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Language:
Español
Stats:
Published:
2012-11-29
Updated:
2013-02-19
Words:
8,602
Chapters:
10/?
Comments:
5
Kudos:
19
Bookmarks:
2
Hits:
381

Love will tear us apart

Chapter 9: IX

Summary:

Loki escapa del drama de la boda fallida.

Chapter Text

Hubiera preferido quedarse y disfrutar viendo el gesto de confusión en el rostro de Thor ante la lluvia de preguntas que comenzaba a caer sobre él, pero supo que no era lo más prudente y salió de la escena con discreción, casi a hurtadillas. Caminó rápidamente, sin mirar atrás, y en poco tiempo se halló lo bastante lejos del vecindario como para darse el lujo de pararse a respirar en una esquina y saborear su pequeño e inesperado triunfo. Se aflojó un poco la corbata, detuvo un taxi y le pidió que lo  llevara a su departamento, al otro lado de la ciudad.

Durante el trayecto pensó que en algún momento él también tendría que enfrentar las preguntas de su familia y el llanto de Sigyn, quien seguramente en esos momentos estaría desconsolada, tratando de comprender por qué su prometido no se hallaba a su lado después de la humillación a la que la había expuesto ni más ni menos que el propio Thor. 

Detestaba la idea de ser cuestionado sobre lo ocurrido, pues seguramente más de uno terminaría culpándolo (no sin algo de razón, por supuesto); pero al final no le importaba mucho. El solo hecho de haber visto a su hermano dejándose arrastrar por la desesperación al grado de interrumpir la boda valía cualquier recriminación que pudiera venir después. Se reclinó en el asiento y sonrió, perversamente satisfecho. Cuando finalmente llegó a su destino, pagó el viaje y bajó del auto, por completo indiferente a la mirada curiosa del conductor, que moría por preguntarle si acaso se había escapado de una boda.

Subió por el ascensor del edificio como cualquier otro día, mirando distraídamente los números rojos que cambiaban al avanzar piso tras piso. Estaba tranquilo; no sentía remordimiento por haber hecho las cosas de aquel modo, pues a final de cuentas había conseguido lo que quería. “Más vale tarde que nunca”, se dijo, lamentando que una frase hecha se ajustara tan bien a lo que pensaba y sentía en ese  momento.

Entró a su casa y sin esperar a encontrarse en la intimidad de su habitación, comenzó a despojarse del todavía impecable atuendo nupcial, dejando las prendas esparcidas por la sala. Luego buscó en su armario y eligió un fino jersey verde, pantalones negros y una chaqueta de cuero a juego. Se puso cómodo en su diván favorito y aguardó que Thor apareciera de un momento a otro, triste o enfurecido, decidido a matarlo o dispuesto a derrumbarse sin más en sus brazos, suplicándole una vez más que se quedara con él. Estaba seguro de que lo haría…

Mientras tanto, había decidido leer un rato, pero en algún punto el cansancio que había estado tratando de ignorar terminó venciéndolo y se quedó dormido. Lo despertó el ruido que hizo el libro al caérsele de las manos. Había oscurecido y la casa estaba en completo silencio. No había ninguna señal de que Thor lo hubiera visitado. Aquello lo desconcertó, pero poco a poco la confusión se fue transformando en enojo e indignación; y la única forma en que las cosas cobraban sentido para él era suponer que Thor estaba tratando de imponerle alguna especie de penitencia. Rió con ganas, pensando que si resultaba ser cierto, entonces su hermano era más ingenuo de lo que él creía. 

Pero, naturalmente, Loki no iba a darle el gusto de verse ignorado y se dirigió al apartamento de Thor, contando con no toparse con Sif o alguna otra presencia que interfiriera con el curso de los acontecimientos como los iba esbozando mentalmente. Tuvo suerte de no ver a nadie, excepto por el hecho de que tampoco encontró a Thor. Había tocado el timbre hasta cansarse –quizá fueron menos de tres minutos, pero su paciencia comenzaba a llegar al límite- y buscó la llave de repuesto que estaba pegada con cinta bajo el tapete de la entrada.

Tan pronto cruzó el umbral, supo que Thor no había estado ahí y se sintió exasperado nuevamente, casi furioso. Odiaba ser él quien tuviera que buscar, perseguir y esperar, aunque lo prefería a no tener control alguno de la situación. Respiró profundo y se instaló sobre el sofá cama en el que habían tenido lugar varios de sus últimos encuentros... Era difícil no dejarse llevar por los recuerdos, tan vívidos, tan deliciosos, pero sabía que lo más importante todavía estaba por venir.

Bostezó, estiró los brazos tanto como pudo, enlazó las manos tras su nuca y luego cerró los ojos. Esta vez se dejó atrapar por el sueño con toda intención.