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Characters:
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Language:
Español
Series:
Part 13 of Oh, the Misery
Stats:
Published:
2025-02-15
Completed:
2025-05-22
Words:
40,554
Chapters:
8/8
Comments:
1
Kudos:
23
Hits:
463

Herald's Crow

Chapter 7: VII

Chapter Text


Riesgo tomado


— ¡Listo! —exclama Jinx con las manos en la cintura.

Viktor exhala con fuerza y desliza la mano por la superficie metálica. Mira lo que hay a un lado: dos cilindros. Uno lleno de líquido negro y el otro, de líquido azul semi transparente. Jinx apoya la barbilla en el hombro de Viktor—. ¿Qué pasa? Ya te cagaste de miedo o algo así.

—Este cambio podría ser muy violento—murmura Viktor, apretando el bastón en su mano izquierda—. Podría alterar de mil formas mi mente, no solo mi cuerpo—entorna la mirada hacia Jinx—. Todo podría cambiar de un segundo a otro… aquí es donde más necesito tu ayuda, Jinx.

Gira hacia ella, que junta la manos tras la espalda y lo mira con confusión. Ocultando apenas su pánico a la posibilidad de que apagada ya no sea Viktor. El heraldo reconoce que pone mucho peso en ella, así como un temor muy grande. Jinx aborrece los cambios.

Que su mundo y las personas, cambien.

—No se trata de esta cúpula, ni siquiera de los materiales... Necesito que seas mi cable a tierra, que seas lo que me mantenga existiendo tal como ahora—La toma de la mejilla y Jinx apoya la mano en la de Viktor, cerrando los ojos con pesar—. Debes mantenerte aquí, conmigo, apoyándome. Dolerá mucho y también será largo, pero cuando termine, tendré la fuerza de detener cualquier obstáculo en nuestro camino hacia Zaun.

— ¿Prometes seguir siendo el mismo? Que… no vas a salir odiándome. —dice con voz temblorosa. Viktor junta la frente con ella.

Un chispazo que da la respuesta.

Te lo prometo.

┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈

Jinx se abraza a sí misma acurrucada junto al cpsullo metálico. No da cuenta de que de abre. Tampoco da cuenta de lo que sale y la carga para llevarla a la cama. Jinx suspira entre sueños y la caricia en la cabeza aumenta su sonrisa.

—VIIIkkk... —balbucea Jinx.

Viktor ladea la cabeza, tomando con suavidad la cabeza de la chica y el brillo delicado alumbrando la oscuridad absoluta. Jinx causa que parte de las sábanas varie, más acolchadas y esponjosa. La energía corre por el brazo ajeno y los ojos dorados de iluminan aún as.

— ¿Viktor?

Jinx reacciona, apenas entiende lo que hay delante. De levanta solo para sentársele encima y dormir así. Viktor la sostiene cariñosamente, si cuerpo metálico y púrpura en contraste a la palidez de la mujer.

『Duerme bien, Jinx』


La última charla


El ambiente se siente un poco extraño. Diferente. Todos en el consejo se dan cuenta de que Viktor está diferente a la última vez que lo vieron. Hay algunas marcas diferentes en su rostro, así como el hecho de que la esclerótica de sus ojos es negra y sus ojos permanecen dorados. En lugar de ese tono pálido y colorido.

Viktor tuerce un poco el gesto, viendo a la última adición a la mesa: Jayce. El hombre se sienta junto a Caitlyn. Luce incomodo, teniendo una barba densa y apenas cuidada. Él le huye la mirada por completo. Es clara su vergüenza y Viktor está enojado para este momento.

No puede creer que Jayce se atreva a venir y ni siquiera a lo mire a la cara. Considerando que es él quien está manchando el sueño de ambos.

—Invitamos a Jayce Talis bajo una sola razón—informa Caitlyn—. Siendo el cocreador de Hextech, él tiene algunos puntos que hacer y con los cuales, se puede compensar los vacíos en las propuestas que tenemos.

—Soy perfectamente consciente de lo que puede proponer—dice Viktor, sin darle tiempo de hablar. Jayce frunce ligeramente el entrecejo—. Los detalles no pueden importarme menos. Lo único que vine a saber el día de hoy es: ¿Qué va a pasar con Jinx? Y qué será de Zaun. Es perfectamente entendido para mí que todo lo que quieren conseguir, es que vaya a Piltover a seguir como fue hace unos meses. —apunta con desinterés en toda la situación.

—Zaun no podrá desligarse de Piltover. Son una misma ciudad. Las personas van y vienen y separarlas sería injusto. Somos un mismo pueblo—informa Caitlyn y Viktor suelta una risa sin gracia, sin variar su gesto en lo absoluto—. Con respecto a Jinx… hemos cedido aceptar la propuesta de su colaboración científica. Es otra cosa en la que Jayce está interesado en saber.

—Siendo que ustedes la hacen lucir como un arma viviente, no me extraña que esté interesado—apunta con una apenas notable sonrisa ladina y cínica—. Si esto es todo lo que tienen que decir—Viktor se levanta de su asiento—. Tengo más cosas que hacer en Zaun. Principalmente anunciar el cese de fuego.

—Dijimos que perdonaremos a Jinx. No a los demás. —señala Ambessa y Viktor da un bufido.

—No me preocuparía de ellos si fuera ustedes—musita en voz baja y la mujer siente sospecha del comentario—. Como dije, no tengo tiempo para esto.

Jayce se interpone en su camino y Viktor lo reta a intentar arrastrarlo por la fuerza, cosa que claramente pretendía. Jayce suelta aire y pregunta—: ¿Podemos hablar?

—Sé que te molesta, pero no tenía más opción.

—Tenías la opción de no darle nada. Ninguno de ellos podría hacerlo solo de todos modos—discute Viktor de inmediato y Jayce sacude las manos—. Si hay tanta gente aterrorizada en Zaun, es precisamente por culpa tuya. Porque decidiste darles el poder de matar a todos usando lo que creamos para ayudar, para dar vida.

— ¿Entonces que querías que hiciera? Si esa pobre gente de la que hablas, no dejaba de tirar bombas y matar a personas en Piltover. Algo que tú no viste porque decidiste ir abajo como si ahí tuvieras algo. —reclama Jayce.

—Allá abajo está mi gente—informa Viktor entre dientes, luciendo especialmente irritado—. Y de quien menos esperaba algo como esto, era de ti, Jayce.

—Tampoco esperaba de mi compañero colaborar con la terrorista más salvaje de todas ¡La que casi lo mató! —Jayce no puede entender a Viktor. En lo que a él respecta, Viktor está siendo muy tonto y descuidado, así como hipócrita. Queriendo salvar de forma activa a una amenaza tan grande que causó tanto daño sentimental como estructural.

Jinx no es más que una asesina y Viktor pretende que por haber hecho armas de Hextech, son más culpables que ella.

—Esto es decepcionante. —dice Viktor con voz neutra, carente de emoción.

—Viktor, escúchame—pide Jayce, tomándolo por los hombros. Viktor usa tela negra que se enrosca en torno a su cuerpo, amarrado por Jinx, quien también lo peinó. El detalle de la pluma negra como colgante en la cadena en torno a su cintura es uno de los más llamativo—. Sé que no es lo que pretendíamos, que nuestro sueño no- Sé que quieres ayudar, que quieres hacer lo mejor para todos y no dejo de pensar que aún es posible. Aun podemos lograrlo. Solo… necesito a mí compañero conmigo.

— ¿Quieres que vaya contigo a seguir siendo como antes? —dice Viktor por seguridad en que no entiende mal. Jayce asiente.

—Ahora entiendes el arcano. Lo haces mejor que nadie. Todas las dudas, inexactitudes y detalles que teníamos antes ¡Son posibles ahora! —Jayce sonríe, esperanzado e ilusionado a la posibilidad. Viktor desvía la mirada—. Podríamos arreglar los problemas de personas como tú. Incluso todo lo malo que pasó, podríamos solu-

—Problemas de personas como yo. —Repite volviendo a verlo, Jayce tartamudea.

—Personas que van a morir por una enfermedad… incurable.

—No hay tal cosa en Piltover porque en Piltover, no hay agua contaminada, no hay aire denso que te obstruye los pulmones y la comida no está podrida, siendo lo único que puedes conseguir—Viktor aparta la mano de Jayce con brusquedad—. Piltover no necesita de mí y yo no quiero estar ahí para ver como destruyen y bastardizan mis sueños para ganar una guerra de superioridad.

Viktor se aleja de Jayce, quien se apura en perseguirlo.

—No quería molestarte, tan solo-

—Creo que dejé muy claro que no podemos volver a ser compañeros y mucho más importante, dejaste muy claro como ves esta realidad—interrumpe Viktor con brusquedad—. Adiós, Jayce.

Viktor se aleja, tomando su cetro y andando con su camino de regreso a Zaun. Jayce aprieta los puños y Caitlyn se le acerca, acariciando ligeramente su hombro—. Va a entrar en razón, no te preocupes. Él va a entender que es lo mejor.

—No, no lo hará. —murmura Jayce, negando con la cabeza y teniendo la tristeza obvia en sus gestos; Caitlyn mira el camino que Viktor recorrió.

—Tan pronto como Jinx esté lejos, entrará en razón… ella tiene la cualidad de dañar todo lo que se acerca a ella.

Jayce no entiende del todo como Caitlyn ve a Jinx. Esa capacidad de llamarla la culpable de todos los males que sucedan. Tengan o no relación. No quiere hablar más al respecto. Tampoco pensar en el hecho de que habrá un enorme ataque para forzar a Viktor a cumplir con las exigencias.

Además de matar a Jinx.


Mover a las personas


Sevika da un leve bufido, caminando junto a Jinx. No sabe bajo qué razón se atrevió a ir a pedirle ayuda de nuevo. Es una situación anómala. Incluso su ropa: las dos trenzas sobre su hombro derecho, hechas de forma distinta y muchísimo más intricada, llena de cintas y pequeños anillos metálicos; una capucha blanca que le cubre la cabeza, poncho traslucido que permite ver su top negro. Tiene una insana cantidad de tela enrollada en torno al abdomen. Es la primera vez en años que la cubriéndose de esa forma.

Sus zapatos son zapatillas muy pequeñas, enrolladas a lo largo de toda su pantorrilla y un pantalón que llega hasta la mitad de su muslo. Se quita al capucha, exponiendo de mejor su rostro y marcas; los ojos delineados con dorado, azul y rosado; los labios pintados de dorado y negro. Sus manos llenas de anillos, tal como sus muñecas con anillos y pendientes largos.

Ambas están de pie delante de la estatua de Vander, donde las Jinxers convocaron una importante reunión. El grupo que se pintó de azul y rosa llegan emocionado por ver a la fuente de esperanza, vida y justicia para Zaun. Más persona se comulga. Los curiosos, los expectantes, los ansiosos, los que quieren ser convencidos. Jinx da una pequeña risita, juntando las manos y tintineando los anillos.

—Me alegra que vinieran tantos… ¡Es algo que ellos no creerían posible! Que nos juntemos aquí—celebra Jinx dejando caer la cabeza a un lado—. Después de todo, supuestamente somos unos inútiles que ni siquiera pueden ponerse de acuerdo. —bromea.

Camina un par de pasos, Sevika entrecierra los ojos, cautelosa. Jinx tararea un poco antes de dar un anuncio:

—Nuestro heraldo va a hablar con las personas de Piltover… él va a negociar nuestra libertad—Apoya la mano en su pecho, con una sonrisa condescendiente y causando que las personas se acerquen más, aumentando la muchedumbre en el espacio amplio y nocturno—Él quiere que no seamos dependientes de Piltover. Que seamos nuestra propia nación, que seamos Zaun—enfatiza Jinx y baja de la fuente—, pero ¿Saben? Él es demasiado bueno—chuchea con clara lastima al respecto—. Tanto que Piltover se piensa aprovechar de él.

Hay horror en el rostro de la personas, que empiezan a murmurar al respecto. Sevika se mantiene cerca de Jinx, cuidando que nadie quiera tocarla o hacer algo. Supone que ese es su rol.

— ¡No es algo que podamos permitir! ¡Él es nuestro heraldo! ¡Es nuestro salvador! ¡Es quien puede darnos el Zaun que todos hemos soñado! —exclama Jinx con más fuerza, con ademanes exagerados y entusiasmo igual de amplio que su sonrisa—. Puede darnos el cielo, aire limpio, cuerpos sanos, hijos sanos, vidas largas… ¡Podríamos ser como Piltover o mucho más! —afirma convencida de ello.

De que Viktor con su mera existencia puede darles ese sueño que todos tienen. Incluso los más desdichados, avaros y crueles aquí, quisieran mejor aire, quisieran un cielo con estrellas; hay tantas cosas que sueñan en la parte más profunda de ello y que le frustra no poder conseguirla. Indiferente al poder que haya recolectado a lo largo de los años.

—¿Qué va a pasar? ¿Cuál es el problema? —pregunta alguien entre la multitud y Jinx se balancea en sus pies, poniendo un dedo frente a sus labios violeta.

— ¿No es obvio? Piltover se lo quiere quedar. Piltover nos lo quiere robar—Incluso al haber bajado la voz, quien lo escuchan lo repiten y se vuelve un eco. Cacofonía de molestia, incredulidad y ofensa—. Dicen que nosotros le hicimos tanto daño, que él debe sanarlo; que allá también lo necesitan, pero ¿¡Cuando ellos han necesitado algo!? —increpa a la multitud que se mueve negando—. ¿¡Cómo seríamos tan tontos de no notar que quieren robarnos nuestra esperanza!? —Se golpea el pecho con la mano abierta.

Sevika pone el brazo delante de Jinx, cubriéndola, evitando que se le vengan encima. Algunos ofrecen ir a proteger a Viktor, otros ofrecen atacar a Piltover ahora mismo, algunos piden más información. Es una marea de voces que solo se equipara a las voces que el atormentan en su cabeza.

A las que habitan tantas dimensiones…

Siempre son gritos.

A veces con odio.

A veces con preguntas.

A veces con desespero.

Tantas cosas que ya no se diferencian.

— ¿Saben? —dice Jinx con las manos en su abdomen—. Estoy esperando un hijo de él—Sevika voltea a verla con sorpresa, entrecejo fruncido y suma incredulidad—. Uno que será igual que él… más fuerza para nosotros, para perpetuar y hacer realidad el Zaun que queremos—Su sonrisa es demente, feliz, emocionada—. Quieren matarnos… y quieren quedarse con todo lo bueno que tenemos.

Jinx da un par de pasos adelante y abre los brazos.

— ¡Así que! —exclama aguda—. ¡Cuando sea el momento, ayúdenme a defender Zaun!

— ¡JINX! ¡JINX! ¡JINX! ¡JINX!

Sevika da un profundo respiro. Al menos algo se logró. Todos aquí están juntos en esto.

—Te lo dije.

Vi se frota la cara, luego la cabeza y mira donde Jinx sigue siendo rodeada y ovacionada por las personas de Zaun. Ekko se apoya en el barandal y mira abajo, preguntándose cuál es el plan en hacer este anuncio, en dar a conocer su estado actual. Al menos sirvió para que Vi le creyera. Claramente quiso negarse a la probabilidad de que su hermana menor esté en espera de un bebé. Suena ridículo e indeseado por montón.

Vi desvía su atención a Ekko—. ¿Sabes qué tiene en mente?

— ¿Eso se puede? —Vi encoge de hombros. Supone que al menos Viktor puede y quien sabe, si Ekko está allá, cabía la posibilidad—. Escucha… ella es igual que un maldito huracán. Nada lo controla, solo pasa, pero puedes sujetarte bien y existir con eso alrededor o dejarte arruinar la vida. La verdad—Ekko deja caer los hombros, dando un suspiro—, prefiero la idea de tenerlo alrededor.

—Mató a varios de los tuyos. —apunta Vi.

—Sí, lo sé. Todos lo sabemos. Ayuda que se arrepiente.

—Eso no suena a Jinx. —comenta Vi con una risa sin gracia.

—Jinx tiene más de Powder de lo que pensaba—admite Ekko—, lo suficiente para que pueda creerla. Además—Ekko mira a donde Jinx se encuentra, abrazando a algunas personas y haciendo muecas con ellos, hablando de quién sabe qué cosa—. Realmente está haciendo algo por mejorarlo todo. Creo que es lo que más cuenta ahora.

Vi guarda silencio unos segundos. Al principio, eso asusta a Ekko, pero cuando habla, no evita sentir dolor por ella—. Aún recuerdo a Vander… muriendo delante de mí. Lleno de Shimmer, viéndose como un monstruo. También recuerdo a Mylo, Claggor… recuerdo tantas cosas y no puedo sacarme de la cabeza como eso pasó porque ella decidió no hacer caso.

—Vi.

— ¿Ummm?

—Qué duele más: pensar que ya perdiste todo o aferrarte a que aún queda algo de lo que amas—Vi se muerde los labios—. Ella está ahí—apunta Ekko, cruzando los brazos—. Peleando como una demente por mantener vivo lo único que la empuja a no ser muerte nada más. Peleando por hacer lo que Silco quería, lo que Vander quería; lo que queríamos cuando éramos niños—Ekko no sabe cómo dejar salir la maraña tan curiosa de pensamientos y sentimientos—. Para avanzar, a veces hay que dejar algunas cosas atrás.

— ¿Qué dejaste atrás? —pregunta Vi en voz baja.

—La rabia… el orgullo… Ha valido la pena. —opina Ekko y Vi se recuesta en sus brazos, viendo a Jinx que ahora se aleja, tan saltarina y animada como llegó.

—Aun si me decidiera, no puedo ir con ella… no con lo que he hecho hasta ahora.

—Quizá si puedas. Solo tienes que mover tu enorme culo hasta allá. Hay lugar. —Ekko consigue hacer que Vi ría un poco, apenas lo suficiente para demostrar que ni siquiera ella está totalmente perdida por la tristeza asfixiante.


Cuando amenazan al cuervo y al nido


— Tomaré esa cara de amargado, como que todo fue mal.

Viktor ni siquiera responde. Jinx anda a saltos, manos tras la espalda y tarareando animadamente. Ambos entran al santuario y Viktor se quita parte de la ropa, haciendo todo más fresco y sencillo. Se frota el puente de la nariz y da un bufido de profunda irritación. Jinx se sienta de un salto en un enorme cojín.

—Jayce intentó convencerme de ir allá. De subir ¿Quién se cree que es? —reclama Viktor, más para sí mismo que para Jinx—. Es un sinsentido tan grande que escapa a mi entendimiento.

—Ay ya sabes, Victimismo de Piltover, no es nada nuevo—desmerita Jinx con desinterés—. Entonces ¿Me vas a contar tu súper plan?

Viktor niega con la cabeza y Jinx da un resoplido—. Lo mejor es que te quedes aquí. No quiero que corras ningún riesgo. Ahora más que nunca. —Da un breve vistazo al abdomen cubierto de Jinx. Apenas han pasado unos días y ya luce un poco más grande. Ni siquiera tiene la certeza de que va a ser un embarazo normal. Quizá sea más acelerado por el Shimmer, quizá por ser ambos usuarios del Arcano... Hay tantas probabilidades y no quiere arriesgarse de ninguna forma

Que si algo sale mal, no sea por descuidados, sino la anomalía que significó todo este embarazo. Jinx se levanta de un salto y lo toma de la mano, haciendo que la toque en el abdomen.

—Creo que se mueve. Está drogado desde antes de nacer—tontea Jinx y Viktor la mira mal—. De todos modos...—Jinx lo hace subir poco a poco la mano—. Sería bueno que tú y tu verga metálica se apiaden de mi vagina impaciente. —Viktor masajea ligeramente el seno de Jinx, dónde ahora reposa su mano.

—No ahora.

Se aparta definitivamente. Jinx da un bufido.

—Ya acabaste tu parte de sabio conocedor y guía de los desdichados. Puedes prestarme atención. —critica Jinx. Viktor niega con la cabeza.

—Por hoy no... Hay que estar atentos y tú, calmada.

Jinx deja caer la cabeza, dando un quejido fastidiado.

No fue ese día, sino el siguiente. Todos despertando o interrumpiendo sus labores mañaneras debido a las explosiones que suceden en torno a la enorme comunidad. La mayoría corre hacia el centro, donde se encuentra el santuario. Una multitud de soldados noxianos y Vigilantes de Piltover entran a la comunidad. Rompiendo muros, arcos y viviendas en a su paso, disparando cañones y armas sin medirse.

Los Firelights entran en acción al instante, recogiendo niños y otras personas que se ven en problemas, divididos en dos grupos: los que apartan a los que viven aquí y los que atacan a los soldados.

Jinx sale de su laboratorio, explotando una burbuja de chicle y cargando el enorme cañón en su hombro. Le da un par de golpes y al hacerlo funcionar, dispara: la forma en que el misil sale volando es una sorpresa que apenas los Firelights pueden evitar. Jinx camina entre las personas, mascando el chicle. Ekko se detiene junto a ella.

—Hay más armas allá adentro. Pueden ir por ellas si quieren. También hice unos protectores super geniales. —afirma Jinx con una sonrisa creída.

— ¿No hay una barrera en torno se este lugar?

—Tengo que ir hasta allá a activarla.

Ekko asiente y retrae a los Firelights. Jinx vuelve a disparar los misiles, preguntándose ¿Dónde está Viktor? ¿Qué está haciendo exactamente? Sabía que esto pasaría. Es un poco extraño. Por el momento, no ve a nadie muerto, lo cual es afortunado. Entrecruza a Fishbone en su pecho, toma la pistola en su mano y mueve los hombros.

Tiene una camisa blanca algo holgada y pantalón corto de tela gastada, también va descalza. Estaba jugando con sus experimentos. Es muy temprano para estas cosas. No está maquillada y tiene las trenzas en un moño tras la cabeza. Apenas es posible para los soldados reconocer que es ella, consecuencia de los tatuajes y cabello azul.

Su cuerpo se acelera, el movimiento es eficaz y en ello, está atacar e ir en contra de los soldados. Diferentes distorsiones gracias a su reacción enojada a no conseguir lo que quiere con cada uno de ellos; armas que se dañan o destrozan en las manos ajenas. Salta atrás, casi dejando caer a Fishbone y viendo a Rictus que se pone en posición con la lanza en la mano. Del suelo surgen botas que le quedan perfectas a Jinx, quien apunta con una sonrisa.

Jinx le dispara, la energía rebota en las rocas talladas del brazo del noxiano; cambia de táctica, atacándolo directamente y siendo rodeados por noxianos que apuntan con sus lanzas de mental. Los Firelights se hacen cargo de la mejor forma que pueden. Hay una explosión nueva, Ekko se detiene a mitad del aire, sorprendido de la gente que viene desde Zaun.

Todos con sus armas, atacando así sea a puños. Los Jinxers a la cabeza y aunque son menos a las tropas, están dando todo de ellos.

En ese momento, es cuando entiende por qué Jinx fue a hablar en la estatua de Vander: quería que todos vinieran a ayudar, sentirse incluidos en proteger a Viktor y generar orgullo cuando la batalla sea una victoria. No hay forma en que no lo sea. Ekko pone en marcha a ayudarla, golpeando a rictus en la cabeza con el bastón de brillo azul verdoso que Jinx dejó etiquetado para él en específico.

Ella aprovecha la oportunidad para subirse al hombre noxiano y apuñalarlo un par de veces en el hombro, casi en el corazón, él se la quita de encima, tirándola a un lado y Jinx se cubre para no recibir la patada en el estómago. Las runas en Rictus lo protegen de la distorsión que causa Jinx en torno a ella para protegerse; él la toma del cabello y la levanta, golpeándola en el rostro. Ekko salta de la tabla, derribándolo y yendo directo hacia Jinx—. ¿Todo bien?

—C-creo que tengo la nariz en el cerebro-

Lo aparta rápido y se mueve de forma dolorosa, con el Shimmer forzándola a reaccionar más y más rápido para no resultar herida y Ekko tampoco. Ekko se ve atrapado por los soldados noxianos, apenas evitando ser apuñalado. Breves y largos destellos rosados a cada movimiento de Jinx que huye y golpea a Rictus en lo posible; Rictus la toma de la trenza que se soltó del moño, la jala con fuerza y la sujeta con su bíceps, asfixiándola; las runas verdes surgiendo en torno a ellos y Jinx agitándose hasta gritar de lo mucho que el Shimmer la agita.

Duele muchísimo.

Duele demasiado.

Rictus la acerca a uno de los soldados que levanta el arma para apuñalarla. Aprieta los dientes y contiene el aire, sujeta la cuchilla con sus manos, empezando a sangrar. Lágrimas de Shimmer escapan, así como saliva y el cuerpo del soldado explota. Rictus toma el resto de la lanza y apuñala a Jinx en el costado.

A punto de apuñalarla en pecho, detenido solo por el disparo en la cabeza. Jinx se sujeta la herida, dando quejidos histéricos y viendo alrededor antes de fijarse en la barrera azul en torno a ella.

— ¿¡Está bien!?

Jinx gimotea, ladeando la cabeza ¿De verdad es Vi? Solo ella tiene las manos tan grandes para usar esos guantes. El escudo se desvanece y Jinx se agita, levantando una enorme barrera de cristal en torno a ambas. Vi deja caer los guantes y va hacia ella, revisándola.

— ¿E-eres Vi…?

—Te golpearon bastante fuerte si estás preguntando—refunfuña la luchadora que se quita las cintas de la manos—. Vamos a llevarte a otra parte menos-

Se interrumpe por el cristal roto y antes de que Vi pueda levantarse, sucede algo extraño: hilos dorados se adhieren a la cabeza del soldado. Cientos y cientos de hilos que salen disparados a todas partes. Vi ayuda a Jinx a levantarse, el cristal se deshace y Ekko llega hasta ambas. Para evitar más esfuerzo o cualquier daño extra, Vi carga a Jinx y trota entre los soldados.

No alcanzan el santuario, no con lo que sale poco a poco de este.

— ¡Viktor! ¡Creo que es un buen momento para salir!

Heimerdinger no está seguro de qué es lo que hace Viktor. Flotando con los ojos cerrados y en lo que parece una sesión de meditación intensa. El tiempo corre más rápido de lo que Viktor percibe, ensimismado.

Percibe todas las mentes que entraron aquí. Todas y cada una de ellas. Revisa cada una de ellas. Busca sus intenciones, sus vivencias, sus emociones; percibe a las personas que vinieron a ayudar. Descubre la pequeña exposición que Jinx hizo en la estatua de Vander…

Ah, su cuervo adora ser escandalosa.

Heimerdinger exclama, sorprendido y pasmado en partes iguales, retrocediendo. Viktor no solo abrió los ojos, también formó una máscara que pareciera abrirlo, luciendo parecida a un lobo. Su cuerpo creciendo de tamaño y mutando la ropa que tiene encima. A medida que camina a la salida del santuario, aumenta su tamaño, un tercer brazo surgiendo de su espalda y cuando está la garra formada, crea una aureola de runas en torno a su cabeza. Viktor da un leve toque con su bastón, causando que varios hilos dorados salgan disparados en todas direcciones.

A la vez, su atención se fija en lo que viene en su dirección: Vi cargando a Jinx, Ekko apenas un paso más atrás. Viktor se inclina, ladeando la cabeza y Jinx se ríe tiritando.

—La próxima actualización de programación, ponla antes de todo ¿Sí? —bromea Jinx y Viktor da una leve risa, sonando robótico.

『Lo tomaré en cuenta』

Da un toque en su frente, como siempre lo hace y Vi aprieta los ojos, cegada por un instante. La sorprende que Viktor le quite a Jinx de las manos, con este sosteniéndola en su antebrazo. Jinx lo abraza por el cuello, frotando al mejilla en la máscara gris.

Su cabello azul recogido en un moño alto, seguido de múltiples trenzas llenas de pequeñas piedras preciosas; un collar dorado que sostiene la tela cubriendo su pecho, un chal largo y traslucido; cadera con largas cadenas doradas y tela blanca cubriendo parte de sus piernas, llena de patrones traslucidos que formó el arcano.

Incluso sus manos tienen guantes, resaltando que tiene un anillo en el dedo anular.

『Lo lamento por haber tardado』

—¡No importa! Estábamos bien. Incluso si seguías durmiendo, podíamos solos—afirma Jinx sin separarse de él—. Además, me diste ropa bonita ¡Eso compensa un poco la puñalada! Ahora dale gracias a Ekko y la manotas, que casi me sacan las tripas si no me ayudaban.

『Soy consciente de eso… espero que consideren buen agradecimiento lo que sigue』

Ambos se apartan, siendo que Viktor avanza hasta quedar en una pequeña y elegante plataforma que se creó. La garra tras su cabeza se mueve con mayor agitación. Todas la personas con los hilos dorados en la cabeza, incluso cadáveres, empiezan a flotar. Poco a poco ocupan el cielo y cuando la garra se detiene, haciendo un retumbar y con las runas brillando con más fuerza, todos los cuerpos empiezan a cambiar.

Se hacen blancos.

Se llenan de mecanismos dorados.

Dejan de ser humanos y una vez en el suelo, permanecen de pie. Silenciosos, estáticos.

『Todos quienes signifiquen un peligro para Zaun, quienes quieran impedir su nacimiento y consecuente florecimiento, acabaran de esta manera: como simples máquinas utilizadas para el bien de Zaun』

Todos escuchan a Viktor. Desde los que están cerca, hasta los que están lejos. A Vi le produce escalofríos la imagen ¿Todo depende de lo que Viktor crea? La sobresalta las exclamaciones y celebración que viene de parte de los Jinxers, quienes corren hasta donde está él, haciendo una reverencia con la cabeza. Jinx se ríe, balanceando la piernas.

— ¿¡Ven!? ¡Piltover lo quiere porque sabe que él puede controlar el mundo si quisiera! —exclama Jinx y Viktor continúa vigilando los pensamientos de todos. Si hay alguno que se haya escapado (de ser posible)—, peeeeero es nuestro: nuestro salvador, nuestro heraldo de bonita cinturita. —Le da un beso sonoro y Ekko se lleva una mano a la cara.

Claro que no podía reprimir el comentario.

『A partir de hoy, todo será muy diferente』

El anuncio es escalofriante. Tanto como maravilloso. Causando emoción en todos los Zaunitas que vinieron para ayudar en la protección del tan hablado y estimado heraldo. Guiados por el cuervo que grazna risas, parado en el brazo de sus señor.