero eso en la Arena no sirve de mucho.
— Soy bueno con los cuchillos —alzo una ceja mirándolo. ¿Dónde narices este niño había aprendido a hacer eso?
— Eso será útil —comentó Pictor con una leve sonrisa. Seguro que se sentía seguro al saber que uno de sus tributos tenía más posibilidades de ganar—. ¿Y tú Màiri?
— Soy buena construyendo cosas —murmuré mirando por la ventana.
— No —dijo Tressa mirándome seria—. Te he visto, eres escurridiza también. Cuando iba a visitar la tienda de tus padres siempre me dabas sustos porque no te había visto colocarte a mi lado.
— Pero eso no será suficiente para ganar en la Arena.
— No, no lo será, por eso tenemos que ver cómo venderte —aclaró Pictor comiendo sus empanadillas—. A ambos.
— Ni que fuéramos sacos de papas —Jaxon rodó los ojos.
— Son peor que eso, su entretenimiento del año.
— Ahora —comenzó Tressa—, ¿qué queréis mostrar en el desfile?, porque esa será su personalidad hasta que entren en la Arena. ¿Queréis que la gente os vea como un tributo inteligente? ¿Alguien peligroso? ¿O débil para que os subestimen?
Jaxon bufó rodando los ojos.
— ¿De verdad creéis que el Capitolio va a apostar por nosotros? Somos del Distrito 6, por favor.
— ¿Y nosotros? Somos vencedores, por si te olvidabas.
—Sí, fue hace 22 años. ¿Qué va a cambiar con nosotros? Yo tengo 17 y ella 14.
— 15 —le corrijo por lo bajo.
— Me da igual —se quedó en silencio. Todos en verdad. Sus palabras eran la realidad. Comparado con los profesionales. El resto de tributos de los distritos que no eran el 1, 2 y 4 tenían pesimas posibilidades. Aunque siempre dependía de la Arena. Si era de agua, el Distrito 4 tenía todas las de ganar, total, vivían rodeados de ella.
— Màiri, tu “actuación” con tus padres atraerá la atención del público, así que prepárate para escuchar preguntas sobre eso.
Suspiré agotada. Yo solo quería ver a mis padres, no montar el pollo con las estúpidas cámaras del Capitolio. Al borde de echarme a llorar otra vez, apareció Isolde con un cambio de look más relajado, comparado con el anterior (no llevaba sombrero). Al parecer era el momento de ver las cosechas de los otros distritos. Espero que sean más impresionantes que la nuestra y así que mi “momento emotivo” pasará al olvido.
Así como resumen, los dos tributos del Distrito 1 se presentaron voluntarios mostrando lo orgullosos que estaban de poder representar a su distrito con honor . En mi mente sonó como Isobel. El Distrito 2 fue más de lo mismo, siendo solo voluntaria el tributo femenino: Cassia Draven. Del Distrito 3, ambos eran delgados y bajitos, parecían que querían estar en cualquier otro lugar menos en el suyo. Hubo otro voluntario en el 4. Los del 5 se veían fuera de lugar para no ser de los profesionales, ambos sonreían como si supieran cosas que nosotros no. Eso me provocó un escalofrío a mi columna vertebral.
Luego llegó la nuestra, todo lo que parecía normal, como el resto. Nombres llamados y nosotros subiendo, pero luego decidió poner mi parte dramática alegando más debilidad a mi figura. Los comentaristas opinaron que fue una linda actuación y deseaban conocerme. Mierda. Lo único que me fastidiaba era que no habían mostrado cómo me disparaban con el táser.
Los del Distrito 7 parecían que podían matar con una sola bofetada, ¿qué me costaba nacer en el distrito de los árboles y hachas? Los del 8 eran débiles porque parecían a punto de desmayarse en el escenario. Los del 9, hubo también un poco de drama, la chica intentó salir corriendo del área controlada de la cosecha, pero los agentes de la paz la atraparon y obligaron a subir al escenario. Ella era sola una niña de 13 años. Los del 10 y 11 fueron casi iguales. Y del 12 lo único interesante fue que el mentor llegó tarde en la mitad de la presentación del tributo masculino. Creo recordar que se llamaba Haymitch Abernathy, sus Juegos fueron bastante impresionantes. Lo que reconocí de esta cosecha es que la mayoría de los tributos de este año rondaban los 17… Estaba más jodida que al inicio. Luego pusieron el nombre de cada uno de los tributos a un lado en la pantalla mientras Caesar Flickerman y su compañero comentaban.
Distrito 1: Chase Sterling y Lumia Crestwell
Distrito 2: Dante Vex y Cassia Draven
Distrito 3: Ren Osprey y Nova Quinn
Distrito 4: Kai Mariner y Serena Tidewell
Distrito 5: Vance Volt y Lyra Spark
Distrito 6: Jaxon Thorne y Màiri Holloway
Distrito 7: Rowan Lane y Sylvie Pine
Distrito 8: Theo Loomis y Natasha Weaver
Distrito 9: Cyrus Miller y Cassie Finch
Distrito 10: Rhett Calloway y Dahlia Boone
Distrito 11: Tobías Reed y Baptismia Hayes
Distrito 12: Flint Archer y Lilah Whitmore
Con esto terminado, nos mandaron a la cama, porque ya quedaban pocas horas para llegar a la Capital y más cerca aún de nuestra inminente muerte.