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Quiero un bebé

Chapter 20: Mes superado

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Jimin había acompañado a Jungkook a su sesión de fotos, lo que el omega no sabía era que la sesión era para Calvin Klein , y en ropa interior.

Sin embargo, no estaba celoso a pesar de haber visto a las chicas del staff colocando aceite en el cuerpo de su alfa y maquillándolo para mejorar los visuales.

No, Jimin en ese aspecto era muy seguro de sí mismo. Pero eso no quitaba que su instinto le hiciera poner cara de culo cuando veía la sonrisa educada del alfa hacía todo el mundo. Quería tomarle de las mejillas, y decirle que dejara de ser tan hermoso y tierno todo el tiempo.

Como fuera, ahí estaba Jimin sentado en un sofá, cruzado de piernas mientras miraba a Jungkook en poses sugerentes, y expresiones que secaban más de una boca en el set.

—Perfecto Jungkook, con esto hemos terminado.

—Gracias Pd-min. gracias a todos por su gran trabajo.—Hizo reverencia y sonrió a todo el equipo.

Jimin se levantó con una bata de la marca y caminó con confianza a donde su novio estaba aún en ropa interior buscando los pantalones.

Las botas negras de piel hicieron que Jungkook alzara la mirada y sonriera de inmediato al notar a su chico con la bata en mano.

—Vamos, ya te preparé la ropa.—Dijo Jimin que había escogido junto a la estilista del alfa la ropa para el menor.

Cuando entraron en el camerino del artista, Jimin le tomó de las mejillas a Jungkook para que lo mirara.

—Eres precioso Jungkook, estoy muy orgulloso de ti, ¿me escuchaste? Eres tan profesional, todo el equipo estaba encantado contigo.

—¿Por qué me dices esto? Es vergonzoso.—Dijo tímido intentando apartar la mirada con un sonrojo.

Jimin no podía creerlo. De verdad, Jungkook era un alfa distinto, sin ego o sentimiento de superioridad sobre todo el mundo. No, él era cálido, sencillo y humilde.

—Digo la verdad. Y no es vergonzoso. Sabes lo feliz que he sido al verte tan suelto y seguro de tu cuerpo. ¿Y cómo no estarlo? Se me hacía la boca agua y …otra zona.

Jungkook se rio y le abrazó girándose sobre sus talones.

—Eres un sin vergüenza, Jimin-ah. Dices esas cosas tan…ligero.

—Digo verdades, cariño. Esos muslos…y tu pecho. Ni que fueras tú a lactar al cachorro.

Jungkook se empezó a reír mientras Jimin disfrutaba escuchar sus carcajadas.

Y es que Jungkook no era el más suave riéndose, ¡no!. Él era estridente, bullicioso y contagioso.

Y Jimin amaba esa risa, tanto que se quedó callado mirándolo con demasiado amor que hizo que Jungkook fuera bajando su volumen para luego apegar al omega a su cuerpo.

—Me gusta como me miras Jimin. Me haces sentir tan…apreciado. Notaba tus ojos en mi todo el rato, al principio me puse nervioso porque nunca hice sesiones de este estilo. Y me sirvió que estuvieras…me diste confianza y paz. Gracias…no debió ser fácil.

—¿Por qué lo dices?

—Te escuché chistar y gruñir un par de veces.

—Gruñía por lo hermoso que eres. Sabes, es como ese sentimiento cuando algo es muy tierno que quieres …¿apretarlo?

—No suena muy bonito dicho así…

Jimin se ríe.

—Quería abrazarte fuerte, llenarte de besos y pellizcarte las mejillas. Joder…Jungkook, eres el hombre de mi vida.

—Y tú el mío. —Le robó un beso que Jimin con gusto devolvió.

[…]

Había pasado un mes, y Jimin no pensó que Yoongi tendría razón.

Pero ahí estaba, de rodillas en el suelo del salón de Jungkook, con la boca llena de Jungkook.

La mano tatuada del alfa se ceñía suave sobre suelo cabello mientras Jimin subía y bajaba por el falo, disfrutando de cada gemido y sonido gutural que se escapaba de Jungkook.

¿Pero cómo habían acabado así?

Jimin le había visto montar un mueble y eso le calentó. Al igual que había pasado cuando lo veía pelar patatas, hacer sushi, pescar con Jin, o cambiar una rueda cuando se les pinchó hace una semana en su excursión a la montaña.

Todas y cada una de las veces en las que Jungkook hacía algo concentrado, Jimin sentía que quería devorarlo, disfrutarlo y consentirlo. Su cuerpo lo pedía.

—Oh, estoy cerca. Para, no quiero que te manches. —Decía con voz ahogada mientras Jimin parecía hacer caso omiso y buscaba la liberación de su pareja.

El alfa no tardó en tomarle entre sus brazos y levantarlo para sentarlo en el sofá junto a él y empezar a acostarlo mientras besaba al omega que enseguida se estiraba para ser mejor visto.

Su piel de terciopelo, blanca y rosada, su silueta flexible y abierto para que Jungkook se acomode entre sus piernas.

Su hombría dura y mojada esperando rozarse con la de Jungkook que estaba llena de saliva y presemen.

—No me hagas esperar, solo…entra. —Dice necesitado echando más feromonas para volverlo loco y más apasionado.

Jimin sabe el efecto que tiene en Jungkook, y nuevamente recuerda las palabras de Yoongi. Porque sí, era real, Jungkook estaba aún más atento con él.

—Por favor, entra ya. Te necesito sentir dentro de mí…Kook-ah.

Y Jungkook complacía, mientras le besaba la frente embestía hasta el fondo con los ojos cerrados. Sintiendo como Jimin lo acogía entre sus paredes.

—Oh…mierda…—Gemía Jimin apretándole la hombros. —Dios, te amo. Te amo.

Jungkook sonreía con algo de ego, de satisfacción absoluta. Le complacía tanto saber que el sabía todos los puntos débiles de su omega, como llevarlo al exceso, al orgasmo sin dejar de hacerlo sentir valorado y amado.

—¿Te gusta así, omeguita? —Su voz ronca se escuchaba más lasciva, pero no era a propósito, era consecuente.

—Sí, más…más…—Besaba su boca y suplicaba hasta apretar los dedos de sus pies, arquear su espalda y gemir en la boca del alfa cuando llegaba al clímax.

Después, Jungkook embestiría en la sobre estimulación hasta satisfacerse y le diría a Jimin lo hermoso que se ve después de hacer el amor.

Así que sí, era una rutina peculiar, pero muy suya.

Primer mes , superado.