Ellos ven una demente, una amenaza, una solución, un símbolo. Ven tantas cosas diferentes y Viktor ve algo totalmente distinto. Para él, Jinx es un cuervo: un ave tierna y fiel buscando su cariño, un hogar y esperanza. Él quiere darle todo eso, mimar a su amada cuervo de plumas azules y graznido que hace temblar a todo Zaun.
You say too late to start, got your heart in a headlock I don't believe any of it You say too late to start, with your heart in a headlock You know you're better than this Wear a different pair, do something out of step Throw a stranger an unexpected smile With big intention, still posted at your station Always on about the day it should have flown
I'm walking, you've been hiding And you look half dead half the time Monitoring you, like machines do You've still got it, I'm just keeping an eye I've been walking, you've been hiding And you look half dead half the time Monitoring you, like machines do You've still got it, I'm just keeping an eye You know you're better than this
Herald'sCrow
Se siente… perdida.
Insanamente sola.
Quisiera decir que estará bien. Que puede seguir como siempre, pero la realidad es que no sabe que se supone que debe hacer. Cómo debe continuar. Piltover va a perseguirla por lo que hizo. Eso es un hecho. Vi ya no estará en su vida a pesar de estar viva…
Silco…
Silco no está.
Silco ya no está.
Tenía muchísimo tiempo de no llorar tan fuerte.
Regresó sobre sus pasos, igual a un perro acobardado y lo abrazó con todas sus fuerzas, pidiendo que regresará. Está vez le haría caso. Cualquier cosa que quisiera, la haría. Cualquier cosa sin falta. Incluso si era no molestar a nadie de nuevo…
No volvió.
No importó cuánto lloró.
Él no regresó.
No lo podía dejar ahí.
Costó moverlo debido a su llanto imparable, pero pudo llevarlo hasta el río, el único lugar que es lo suficientemente importante y a la vez, el único lugar en el que puede dejarlo. No lo quiso soltar. Lo abrazó hasta el último momento y aún con el ardor en los ojos por el agua contaminada…
Lo vio hundirse.
El agua se lo tragó.
¿Qué se supone que haga sin él?
¿Cómo va a sobrevivir sin él?
No quiere vivir sin él.
—Aparece… háblame. Háblame… ¿¡Por qué no apareces!?
Mylo siempre aparece.
Claggor siempre aparece.
Vander siempre aparece…
¿Por qué Silco no?
Así sea un tormento eterno, lo quiere.
— Ódiame. Ven y… fastídiame. Habla feo. Di que soy una inútil—Jinx habla a la nada entre lágrimas—. Por favor… aparece. —Se sujeta la cabeza y abraza las piernas, sollozando sin control.
Necesita a Silco.
Necesita que él le diga que hacer.
Y así como todos la llamaron "el perro de Silco", se demuestra que lo es: llorando por su partida y rogando por algo imposible. Incapaz de moverse de la costa o del almacén donde lo mató. Espera su regreso pacientemente y hasta que eso suceda, seguirá llorando, haciendo crecer el río con su llanto.
✧ Algo diferente ✧
Decide ir a The Last Drop. Quizá si va ahí, Silco estará en su oficina y obtendrá lo que busca de él. Es la lógica con la que Jinx se desplaza de la oficina al almacén y del almacén al río. Todo en un bucle que lleva alrededor de cuatro días. Sevika la ve en ese bucle estúpido y no la interrumpe. Demasiado enojada con ella y teniendo sus propios problemas.
Los Chems Barons están siendo un auténtico dolor de cabeza y a diferencia de Jinx, no va a permitir que el legado de Silco se desmorone. No tiene tiempo para vagar y llorar. Lo único que la alegra, es que esté sufriendo. Que sienta las consecuencias por sus actos descuidados.
Hoy pasa algo diferente.
En su camino, Jinx se da cuenta de una persona que tambalea al andar, cubierto por una sábana azul. No lo notaría de no estar en su camino. Va muy lento y tiene un bastón a la mano. Jinx lo rodea y le da un vistazo. Cara arrugada y curiosidad ligera. Apenas la suficiente.
Tropieza con algo y casi cae. Jinx lo ve nada más. A punto de alejarse hasta que él levanta la cara y se la queda mirando.
—Oh… hay… algo que… brilla en ti. Es…
Jinx abre los ojos poco a poco, observando con asombro a esta persona que jadea y se aferra a su bastón con desesperación. Su rostro es delgado y largo. Pómulos altos, ojos que parecen encapsular un arcoíris; cabello marrón ligeramente largo; contextura delgada, alto, voz elegante aún en su dolor y aturdimiento.
Jinx lo toma de la muñeca y él se aferra por inercia, tomándola por igual y viéndola fijamente. Deforma la expresión, adolorido y teniendo espasmos suaves. Jinx se mueve inquieta y lo jala consigo. Lo hace entrar a The Last Drop y subir a la oficina. Rebusca en el escritorio hasta tomar la aguja y juntarla a la sien de esta persona.
Dándole una pequeña inyección que inicialmente lo hace gruñir de dolor, apretando la expresión y los dientes; luego tambalearse y quedar totalmente tendido sobre ella y…
Calma.
Mucha calma.
No siente dolor en lo absoluto.
Respira agitado, pero su corazón se calma poco a poco. Jinx lo arrima hasta el sofá y aprieta la aguja en su mano, estirando una larga y sonrisa con ojos dementes.
Él… se parece un poco a Silco.
Tal vez es Silco.
Tal vez regresó a ella de esta forma.
Luciendo diferente, pero necesitando de las mismas cosas, incluyéndola a ella.
Se sienta a un lado y lo atrae, haciendo que se recueste de su pecho. Le acaricia el cabello y tararea cerrando los ojos, sus uñas separan delicadamente los mechones marrones. Intencional o no, él se relaja y dormita en ella, cerrando los ojos y dejando la mano en uno de los muslos anchos.
✧ Viktor ✧
— ¡Taran! ¿¡Verdad que está bonito!? No seas tímido y avanza. Vamos vamos.
Jinx le da constantes empujones. Que camina por el inestable espacio y así, llegue al final de su escondite. Dónde tiene a Mylo, Claggor y su espacio de descanso. Fue un poco difícil llegar. Hay vigilantes por doquier y Mister-ry tiene el equilibrio de un niño de ocho meses. No obstante, ya están aquí.
Empieza un largo proceso de ordenar sus pertenencias. Cajas de pintura, cajas con algo de ropa, cajas con bombas listas para usarse. Bla, bla, bla. Muchas cosas, en conclusión. Trata de limpiar un poco para darle un espacio. Le da risa y ternura lo confundido que se ve. Tiene espasmos cada tanto. Luce igual de feo que un perro empapado y deforme.
Tampoco deja de aferrarse a su bastón. De forma casi desesperada. Una vez termina con “ordenar”, empieza a armar una pequeña carpa en torno al sofá, dejar cojines y sábanas para que sea muchísimo más cómodo. Él la observa atento. Entre confundido y curioso.
— ¡Listo! —exclama Jinx, señalando con ambas manos.
Puso luces cálidas ahí dentro, que sea un espacio genuinamente cómodo de estar. ayuda a Mister-ry a pasar y así, que se siente ahí dentro. Que disfrute del pequeño espacio lleno de cuentas y cristales brillantes. Así como al luces. Jinx salta dentro, balanceando la piernas de atrás adelante.
—Bueno~—tararea Jinx, balanceando la cabeza—. ¿Qué haces en Zaun? ¿De dónde saliste?
— ¿Zaun? —Repite él en voz baja. Jinx asiente entusiasta—. No sabía que tenía un nombre… siempre lo llamaron Undercity. —musita lento, tan calmado y débil que Jinx se ríe, enternecida. Parece seguir drogado. Aunque el Shimmer que le puso era tan poco, que es imposible que tuviera una reacción como esa.
—Es una ciudad. Debería tener nombre ¿No crees? —él da un gesto afirmativo, conmiserándolo algo normal y justo—. Y tú ¿Tienes nombre? Mister-ry.
Él se queda en silencio unos instante, como si estuviera pensando en qué responder. Jinx balancea la cabeza, incitándolo a responder. Cuando lo hace, es un sonido muy amortiguado, así lejano—. Me llamo… Viktor.
—Viktor, Viktor ¡VIIIKKTOOOR! —exclama Jinx escandalosa y él inclina la cabeza—. Sí, tiene sentido. Te queda bien—Se muerde el labio inferior—, yo soy Jinx. Ya sabes, quienes explota todo por aquí y también en Piltover.
—Oh, sí, hablaron de ti allá—murmura Viktor y Jinx pestañea con falsa coquetería. Él estira poco a poco su mano—, decían que eres una amenaza, que eres quien más muerte ha causado—Viktor acerca la mano a su rostro y Jinx apenas se hace a un lado a la misma velocidad, confundida—, pero no creo que eso sea-
Jinx abre los ojos de par en par. Los dedos de Viktor rozan su frente. Es apenas un instante donde hay tanto en su cabeza. Desde recuerdos de su infancia, cuando sus padres aun vivían, hasta los momento más íntimos y lejanos con Silco, los que en teoria, olvidó porque sucedieron durante siete años.
Viktor da un quejido de dolor, retrayendo la mano y tomándose la cabeza. Jinx se apresura hacia él, siendo donde Viktor se recuesta y respira agitado. Jinx le acaricia el cabello y recuesta la cabeza en él. Eso fue extraño ¿Viktor tiene algún poder?
—Hay… hay algo que debo hacer—dice Viktor sin aire—, si no te… molesta ¿Podrías ayudarme? —Se retrae más en sí mismo—. Siento que mi cabeza podría explotar si no lo hago.
—Podemos ir mañana.
Viktor asiente y aunque trata de enderezarse, Jinx lo incita a que se quede de esta manera, que descanse en su pecho y pueda escuchar su corazón latiendo a un ritmo tan tranquilo. Diferente a la persona tan caótica que pertenece.
✧ Poder encontrado ✧
Seguir a Viktor es como ir tras un ciego en una nueva ciudad. Parece que solo van en círculos, que no hacen más que ir por cada callejón que puedan encontrar. Jinx nota que hay muchos adictos a Shimmer a medida que avanzan. Poco a poco son más y que Viktor se vuelve el centro de atención.
—Veo... Cosas—murmura Viktor en voz baja y Jinx sigue en su estado de vigía—. Diferentes luces, marcas y rostros. Que hay un hilo que me conduce a alguna parte—Se detiene por un instante, girando hacia Jinx—. ¿Crees que estoy loco?
—Sí, pero yo también, así que no importa. —desmerita Jinx, despreocupada y Viktor se inclina hacia ella.
—Tal vez es la muerte guiándome—propone viendo su mano—. Porque debí haber muerto allá... En esa explosión—Jinx frunce la expresión ¿Cuál explosión? ¿Casi lo mata? —. Y tal vez todos mis pasos, me conducen hacia una desgracia—entorna la mirada hacia Jinx—. ¿No quieres irte?
—Bueno, también debí morir hacer varios años y hace unos días. Así que—Entrelaza el brazo con el de Viktor—. Si es lo que pasa: ¡Vamos juntos! —propone con una enorme sonrisa. Viktor no oculta su confusión.
— ¿Quieres morir?
—No me molestaría
—Eso es... Raro.
— ¡Estoy loca! ¡Todo lo que te diga será raro! —afirma Jinx sonriente.
Viktor se apoya un poco en ella para caminar. Percibe algo de Jinx. Agitado, ansioso, errático. Es tan abrumador, pero encantador a la vez. Aprieta la mano en el antebrazo de Jinx, relamiéndose los labios y dando un profundo respiro. Se siente... Muy bien.
Tanto que no se da cuenta al llegar al final del camino.
Jinx encuentra raro que llegaran aquí. Dónde alguna vez estuvo su casa. Es solo un basurero ahora. Saca la pistola de su pantalón cuando nota que los rodean. Se burla en la cara del que habla. No por lo que dice. No lo oyó. Tan solo se ve ridículo. Levanta la pistola y antes de jalar el gatillo, Viktor la detiene. Con delicadeza la hace bajar el brazo—. Quédate aquí. Por favor.
Jinx mira alternativamente con mala cara, sus ojos brillando con fuerza. Viktor se acerca lento al que usa gafas. El hombre con grandes malformaciones y gafas rotas. Jinx estuvo a punto de disparar por verlo alzar el cuchillo, pero se detuvo por Viktor.
O lo que percibe de él. No sabe cómo explicarlo. Escucha algo, lo ve, lo siente. Es una vibración que se concentra en torno a él, forma diferentes patrones y sonidos. Luces que empiezan a surgir hasta que finalmente toma al hombre de la cara. Jinx contiene el aire, con labios entreabiertos y cuerpo tenso.
Son segundos.
Apenas unos segundos.
Cuando la luz, sonido y distorsiones se detienen, Viktor tambalea en sí mismo, desplomándose—. ¡Viktor! —exclama Jinx, corriendo hacia él para que no caiga de cara. Apunta con la pistola, pensando que le hizo algo y bajando un poco el arma al notar algo:
Es normal.
No tiene malformaciones por Shimmer.
Sus ojos vuelven a ser claros.
Su piel es saludable así como su cabello.
El hombre se tira al piso, haciendo una reverencia y los demás también. Jinx observa alrededor y luego a Viktor con tiene una débil sonrisa en la cara.
—Así que... Esto es lo que buscaba.
✧ Aspiraciones ✧
—Era un científico de Piltover... Durante todo mi tiempo allá, quería crear para ayudar a las personas—explica Viktor en voz baja, moviendo su mano y Jinx persigue dicho movimiento, a veces viéndolo a la cara—. Era lo único que llenaba mi mente cada día.
—Ayudar... ¿En Piltover?
—A las personas de Zaun. A las personas como yo—Viktor se recuesta en la pared, viendo a Jinx a los ojos—. Soy de Undercity. Sé lo que se sufre aquí abajo y quería arreglarlo. Quería dar una mejor vida dónde nadie tuviera que sufrir... Cómo yo lo hice o incluso peor. Como sé que puede ser peor.
Jinx tiene una chispa en los ojos. Brillante, ilusionada. Ella tiene algo en mente y Viktor no comprende qué es eso que ella mira en él. A más habla al respecto, más crece dicha chispa.
Por su parte, ella está convencida de que esto es lo que pidió. Viktor es la solución ambulante a lo que Silco siempre quiso. Al menos en la parte más pacífica de sus deseos: Zaun como un espacio del que se pueda estar orgullos, que sea mucho más que unas minas donde todos mueren y un rincón para diversión de los que vienen de arriba a burlarse.
Viktor es Zaun en su estado más amable y humano.
Jinx toma a Viktor del rostro, acariciando la mejillas delgadas y viéndolo con emoción, casi ternura. Viktor jamás ha recibido una mirada como esa. Como si es la mayor esperanza y salvación de una persona.
— ¿Puedes hacer que Zaun mejore? Que… no todos se estén muriendo y no sea… no sea el vertedero de mierda de Piltover ¿De verdad puedes hacer eso? —interroga con voz temblorosa y risas que se escapan accidentalmente—. Podrías hacer… que seamos una ciudad propia. Que seamos Zaun. —Jinx sonríe de forma que duele de mirar.
Como si lo hace para no romper en llanto y Viktor no comprende qué es lo que la tiene tan emocional. Baja la mirada un instante, entre intimidado e inseguro. Quiere lograrlo, no sabe si puede lograrlo.
Jinx ve en él un salvador.
Un milagro hecho persona.
No sabe si es tal milagro, pero al mismo tiempo…
Lo que hizo.
Lo que ella ve en él con tanta esperanza…
Quiere esa esperanza en la mirada de todos en Undercity.
Así como quiere hacer valer que Jinx no solo tiene esta esperanza en él, que cumplirá con un sueño tan lejano e imposible; también quiere hacer valer lo mucho que ella lo está ayudando. Como cualquier otro en Undercity, pudo haberlo ignorado o incluso matarlo.
No hubo una razón, ella simplemente lo acogió. Incluso ahora, metidos por segunda vez en su escondite, es ella quien le está dando un lugar de donde dormir, qué comer, expresar sus confusiones internas y con quien pudo descubrir qué es el poder que tiene en manos.
Jinx quiere que Undercity sea una ciudad por si sola, que sea “Zaun”.
Él quiere mejorar la vida en Undercity.
Son objetivos que se toman de la mano.
—Quiero ayudar. Si para eso debe ser Zaun… Sí, puedo lograrlo. —concluye Viktor con determinación.
Jinx sonríe ilusionada, encogiéndose de hombros. Viktor abre los ojos de par en par por el beso que recibe en los labios y luego que Jinx lo abrace, haciendo que recueste la cabeza en su pequeño pecho, donde su corazón late acelerado. Jinx le acaricia el cabello y recuesta la cabeza, dando risitas leves.
Podrá conseguir lo que Silco quería.
Quizá algo mucho mejor.
Así va a hacer que haya válido que la cuidara todos estos años, el cariño que él le dio-
«No llores… eres perfecta.»
Va a enorgullecerlo, va a hacer que todo valga la pena.
Mientras Viktor cura y arregla todo lo que está roto, ella va a cuidar de él. Va a asegurarse que nadie pueda hacerle daño.
✧ Un lugar ✧
—Apenas se puede respirar aquí ¿Seguro de que es un buen lugar?
—Sí. Siento que es un buen lugar.
Jinx da un resoplido y se rasca la cabeza. Hace una señal a las personas que Viktor ya curó. Ellos se apuran a iniciar: limpiar escombros, metales y estructuras inútiles. Viktor toma asiento, jadeando con ligero cansancio. Jinx se inclina hacia él.
— ¿Te vas a morir o algo así?
—Estoy cansado, es todo. —dice Viktor dejando caer la cabeza. Jinx gira sobre sus talones y da un resoplido. No hay nada de comer cerca y los vigilantes están siendo bastante molestos hoy. No puede ir al mercado a comprar algo.
No hay mucha más opciones que simplemente… ¡Esperar que se recupere!
— ¿Tienes algo en mente? —pregunta Jinx—. Este sitio es una mierda. Está oscuro, huele a mierda, también parece haber una fisura en una tubería de ventilación—Gira la mano, andando con una mano en la cintura—. A menos que quieras un pueblo de mierda, no veo qué hacemos aquí.
—Dices mucho “mierda”.
—Mi palabra favorita junto a jódete. —bromea Jinx y Viktor niega con la cabeza, sonriendo suave.
—Es un buen lugar—asegura en voz baja y estira la mano. Jinx cree que debe tomarla—. Pronto, será mejor.
La sorprende que en la palma de Viktor, crece una flor. Tallo verde y pétalos amarillos. Curiosa, roza los pétalos y recoge la mano. En Zaun no crecen la flores. El aire es demasiado denso y peligroso. Viktor extiende un poco más el brazo, ofreciéndola. Jinx la toma y la huele—. ¡Eh!
— ¿Nunca habías olido una flor?
—No. Solo las he visto de lejos—Jinx entrecierra los ojos. huele mejor que nada aquí abajo. suspira con una sonrisa tonta—. ¿Vas a hacer muchas flores? ¿Ese es tu plan?
Si había algo que amaba de tener a Jayce como compañero, es que podía hablar por horas y horas de alguna idea y el tema no moriría hasta que se sintiera satisfecho. Con aportes, mejoras y atención absoluta.
La diferencia más grande con Jinx, es que ella recibe las ideas con incredulidad y expectativa. Esperanza de que una fantasía casi inalcanzable, pueda lograrse.
Fue una semana entera para lograr poner flores en un perímetro considerable y cuando el aire se empezó a hacer más ligero, supo que logró impresionarla. Incluso apartar cualquier clase de duda a que tiene todo el potencial posible a “crear Zaun”.
Las casas fueron el siguiente paso y Jinx estuvo saltando por todas partes de la emoción. A pesar de que también consume energía, Viktor es capaz de cambiar absolutamente toda la forma y composición de la chatarra que había por doquier y convertirlo en lugares donde se puede vivir.
Casas de forma esférica, brillante y similar a lo que Viktor le ha dibujado un par de veces, queriendo explicarle que fue lo que vio en el momento de cambiar a la forma que tiene ahora. La más grande, apartada y llamativa es para él.
— ¿No hay cama?
—Creo que no necesito dormir—dice Viktor. Es un espacio grande por dentro y la luz se filtra de forma perfecta entre cristales en el techo—. Tampoco necesito comer... Necesito algo más, pero no sé qué es. —admite cerrando el puño hacia sí mismo. Jinx resopla, cruzada de brazos y encorvada.
—Probablemente una batería enchufada en el culo.
Viktor se gira con las cejas fruncidas y Jinx se ríe antes de sacar la lengua. Se acerca a largos pasos y apoya el mentón en el pecho de Viktor.
—Cuando termines las casitas, traigo gente—propone Jinx—. Malvivientes que quieran otra cosa. Si hay algún niño enfermo ¿Te parece bien?
— ¿Estás segura de que puedes hacer eso?
— ¡No te preocupes! —exclama Jinx, abrazándolo de repente. Fuerte y cercano. Viktor no sabe qué hacer con los brazos—. Te prometo que lo haré bien... ¡Debemos lograr Zaun! No lo pondría en riesgo.
Viktor tuvo la intención de preguntar qué motiva a Jinx a querer Zaun. Por lo que ha visto en las personas que sanó, escuchó en Piltover y en las calles de Zaun, ella es muy descuidada. Explotando todo a su paso y convirtiéndose en una especie de malcriada cuando las cosas no van como quiere.
Este impulso altruista resulta fuera de personaje.
Para el momento en que tienen suficiente espacio limpio y suficientes viviendas, Jinx se marcha con la intención de cumplir su misión y Viktor está un poco nervioso al respecto. Se hace miles de escenarios. Cada uno más catastrófico que el anterior hasta que, varia horas después, Jinx llega con al menos diez niños atrás de ella. Todos con malnutrición, tosiendo, ojos inyectados en sangre.
Viktor esperaba adultos, no se imagina de dónde salieron todos estos niños.
— ¡Taran! ¡Te dije que traería gente! —exclama Jinx, apuntándolos mientras agita la manos—. La mayoría quiere comer y no ahogarse, porque hay The Grey por todas partes ¡Así que vinieron solos!
— ¿Y sus padres?
Jinx parpadea repetida, frunce las cejas y gira hacia ellos, dejando caer los brazos.
— ¿Ustedes tienen padres?
Viktor no pensó que esa sería una pregunta tan fácil de hacer, al mismo tiempo que olvida lo normal que es ver niños huérfanos aquí. Solo un par levanta los brazos—No estamos en proceso de robar niños. Hay que devolverlos con sus familias—. Apunta Viktor y Jinx se endereza, resoplando.
—Está-bien. Los llevaré a su casa después. —replica cruzando los brazos, igual a una niña haciendo berrinche.
Viktor se agacha delante del primer niño. Hay sangre saliendo de sus ojos y no ha dejado de toser en casi todo este tiempo. Coloca la mano en su rostro con delicadeza, con sus ojos brillando blancos al estar en contacto. Jinx se muerde el labio inferior, dando pequeños saltos y golpeando los puños en sus propios muslos. Emocionada.
Para cuando termina, los doce niños están correteando y mencionando lo bien que se sienten. Un par de ellos, niñas, abrazadas a Jinx y diciendo lo genial que fue; unos cuatro de ellos tocando las manos y brazos de Viktor.
— ¿Puedes curar a mí mamá? —pregunta un niño, no debe tener más de cuatro años, Viktor inclina la cabeza suavemente—. Ella no se puede parar y papá dice que no va a curarse, pero decía que yo no me iba a curar y me curaste.
—Puedo curar a todos quienes quieran vivir—dice Viktor—. Así que… si tienen amigos, familia… personas que quieran curarse, pueden decirles que hay lugar al cual venir—informa con suavidad y gentileza—. Quienes no quieran irse, pueden quedarse. Este puede ser su hogar.
— ¿¡NOS PODEMOS QUEDAR!?
Jinx llevó al par con sus familias, anunciando que Viktor puede acogerlos…
Muchos empezaron a hablar de como poco a poco, algunas zonas se vacían y otros, que los niños y personas con enfermedades, están curadas, yendo y viniendo a recoger sus pertenencias hasta desaparecer definitivamente.
El rumor de una cura milagrosa y un lugar idílico al cual ir se riega entre la población de Zaun.
Todo gracias a Jinx, que va por todas partes como la única persona que conoce el camino hacia dicho lugar.
✧ Agotador ✧
Jinx mira por el rabillo del ojo la forma en que Viktor se sostiene a su bastón, perdiendo el equilibrio. Lo atrapa antes de que caiga al piso sin fuerza. Cuando sus seguidores, la mayoría son de los primeros en ser curados, tratan de acercarse: Jinx les dirige una mirada recelosa y amenazante. Que se queden lejos.
Ayuda a Viktor a ponerse de pie y conducirlo al santuario. Cuesta por la diferencia de altura entre ambos y que contrario a lo que parece, Viktor es muy pesado. De no tener el Shimmer en su sistema, Jinx estaría teniendo muchísimos problema para moverlo. Lo deja en el fondo del santuario, donde se tomó el tiempo de hacer un pequeño espacio con cojines y lo más parecido posible a una cama.
Viktor da un quejido, respirando por la boca y tratando de acomodarse en su sitio. Se queda viendo a Jinx, quien lo tomó de la cara y lo revisó.
—Para ser un Mesías, te cansas muy rápido.
—No sé… como evitarlo.
Sisea adolorido, apretando su brazo. Jinx se sienta a su lado, inclinando la cabeza hacia él y acariciando con delicadeza la mejilla pálida con rastros de metal.
—Tienes que estar bien. De otra forma, solo vas a acabar muerto y no quiero que te mueras. No debe morirte—apunta Jinx con deje nervioso—. Descansa un poco. Le diré a las personas que estás agotado. Esto toma tiempo. Nada puede construirse tan rápido, todo debe tardar porque nada puede salir como uno quisiera y sueña…
Al menos eso decía Silco, piensa de soslayo. También recuerda como fue el proceso en que Silco se hizo “dueño” de Zaun. Fue casi un año entero dominando cada pequeña parte hasta que finalmente todos conocían su nombre, todos conocían su poder y todos eran conscientes de que él se encargaría de hacer la vida de todos un infierno si no seguían sus órdenes.
Se tomó su tiempo…
Apenas llevan un mes en este proceso. Viktor pretende curar cada dolencia de Zaun en el mismo tiempo que tarda Jinx en explotar un edificio por su cuenta.
— ¿Seguro que no hay nada que quieras? —Viktor entreabre los ojos, dirigido hacia ella que tiene un gesto preocupado—. Algo de comer, algo que hacer—Jinx se acerca un poco más—. Solo… tienes que pedírmelo. Te lo traeré en un segundo.
Viktor desvía la mirada, pensativo. Por una parte, le gustaría volver a tener sus diarios y muchos de sus inventos. Todos están en Piltover. Dejó todo allá. También le gustaría comer su dulce favorito…
—Quiero dulce de leche… y mis libros- aunque no creo que eso sea posible.
Jinx sonríe encogiéndose de hombros.
┈
— ¡Hay posters de mí en todas partes! Creo que sería millonaria si me entregara y cobrara al recompensa. Podría comprar media Piltover con todo ese dinero. Asumiendo que es mucho nunca he entendido muy bien el dinero, es solo metal puesto plano ¿Por qué es tan importante? Es ridículo ¿No te parece ridículo? Vale más que puedo explotarte la cara con una bomba y por eso no debería intentar llevarme por tener metal…
Viktor escucha todo el parloteo de Jinx, que sacude un cartel de se busca. Al mismo tiempo, el hombre disfruta del enorme tarro de dulce de leche. Es el frasco más grande que ha visto en su vida. Ni siquiera se explica cómo es posible. Detiene todo el cuerpo y queda con la cuchara en la boca, viendo a Jinx.
— ¿Robaste esto?
—Eh… ¿Sí? ¿Cómo lo iba a conseguir? Mi dinero lo están guardando para dárselo a alguien como recompensa. —Jinx apoya la mejilla en su mano y resopla con molestia. Viktor exhala ¿Por qué esperó otra cosa?
Tampoco tiene cara para reclamarle o quejarse. Jinx subió hasta Piltover e hizo maromas para conseguir todos sus planos, cuadernos y libros importantes. Incluso le trajo algunas prendas de ropa y broches que consideró bonitos. Lo más importante es que lo hizo a pesar de estar siendo buscada por todo el cuerpo de Vigilantes.
Tomó el riesgo solo porque le pidió un capricho en medio de sentirse mal.
Le ofrece a Jinx para que pruebe y ella se queda con la cuchara en la boca, aun refunfuñando por el cartel de “Se busca” con un dibujo exagerado de su cara.
—Jinx—llama Viktor, sacándola de su constante parloteo—. ¿Por qué me ayudas tanto? ¿Qué ganas con esto?
Jinx parpadea repetida y luce igual a un ave confundida, girando la cabeza y viéndolo fijamente, sin parpadear o hacer ruedo. Solo… respirando fuerte y moviéndose un poco en su sitio.
—Porque lograrás la nación de Zaun y porque eres patéticamente adorable. Sin mí, te habrías quedado tirado de cara en ese callejón. —responde sonriendo creída y divertida. Viktor entrecierra los ojos.
—Tal vez es cierto, pero ¿Por qué? —insiste Viktor y Jinx vuelve a la misma expresión neutra, casi dudosa—. He visto lo que las persona piensan de ti. Lo que recuerdan de ti—Jinx se tensa notablemente—. Eres caos, eres destrucción… eres “el perro de Silco”—balancea la cabeza ligeramente antes de decir, viéndola a los ojos—. ¿Por qué cuidas de mí? ¿Por qué quieres arreglar Zaun si no has hecho más que ayudar a su destrucción durante años?
— ¿Quieres que me vaya?
No es la respuesta que esperaba.
Tampoco la que quiere.
Jinx deformó su gesto en uno de angustia y lo único que hay en su mente, es el pánico más grande posible. Siente en lo más profundo que Viktor la rechaza, que no la quiere cerca porque al igual que Vi, igual que Mylo, igual que Sevika e igual que todos los demás, es un peligro y un estorbo. Algo que no debe quedarse cerca.
Viktor la mira de esa forma en que la juzga, que hay desprecio en el brillo de sus ojos iridiscentes.
¿Por qué? Lo ha hecho todo bien. No ha matado a nadie. No ha herido a ninguna de la personas aquí. Ha ayudado en todo lo que ha propuesto y Viktor ha pedido.
¿Por qué ese desprecio…?
「¿Por qué querría que estes cerca? Sabe que podrías matarlo en cualquier momento」
Sufre un pequeño espasmo, desfigurando más su expresión.
「Ya no te necesita」
Desvía la mirada, acelerando su respiración.
「Ya cumpliste tu papel y no sirves para nada」
Pasa la mano por su rostro, quedando entre los mechones azules de su fleco. Viktor frunce el entrecejo ¿Qué le pasa?
「Deberías largarte, antes de que lo mates igual a como mataste a Silco」
Jinx da un quejido, encogiéndose en sí misma y alejándose un poco, dando un par de pasos torpes.
「Es exactamente como Silco… un tonto pensando que serás una buena ayuda, que eres capaz de algo」
—No, cállense-
「De lo único que eres capaz, es de arruinarlo todo」
— ¡Ya déjenme! —exige encorvada, apretando los dientes y sufriendo espasmos
「Todo Zaun va a hundirse por ti」
Da una pequeña exclamación, espantada por lo enorme de lo que aparece junto a ella, casi gritándole, casi mordiéndola.
「Viktor va a morir ti」
— ¡No va a…!
「¡VAS A MATARLO IGUAL QUE MATASTE A SILCO」
— ¡DÉJAME TRANQUILA!
Viktor se levanta de dónde está y la toma del hombro, Jinx se gira brusca, apuntándolo con la pistola en la frente. Viktor ladea la cabeza, dando un leve suspiro. La hace bajar el arma y Jinx tartamudea un débil “y-yo no pensaba…”.
—No quiero que te vayas, Jinx—Ella baja la mirada, con sus labios temblando y ojos aguados—. Solo quiero entender por qué estás aquí y por qué tomas tanto tiempo en ayudarme. —aclara Viktor con suavidad, tomándola de la muñeca.
La suelta, brusco, habiendo sentido un chispazo a la cabeza. Gritos que son palabras, son reclamos y burlas que se entremezclan y hacen un sonido insoportable. Jinx se frota el brazo, aun viendo el piso y Viktor sacude un poco la cabeza.
—Solo quiero ayudarte. No importa porque ¿Me quedo o no?
Viktor lo medita apenas unos segundos.
—Quiero que te quedes.
Jinx cabecea y se marcha en silencio. Es la primera vez que Viktor la ve tan callada y “quieta”.
✧ Demostrar valía ✧
Viktor ha notado ha notado a Jinx un poco distante y se siente… extraño. Ya se acostumbró demasiado a dormir recostado de su pecho, escuchando su corazón y así calmándose a sí mismo mientras se enfrenta constantemente a ese mundo astral que no comprende del todo. También extraña escucharla tonteando alrededor. Es como un pajarillo que salta por doquier, piando sin control…
Es más bien un cuervo.
Que grazna y grazna, deambulando entre los que están a punto de morir o sufrir más y los trae hasta acá, guiándolos a una vida nueva, en lugar de la muerte.
Sí, Jinx es un cuervo.
Uno de plumas azules en lugar de pluma negras.
Y con los ojos más brillantes que nadie puede ver.
No sabe qué hacer para conseguir que regrese a ser como siempre. Ni siquiera sabe qué hace a solas. Lleva muchas de sus cosas para arriba y abajo. Metal, materiales variados para explosivos y libros que cree reconoce, pero no tiene certeza al respecto.
Un día, cuando terminó de sanar a las cuatro personas que vinieron hoy, Jinx lo jaló del brazo para conducirlo al pequeño espacio del que se apoderó. Un segundo escondite, por llamarlo de alguna manera. Es tan caótico como el que tiene en el precipicio, pero un poco más iluminado. Solo porque se filtra luz por los cristales. Da un brinco pequeño por lo que Jinx pone en la mesa: un generador Hex.
Pequeño.
Casi portátil.
Ambos se ponen gafas de protección y al encenderlo, Apenas da un par de chispas peligrosamente fuertes, pero al terminar, está tan estable como se esperaría. Viktor ladea la cabeza, viendo runas y patrones que antes no veía. Acerca la mano y a pesar de que debería sentir una quemadura, tan solo siente fuerza entrando por el contacto con la energía que se forma.
Jinx se levanta las gafas con una sonrisa y apoya en la mesa.
—Dijiste que te volviste una lata mágica usando un “Hexcore” y todo lo que usa energía Hex, se regenera con más energía Hex, casi que… ¡Te hice un cargador! —presenta sonriendo incluso más amplia.
Viktor se quita las gafas y ladea la cabeza—. ¿Lo construiste tú?
—Seh, ya hice uno hace tiempo, aunque esté salió mejor.
—pero ¿Cómo…?
—Usé tus libros.
— ¿Los entiendes?
—No es la gran cosa. Es aburridísimo.
Viktor echa la cabeza atrás, genuinamente impresionado de la capacidad intelectual de Jinx. Vuelve la vista al generador, tomando el núcleo y sorprendiendo a Jinx en ello. Viktor frunce las cejas y coloca su otra mano, exponiendo el núcleo y haciéndolo crecer, tanto como el lugar.
Todo empieza a flotar, incluida Jinx que acaba parada en el techo, con sus trenzas ondeando. Sonríe emocionada y toma a Viktor de la cabeza, sacudiéndolo—. ¿¡Puedes hacer esto todo el tiempo!?
Viktor da una risita, pensando en más runas que puedan funcionar…
Por primera vez, da cuenta de que puede pensar en las runas en el orden que necesita. También puede manifestarlas, aunque le cuesta y duele mucho. Se siente agotado y drenado.
—Siento que soy una máquina que no tiene batería.
—Puedo traer más gemas. —propone Jinx, aun de cabeza.
—No será suficiente… aunque podemos usar esto para tener electricidad ¿Crees poder aumentar el tamaño? —Jinx asiente silbando—. Necesito energía de forma frecuente… La única fuente así de grande, es el generador bajo Piltover, pero no hay forma de que me dejen acercarme.
Jinx da una risita que debió hacerlo suponer que algo iba a ir mal.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
—Si pongo esto aquí… nadie se da cuenta.
Da un par de toquecitos al cilindro vacío y aplaude antes de girar sobre sus talones. Mete todos los cilindros de energía en la mochila que trajo y se la sube al hombro, andando mientras silba. Revisa que no haya quedado nada que la exponga. Tendrá que venir regularmente si con eso consigue ayudar a Viktor.
Demostrarle que puede ayudarlo de verdad.
Que no será un estorbo.
Que no va a ser un peligro…
Va a demostrar que puede estar a su lado y ser lo mejor que puede tener.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
—Piltover te está buscando—apunta Viktor, viendo con desaprobación a Jinx dejar los cilindros en el suelo. Trajo ocho, lo cual parece impresionante por sí solo. Le cuesta pensar en que tiene tanta fuerza y cuidado. Eso debió explotar en el camino—. Tienen a todo un escuadrón detrás de ti, en cada puerta te buscan ¿Por qué fuiste tan tonta de ir ahí? Donde hay tanto guardias.
—No me notaron. Soy muy rápida—asegura Jinx despreocupada y sonriente—. Además ¡Dijiste que necesitabas esto! —Da un par de palmadas al cilindro que brilla con fuerza—. Así que fui a conseguírtelo—Junta al manos tras su espalda y se balancea en sus pies, sonriendo ilusionada—. Cualquier cosa que quieras o necesites, puedo conseguirla para ti—Jinx camina pasos cortos, pero danzarines, balanceándose coquetamente de un lado a otro—. Comida, recursos, personas… ¡Puedo hacer lo que tú quieras! —exhala riéndose torpe y ansiosa—. Todo lo que quieras… estoy aquí para ti.
Viktor levanta los brazos, sorprendido por el abrazo que casi lo derriba. Jinx entierra el rostro en el pecho de Viktor, soltando aire. Quizá no está muy feliz por sus acciones, pero le demostró lo que puede hacer. Así que debe estar bien ¿Cierto? Viktor apoya una mano en la espalda delgada y la otra en el cabello azul, entrecerrando los ojos.
«Lo hiciste muy bien, Jinx»
—Muchas gracias por tu ayuda, Jinx.
Ella se ríe, encogiendo de hombros y al separarse un poco, levantarse de puntas, juntando los labios con Viktor que entrecierra los ojos.
「「No me dejes」」
「「Por favor no me dejes sola」」
「「Haré lo que sea por demostrarte que puedo hacerlo bien」」
「「Podemos cumplir el sueño de Silco」」
— ¿Quién es Silco?
Jinx se ríe.
—Un hombre muerto.
Viktor suspira, aparta con cuidado el cabello de Jinx y decide dejar el tema por ahora. Sin ganas de amargarse a sí mismo con lo que pueda ser una mala conversación. Que quizá este brillo en los ojos de Jinx, deje de estar ahí.
Ya vio en sus memorias que ambos solían besarse y... Viktor realmente no quiere saber. No ahora.
Con ayuda de Jinx, pudo hacer una máquina que purifique el agua. Bastante útil para la enorme caída que hay a varios metros del terreno que tienen limpio y ocupado. Viktor se ilusiona a la posibilidad de limpiar todo el río de Zaun. Quizá hacer que deje de ser un lugar para tirar cadáveres y la gente pueda bañarse para variar. No solo en las zonas más cercanas a Piltover.
Gracias a eso, el agua es clara, algunos animales han salido, pueden pescar de vez en cuando y recoger diferentes formaciones. Caracoles que nunca había visto ni siquiera en libros, peces coloridos, algunas aves que se acercan a beber y pescar por igual…
Es algo que de niño, habría amado muchísimo y es cumplir un sueño de la infancia.
Si bien su cuerpo ahora es más metal que materia orgánica, tiene la sensación de que está sucio. Ha estado entre tierra, mugre y polvo por semanas sin contar. Incluso debería lavar su ropa, que no es más que la sábana que Jayce le puso.
Se pregunta si estará bien.
Seguro que sí.
¿Por qué no lo estaría?
Ropa, baño, sensaciones humanas en general. Viktor no deja de pensar en ningún momento.
Cayendo casi siempre en Jinx sin falta: ¿Está cerca? ¿Va a traer más gente? ¿Está bien? ¿Los vigilantes de Piltover la vieron? ¿La atraparon? ¿Qué dirá al llegar? ¿Qué traerá para comer? ¿De qué se va a quejar? ¿Qué invento le va a mostrar?
¿Estará feliz?
¿Estará enojada?
¿Estará triste?
Muchos cuestionamientos hacia Jinx y al final, todo se resuelve en estar feliz de que llegue por la noche, tan sonriente y escandalosa como siempre. Trayendo más personas queriendo una mejor calidad de vida, con posibles inventos, pintura, dibujos, materiales…
¿Qué haría sin Jinx?
¿Podría haber conseguido todo esto sin Jinx?
Tal vez sí.
Pero a la vez… sería muy solitario sin ella aquí.
Tanto en lo bueno como en lo malo, sería mucho más gris y carente de emociones si Jinx no hubiera aparecido en su camino.
Viktor se deshace de la sábana y entra al agua. El cabello se le viene a la cara. Está más largo que nunca en su vida, también tiene algunos mechones blancos, quizá por absorber tanta energía mágica. Se hunde en el agua, cerrando los ojos y quedándose un buen rato sin respirar.
Tan solo… pensando. Haciéndolo parecido al plano astral donde puede flotar a donde quiera, practicando más de la magia que el arcano le concedió. Estando ahí, se dio cuenta de una luz lejos, similar a una estrella chispeando. Curioso, flotó en esa dirección, encontrando nubes de tormenta, lo que parecen criaturas custodiando ese lugar.
Y escucha ¿Canto?
Es más un tarareo.
Consigue entrar, viendo a lo lejos, recubierto entre rostros deformes y nubes de tormenta, una persona. Viktor se acerca aún más, curioso, forzando su presencia a pesar de lo mucho que agota y empieza a doler, sintiendo que hay algo persiguiéndolo de cerca.
La estela blanca, tan lejana e imposible.
— ¿Jinx?
Ella voltea. Su cabello blanco ondeando como una estela elegante; su cuerpo construido por oscuras constelaciones entre azul y violeta. Su rostro de angustia y dolor absoluto, rompiendo a llorar, cubriéndose con los puños y más paredes surgiendo, cada una más gruesa que la otra, así como monstruos que surgen y van en dirección del hombre, echándolo lejos.
Saca la cabeza del agua, respirando agitado y viendo alrededor, con la reminiscencia de estar rodeado y que eventualmente, sería devorado. Se fuerza a calmarse, sosteniéndose la cabeza con una mano.
Avanza en dirección a la orilla, deteniéndose por escuchar ruido no muy lejos. La risilla lo hace levantar las cejas, avergonzándolo efectivamente cuando el comentario burlista llega—. Que delgadito eres, Viktor. Cualquier brisa te lleva y ¿Cómo te salvo de eso? No tengo alas.
Jinx se hace atrás el cabello empapado. Viktor frunce el entrecejo y se mira.
—Estoy bien. No me viste antes.
—Tu cintura es tan pequeña, que me cabria en la manos—bromea Jinx—. Aunque es muy bonito—opina andando más cerca, saliendo el agua en ello. Viktor trata de no mirarla. Está desnuda, con el cabello suelto y sin nada de maquillaje—. Todo brillante, todo lleno de magia… eres como una creación perfecta ¡Menos mal nadie te vio! Te habrían desmantelado a piezas para venderte—Apoya la manos en el pecho de Viktor—. Seguro tus nalgas se venden mejor.
Viktor arruga la cara y Jinx se ríe, deslizando las manos por su pecho y al intentar bajar, Viktor la toma de la muñecas.
—Cualquiera podría venir. Deberías vestirte.
—No me importa—Jinx encoge de hombros despreocupada—. Me gusta mi cuerpo… ¿A ti te gusta? —Su sonrisa es coqueta y ligeramente picara—. O ¿No soy lo suficientemente bonita para ti?
—No es—Jinx empieza a hacer puchero y Viktor exhala con fuerza—. Solo vístete. No deberías estar así. —insiste algo ansioso.
Jinx niega con la cabeza y consigue cambiar el agarre, tomando a Viktor de las muñeca y hacer que le tome del pecho. Viktor tiembla en dónde está. Con una sensación anómala en todo su organismo. Una especie de euforia que nunca antes había percibido.
Jinx desliza las manos por sus brazos, rozando las uñas en la piel metálica y tarareando en voz baja, llegando al pecho de Viktor, luego a su clavícula y de último, a su rostro, acercándolo al suyo—. ¿No me quieres?
—Y-yo…
—Puedo darte todo lo que quieras. Incluso si quieres un perra que te satisfaga. —concluye al unir los labios. Viktor suelta aire y desliza la manos por el cuerpo de Jinx. Sus costillas, costados y quedando en su cintura. Jinx lo abraza, enredando los dedos entre el cabello húmedo; junta su pecho al de Viktor y él se inclina, quedando sentado en el agua con Jinx metida entre sus piernas.
Al separarse, Jinx se acerca a besarlo en la mejilla, la mandíbula y luego el cuello. Viktor jadea suave, con su corazón latiendo con fuerza y acabando en quedarse ambos quietos, con Jinx sorprendida por el chispazo repentino que hubo. Viktor se avergüenza, consciente de que si hay oro y cristal entre la arena, es culpa suya. Jinx se ríe y frota la punta de la nariz con él.
—Awww, no sabía que te ibas a emocionar tanto, habría saltado encima de ti antes—cuchichea Jinx y Viktor refunfuña—. Ummm—Lo mira de cerca y acurrucándolo le sostiene la mirada—. Eres tan bonito, Viktor ¿Nadie te había besado antes?
—Antes no era tan “bonito”.
—Lo dudo.
—Estaba al borde de la muerte.
—Eso es sexy. Venirte mientras te vas es una excelente forma de morir. —propone Jinx y Viktor sacude la cabeza—. Aunque… no crees eso—apunta ella—. No pareces del tipo de persona que se odia- No como se veía, al menos. Sabes que eres una puta belleza, pero te encanta que te lo repita ¿Eh?
Viktor balancea la cabeza. No se consideraba feo, tan solo no tan atractivo por culpa de su aspecto demacrado. Incluso ahora, no sabe qué pensar de su estado actual. Aun así, no desprecia su apariencia, tampoco su cuerpo, su figura… se siente cómodo, seguro y feliz en ese aspecto.
Y que Jinx le diga que es alguien bonito es una forma de inflar su ego.
—Tal vez. —Acepta a medias y Jinx se ríe.
—Entonces ¿Crees que soy bonita?
Viktor se queda un momento en silencio, admirándola por instantes que parecen eternos. El cabello azul que ondea con la corriente del agua, un mechón largo cruzando por su rostro; la piel pálida y limpia; las venas ligeramente marcadas en torno a sus ojos; la iris fucsia que resplandece, expectante y ansiosa por lo que pueda decirle.
Viktor apoya la mano en la mejilla de Jinx, acariciando delicadamente con él pulgar. Ella se acurruca, cerrando los ojos con una sonrisa, poniendo su mano sobre la de Viktor.
—Creo que eres hermosa. —susurra Viktor con apenas voz, como un pensamiento que escapó de su cabeza, viajando a toda marcha para salir entre sus labios. Jinx se encoge de hombros y al abrir los ojos, lo observa de esa misma manera que siempre:
Lo único que la hace feliz y la única razón por la que sigue viva…
La única razón por la que vale algo.
La única razón por la que vale la pena esforzarse.
Jinx lo abraza, sentada entre la piernas de Viktor y subiendo las suyas al muslo a medio levantar. Se recuesta en el pecho de Viktor, diferente a lo usual que es él recostado en ella.
—Eres un heraldo de hojalata, pero tu corazón es tan pequeñito y late tan chistoso.
Late rápido.
Late emocionado.
Viktor la abraza, recostando el mentón en la cabeza de Jinx y dando un profundo suspiro.
Descubrió que ella suele venir a esta hora a bañarse. Tomarse el tiempo de peinarse el cabello y tenerlo trenzado por casi una semana completa. Es un proceso laborioso y más delicado de lo que pensó inicialmente. No es raro coincidir en estos momentos, donde Jinx ha buscado una que otra vez por intimidad, pero Viktor la detiene.
No hay insistencia, por lo que no es un tema incómodo entre ninguno de los dos.
Algunas veces, como esta, Jinx es un poco menos atacante en su acercamiento, así como en la intención.
—Tu cabello es muy bonito ahora.
—Está muy largo. —murmura Viktor, adormilado por las caricias en la cabeza. Jinx se ríe, peinándolo. Tiene muchos nudos, se nota que Viktor no sabe lidiar con esto.
— ¡Así está bien! Yo lo puedo peinar. Es divertido.
Sea algo casi sin importancia, no hay día en el que Viktor despierte sin que Jinx llegue a peinarlo. Usualmente es hacerle trenzas a cada lado de la cabeza y se unan atrás, de esa forma el cabello no le molesta tanto en la cara; a veces es un moño alto con los flecos sueltos; pequeños ganchos a cada costado, una trenza que pueda tener en el hombro.
Ponerle flores.
Ponerle cintas.
Un día despertó con parte del cabello azul y lo dejó de esa manera, tardando en lavarlo para que no se cayera
Jinx es demasiado atenta…
— ¿Sucedió algo malo?
Llegó llena de humo, tosiendo y con los ojos irritados. Sacude la cabeza en negativa, tratando de dejar de toser y lagrimear. Viktor le toma de la mano con delicadeza, buscando su mirada. Los pequeños tics nervioso y los comentarios bajos. Como si discute con alguien a su lado.
—Jinx—Insiste Viktor, inclinado hacia ella que gira en su dirección—. ¿Sucedió algo malo? —Repite y Jinx abre y cierra la boca antes de negar con la cabeza.
—Solo… un fantasma. Algo así. Un puto fantasma. —tartamudea desviando la mirada de nuevo. Viktor hace un esfuerzo por ver en su mente.
Encontrando a una mujer de cabello rosa.
Una cuyo rostro se deforma…
Una máscara de Vigilante.
Colmillos y gruñidos hasta finalmente aventarse hacia adelante.
—Hoy plantamos otra fila de flores—comenta Viktor, llevando a Jinx con él. La hace sentarse en uno de los bancos que hay al fondo del santuario. La zona que Jinx convirtió en una pequeña vivienda. Una zona de descanso para él y ella—. No me cansa tanto hacerlas crecer rápido, tampoco construir más casas. Diría que me estoy haciendo bueno en eso—relata con voz tranquila. Empapó un paño y ahora, lo pasa por el rostro de Jinx para limpiarlo—. Todo se ha vuelto cuestión de práctica.
Jinx cierra los ojos, arrugando la cara como una niña, dejándose limpiar. Viktor la hace quitarse la ropa, dándole un cambio que esté limpio. Jinx se ve muy pequeña cuando la ropa no es ajustada a su cuerpo. Incluso más cuando se deshace las trenzas.
Viktor se agacha delante de ella y la revisa con cuidado, palpándola.
—Te metiste en una pelea. —menciona por los moretones. Jinx refunfuña con un puchero.
—Ellos me buscaron a mí. Estaba haciendo mi buena acción el día.
—Ten más cuidado la próxima… vez…
「「Por favor no pienses que perdí. Gané. Soy fuerte. Soy muy fuerte. No me dejes」」
Viktor presiona un poco los antebrazos de Jinx, ella sisea, llenándose de venas blancas en la zona que Viktor toca. Poco a poco y aun si es molesta la sensación, sus heridas sanan. Viktor suelta un respiro cansado, sintiendo que suda, pero insistiendo en ello, aun detecta que hay algo roto en Jinx.
「「No me dejes」」
¿Un hueso?
「「Por favor no me dejes」」
¿Órganos…?
「「No voy a llorar- No voy a fallar de nuevo. Por favor. No me dejes」」
—Vik- m-me du—
Viktor la suelta bruscamente, habiendo notado sus ojos blancos y pequeñas convulsiones. Jinx suelta aire y tose, sacudiendo la cabeza.
— ¿Sabes? Mi cabeza ya es una mierda, no la vuelvas diarrea.
—Que asco.
Jinx le da una pequeña patada y estira los brazos, haciendo que el heraldo se acerque a ella y al abrace. Cierra los ojos, respirando profundo y acariciándole la espalda. Puede curar heridas corporales simples. Eso es bueno de saber…
Puede cuidar mejor de su saltarín cuervo azul.
Se deja llevar por el impulso de besarla en el cuello y recibiendo el mismo gesto. Con Jinx sonriente al recostar la mejilla en el hombro e Viktor.
Al día siguiente, fue Viktor quien el hizo las trenzas a Jinx, que se balanceaba de un lado a otro, leyendo algunos libros para otra idea que tiene en mente.
✧ Aspecto ideal ✧
—Te ves ridículo vestido así todo el tiempo, así que… ¡Taran!
Viktor palpa las correas extrañas que Jinx le puso, así como la forma tan peculiar de hacer dobleces en la tela que usa como ropa. Es mucho más cómodo de esta manera. No debe limitar tanto sus brazos o pensar que alguien lo verá desnudo por accidente. Extraña un poco la capucha.
Jinx se balancea en su sitio, sonriente y animada de que Viktor luzca a gusto.
「Se ve más ridículo que antes」
—Shhhh, nadie pidió tu opinión—regaña en voz alta y se pone de pie en un salto—. Ahora sí pareces el heraldo del que hablan. Un delgadito y bonito heraldo de hojalata. —Viktor da una risita, moviendo su mano y viendo la energía fluir.
Jinx frunce el entrecejo, confundida de que Viktor la tome del top ¿La quiere desnudar? Aprieta la cara, sin querer quedar ciega por la luz. Viktor transfigura el material desgastado. Haciéndolo lucir más nuevo, con colores vivos. Al final, cuando Jinx abre los ojos, encuentra que su top es tela vaporosa que le envuelve el pecho, así como un broche dorado encima de su corazón.
Tal como Viktor.
El prosigue con las mangas en sus antebrazos, tela que rodea la piel pálida y finalizando en anillos dorados en los dedos. Manteniendo los suficiente el diseño original de los guantes.
—Transfigurar materia es más sencillo dependiendo de la naturaleza del material en cuestión—comenta Viktor—. Supongo que-
— ¡Que eres todo en uno! Curador milagroso, experto en moda y galleta de la fortuna—exclama Jinx dándole un empujón juguetón y Viktor balancea la cabeza—. ¡Te tengo otro regalo!
Viktor toma el regalo lleno de dibujos de varios colores. Al abrirlo, encuentra ropa. Es un traje rojo, negro y dorado. Ladea la cabeza, extrañado ¿Por qué necesita esto?
—Se habla mucho de ti. Si sales de aquí, deberías ponerte eso. —recomienda Jinx antes de irse dando pequeños saltos.
Viktor no tiene pensado salir.
Y aun así, se le hace extraño el estilo. Es muy serio. No parece algo que Jinx escogería.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
—Hay mucha gente en Viktorlandia ahora… ¿Sabes? Solo quieren un curandero milagroso para ser felices. Es tan simple. Sin guerra, todo super suuuuuuuuuuuper aburrido—Jinx patea la silla, mirándola con ojos vacíos—, creo que es bueno. Zaun comienza poco a poco, supongo—Deja caer la cabeza—, creo… creo… Te hubiera gustado él y las cosas que Viktor puede hacer.
「Pero Silco no conoció a Viktor por tu culpa」
「Mataste a Silco」
「Arruinaste todo」
「Silco no pudo ver su sueño por tu culpa. Un maldito fracaso」
Jinx presiona sus labios y se tapa los oídos, temblando.
「Una maldita Jinx」
—Haz que se callen. Haz que se callen. Haz que—Jinx patea la silla, haciéndola caer y se queda sentada en el escritorio—, ¿POR QUÉ NO ESTÁS AQUÍ? ¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ ME DEJAS SOLA? ¡APARECE! ¡VEN CONMIGO OTRA VEZ"
Silco no está aquí.
¿Por qué no está aquí?
Tal vez porque Viktor está aquí.
Jinx rompe a llorar, aun pidiendo porque Silco regrese.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
— ¿Qué vas a hacer con el equipo de la muerte tras de ti? —pregunta Sevika, cruzada de brazos. Jinx encoge de hombros, recostada en la pared. A lo lejos, se escucha escándalo por las peleas de bandas que hay.
Como si no fuese obvio que no tiene sentido.
—Tengo cosa más importantes que hacer que-
— ¿Ah sí? ¿Ser la sirvienta del heraldo del que todos hablan? —Jinx voltea a verla con recelo—. Es cuestión de tiempo para que lleguen allá y todo se vaya a la mierda. Lo sabes.
Jinx se muerde los labios.
—Y este tipo ¿Qué? ¿De dónde salió?
—Silco lo mandó.
— ¿Silco?
— ¡Sí! Apareció de repente cuando estaba camino a The Last Drop y es justamente lo que Zaun necesita para ser Zaun. Para que todos estén de parte nuestra para lograr Zaun—Es la primera vez que la escucha tan entusiasmada con la idea de crear Zaun. Lo que hace extraño el tema, es todo lo de que “Silco envió a esta persona”—. Además, se parecen mucho: quieren hacer de este foso de mierda un lugar mejor. Es… es la forma de lograr lo que Silco quería.
—Está metido en un rincón en la parte más lejana de Zaun y haciendo quien sabe qué ¿Cómo eso va a conseguir Zaun? —discute Sevika—. Necesitamos pelear, necesitamos-
—Con Silco nunca se trató de pelar. Se trató de ser la Nación de Zaun, es decir: un lugar que la gente respete porque es, una, nación—aclara Jinx, acercándose lenta hacia Sevika—. Y Viktor puede conseguir eso. Puede hacer que seamos mucho más que esto: arrastrándonos en una calle llena de mierda y humo toxico.
—No seas ilusa, nadie puede lograr algo así.
—Viktor puede. —insiste—. Podría devolverte el brazo si le da la gana y si tiene energía suficiente—presume Jinx con una sonrisa creída—. No lo subestimes, Viktor es capaz de más cosas de las que te imaginas.
—Es solo un farsante que quiere una puta secta y tú le buscas seguidores. —crítica Sevika. Jinx niega.
—No. Él no quiere una secta. Quiere la nación de Zaun.
—Va a acabar muerto antes-
Sevika queja, apretando los dientes y Jinx le apunta en la cabeza. Ojos totalmente abiertos y cuerpo tenso—. No. Él no va a morir. Me aseguraré de eso—musita en voz baja, teniendo pequeños tics nervioso en la cabeza.
「Va a morir por culpa tuya」
「Si realmente quieres salvarlo, aléjate de él」
「Todo lo que amas muere… y él no será diferente」
「Vas a arrastrar su cuerpo al río igual a como llevaste a Silco」
Dispara a la derecha, un mirón que estaba intentando descubrir qué pasaba. Da un bufido, guardando la pistola y enderezándose. Sevika chista y antes de largarse, sin ganas de lidiar con Jinx en este momento y su nueva actitud, la escucha decir algo que le llama la atención.
—Viktor aun no puede arreglarlo con solo… mover la mano. No es tan fuerte aun… y mi hermana está a punto de matarnos a todos. Así que debo matarla a ella. —concluye en voz baja, cruzada de brazos.
Sevika asiente leve. En algo están de acuerdo: Vi y su nuevo grupo de amigos, es una amenaza que deben descartar.
✧ Todo sobre el heraldo ✧
Ha dejado alguna pistas por aquí y por allá, asegurándose de que Vi y compañía vayan a donde quiere pelear con ellos. Al menos ella y su querida novia. Es lo único que le importa. Aunque podría matar a toda la banda. Eso sería más satisfactorio.
En el proceso de preparación, pudo escuchar a algunos de los pandilleros habituales hablando. Detuvo lo que hacía solo para estar atenta a lo que dijeran.
—Es como si nunca le corté la mano—dice uno de ellos, soltando humo por la nariz—. Sea lo que sea que haga, es increíble. Toda la mierda que dicen de él, se verdad.
—Si es así, no tiene custodia de ningún tipo. Podríamos vender a todas esas personas. Si están tan limpias, es la mejor mercancía que podríamos conseguir. —medita otro y un tercero suelta humo con brusquedad.
—Necesitamos al maldito sanador más que a cualquiera de ellos ¿No lo entiendes? Incluso en Piltover darían todo lo que tienen por una cura total a sus males. Incluso rejuvenecer… necesitamos a ese tipo—insiste llevándose el tabaco a la boca—. Tenemos que buscar una forma de sacarlo de ese lugar sin matarlo.
—Jinx, el perro de Silco, se la pasa por ahí. Será problemático.
—Solo debemos ir cuando ella salga. Todo el tiempo está por aquí. —refunfuña despreciado.
—Podemos hacer una distracción…
Jinx retoma su andar, balanceando la cadera y juntando al manos tras su espalda.
✧ Cuervo en su labor ✧
—VikVik—Jinx balancea las piernas, sentada en una viga alta. Él jadea por tanto esfuerzo. Ha hecho muchísimas viviendas hoy, así como ayudar con otros sembradíos que necesitaban tierra fértil para iniciar. La energía que le queda apenas es suficiente para que no se desmaye. Jinx vigila que no se haga daño—. Cuanto más hablo de ti, —Jinx deja caer la cabeza a un lado, con sus trenzas pendiendo—. Cuanta más gente traemos aquí… más crece el riesgo ¿Sabías? que querrían secuestrarte.
Viktor desvía la mirada. Asumió que pasaría, pero ha decidido fingir demencia al respecto. No en una forma de solucionarlo precisamente. Reconoce que podría hacerlo, el problema radica en que no quiere ser violento en lo absoluto. No quiere usar su poder para causar destrucción o mal a nadie. Ni siquiera a quienes se lo merecen.
Dejarlos en su sufrimiento mortal y que al final, solo sigue siendo dolor.
—Lo que he curado no es solo el cuerpo, también he eliminado el deseo de violencia—señala Viktor, enderezándose—. Por lo que… solo debo hacer lo mismo por ellos… dejando la agonía para que se arrepientan de lo que han hecho.
Jinx da una risita—. Que tierno, si quieres también nos hacemos trencitas juntos y cantamos en el fuego… No seas estúpido, quieren secuestrarte y hacerte una puta máquina de dinero, no van a dejar que hagas eso ¿Cómo piensas ganarle a más de diez tipos agarrándote?
—Pensaré en alguna solución.
Jinx se ríe y deja caer de dónde está. Camina hacia él y se inclina, consiguiendo intimidarlo un poco por la cercanía. Jinx sonríe amplia, con sus ojos fucsia brillando.
—Mejor no te preocupes por eso. Yo me encargo… ¡Será un éxito! ¡Te lo prometo! —Junta las manos y Viktor frunce el entrecejo—. Sé que hay que dejar un par de cosita para lograr avanzar—propone desviando la mirada—. Y creo que ellos, son precisamente eso. Tu solución es muy suave. Tal vez-
—No puedes matarlos. —dice con rapidez.
Jinx se ríe, negando con la cabeza—. No. Claro que no ¿Cómo yo haría algo así de malo? Me ofendes.
Viktor reconoce que miente. Que incluso si se lo pide, no va a detenerla, pero ¿Cómo la detiene? Jinx por su parte tan solo tararea, alejándose con pasos largos y balanceándose en su camino a la salida de este amplio lugar lleno de flores que limpian el aire.
Volviendo a lo mismo de siempre: el humo, oscuridad y neón; el ambiente tan pesado que te aplasta, pero a ella no. Que tan solo revolotea por donde quiera y nada, ni siquiera el ambiente más adverso, la detiene.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
— ¿Qué estás haciendo?
Jinx se ríe, jadeando y teniendo pequeños espasmos nerviosos. Levanta la manos y Sevika la mira con mayor desprecio. Hay sangre por doquier en este sitio. Se nota que varias personas explotaron. Jinx avanza un par de pasos.
—Solo… ¡Cumpliendo una misión! —concluye sonriente y ve abajo, el cadáver lleno de prótesis metálicas—. Todo por el bien de Zaun.
Mira sus manos y las frota un poco, llena de sangre y riéndose de nuevo. Sevika da un bufido, negando con la cabeza. Reconoce que Jinx está loca, pero no imaginó que llegara a este punto solo por Viktor. Ni siquiera trata de adivinar qué le hizo o qué le dijo para convencerla de esta manera.
Jinx va a saltos hasta el único que quedó vivo, pero no debe tener mucho tiempo de vida. Lo toma de la cabeza, agachándose delante de él—. Viktor iba a dejarlos vivir y sufrir… creo que él es peor que yo ¿Quieres sufrir por siempre? ¿Umm? —El hombre niega, torpe, lento, quizá así ella no lo hiera más. Jinx hace puchero, con ojos falsamente aguados y similares a un cachorro.
—Vi y los demás ya están en la ventilación—informa Sevika—. Tenemos que ir ahí, ahora. Si no, nada de lo que pensamos va a servir. —apunta la mujer y Jinx resopla.
—Bien, bien… ¡ADIÓS! —Dispara debajo de la mandíbula del hombre y este cae como peso muerto, teniendo pequeños espasmos. Jinx se levanta, apoyando la mano en su cadera y jugando con su pistola.
Va a dejar el camino libre para que Viktor haga que Zaun sea un sueño hecho realidad. Incluso si él no quiere que haya sangre ¡La habrá! Es inevitable. Muchísimo más si es ella quien lo está protegiendo.
No va a permitir que ninguna de estas personas con sus deseos egoístas lleguen a él.
Silco podía cuidarse solo de ellos y cuando no ¡Tenía a Sevika!
Viktor la tiene a ella. Solo a ella.
Él y su mundo dependen de ella.
Y tiene que hacer todo por mantenerlo en pie.
Se tomó un poco de tiempo en dejar un aviso, arrastrando cadáveres fuera.
“¡SHOW DE LOS QUE QUIERAN METERSE CON EL HERALDO!”
—Me mentiste sobre Vi. Como si ella iba a hacer que me fuera o algo así—Jinx balancea el pie que cuelga del escritorio, hablándole a la silla como siempre que viene aquí—, pero no me podría ir. Ni siquiera por ella… porque tú eras más importante. Tú estuviste ahí—gira la cabeza hacia la silla—. Siempre admite estar ahí para mí…
Se sienta y apoya la barbilla en sus manos.
—Y tuviste razón: todos nos abandonan… solo nos tenemos tú y yo—tamborilea los dedos en su mentón—. Solos tú… y yo… y voy a cuidar eso. Voy a cuidar a Viktor. Sé que lo enviaste para no dejarme. Para no abandonarme. No podrías abandonarme—sonríe tensa, con su pulso acelerándose—. Hiciste a alguien incluso más débil que tú para que yo lo pueda cuidar. Que yo no me sienta sola—ladea la cabeza, dando risitas inquietantes y ansiosas—. No… no me dejarías sola ¿verdad? Silco.
No hay respuesta. Jinx solloza, cubriéndose el rostro con las manos ¿Por qué no habla? ¿Por qué no aparece?
「Porque lo mataste…」
「Y no mereces a nadie que te ame, a nadie que te acompañe」
「Él no vendrá」
—Por favor ven, háblame. Háblame. —repite Jinx encorvándose—. Dijiste que seremos siempre tú y yo. Háblame ¡AL MENOS UNA VEZ! ¡HÁBLAME!
Y de nuevo, no hubo respuesta.
✧ Larga espera ✧
— ¿Están seguros de que Jinx no ha pasado por aquí?
—No, no ha venido… hemos estado esperándola también. Se dañó nuestra luz y ella es la única que entiende como repararla.
Viktor suspira, frotándose las sienes. Jinx se ha encargado de hacer artilugios pequeños. Una forma de pasar el insomnio y tiempo sola. Son buenos. Muchísimo. Tanto que se pregunta cómo es posible que nunca haya hecho nada aparte de armas antes.
Luces.
Reproductores de música.
Ventiladores.
Pequeños motores para carros y mover más fácilmente lo que se siembra.
Juguetes.
Cajas musicales.
Todo viene con una amable advertencia de que podría explotar en cualquier momento. Afortunadamente, nada lo ha hecho de forma peligrosa o nociva para nadie. Viktor tampoco ha forzado a nadie a que acepte esos aparatos. Lo hacen de buena gana. Jinx los entrega diciendo que es “un cacharro” y se va, sin esperar que nadie lo mantenga.
Aun encuentra raro que lo hagan.
Viktor lo considera una evidencia clara de lo mucho que ella puede ayudar a esta comunidad de forma interna. Ya esparció el rumor, las persona pueden venir por si solas hasta aquí. las que de verdad quieran una vida mejor. Le ha ofrecido que se quede a ser una inventora nada más, pero Jinx no quiere.
Determinada a ir y venir…
Pero no ha venido.
Viktor entró a su taller para intentar encontrar alguna pista. Si ha venido aquí en secreto, pero empieza a haber polvo. Queda descartado por completo. Lo extraña encontrar una nota, pegada a una caja pintada y que anuncia que es un regalo.
“VIKVIKKKKK! TE QUEDASTE SIN DULCE DE LECHE ASÍ QUE HAY MÁS! Entraste buscándolo, lo sé, lo sé. Disfrútalo x)”
Deja la nota donde el encontró y trata de revisar más. Algo que diga donde puede estar. Encuentra planos de bombas llenas de pintura, planos de la ventilación de Zaun, un plan ilustrado que involucra a una mujer llamada Sevika…
La mujer de cabello rosa de sus memorias, Vi.
Se fuerza a mantener la calma. Quizá no pasa nada…
Dos días más…
Tres días…
Cuatro…
Cinco-
— ¿¡Señor!?
—Mantengan a todos quienes vengan, aquí. Cuando regrese, me haré cargo. Atiéndanlos. —ordena Viktor sin mirar a nadie, andando recto a la salida.
Tiene tres meses sin salir de este espacio y aunque no sabe si está listo para andar por Zaun a solas, tiene que buscar a Jinx. Ella no se iría por su cuenta, no desaparecería solo porque sí. Algo la impide regresar, Viktor está convencido de eso. Termina de amarrarse el cabello, con algunos flecos por fuera; usa pantalón negro, camisa rojo oscuro, tirantes negros con hebilla dorada y corbata negra, terminando en un chaleco rojo con bordados en dorado. Es la ropa que Jinx le regaló hace un buen tiempo ya y no había necesitado hasta ahora.
Sus manos se ven diferentes, pero no tiene tiempo de pensar en buscar o hacer guantes. Tampoco de esconder lo obvio de su cuello y mejillas siendo violeta.
Tiene que ir por su cuervo.
✧ Cuervo sangrando ✧
Las calles de Zaun son... Desagradablemente caóticas. Reconoce que en su comunidad no hay más que (con suerte) un 3% de la población. Aun así, lo sorprende la cantidad de personas peleando, drogándose y emborrachándose por doquier. Los negocios abiertos, luces y música sonando por doquier. Es un espectáculo irritante.
Están tan acostumbrados a este caos irreverente que no pueden hacer otra cosa. Lastimosamente, no tiene poder suficiente para curarlo. Espera que sea posible... Eventualmente. A lo largo de su caminata, revisando si por casualidad Jinx está a la vista, se dice que esto es lo que Jinx quiere remediar.
Quiere que Zaun sea mucho más que una ciudad de pandilleros, drogadictos y criminales. Quiere una ciudad que pueda mantenerse en pie por si sola. Ser como Piltover y aun así, no copiar su manera tan injusta de manejar las personas.
Quizás estás personas no necesitan un curador milagroso.
Tal vez necesitan un espacio que no los impulse a ser estás versiones tan bajas y terribles de sí mismos. Se detiene en la entrada de un callejón. Preguntándose como podría hacer algo así ¿A través de la fe? Que todos tengan confianza en que va a protegerlos, en que va a saber cómo guiarlos...
Y Jinx ¿Lo ve capaz de eso?
Sacude leve la cabeza, volviendo a andar y sorprendiéndose por una ligera onda. Viktor gira en dirección a eso, acelera el paso y acaba trotando. Tan distraído, que no se percata de que lo hace por primera vez. Sin pérdida de equilibrio, sin pensarlo de más, sin nada que no sea su cuerpo funcionando...
Y sintiendo un vacío terrible cuando consigue lo que causa esas ondas.
— ¿Por qué mierda tienes esa ropa? ¿Quién eres?
Viktor ignora a la mujer morena, yendo directo a lo que el importa: Jinx tirada en el suelo, sangrando con heridas graves a lo largo de todo el cuerpo. Las manos le tiemblan, su raciocinio parece disminuir. Apenas es capaz de tocarla y girarla, llenando de sangre sus manos, ver el rostro femenino lleno de mugre. Encuentra quemaduras severas, una larga cicatriz y finalmente, que hay partes de su cuerpo faltando. Principalmente casi la mitad de su mano derecha.
Y la percibe.
Lejana
Débil.
Agonizante.
A punto de apagarse.
Los ojos de Jinx entreabiertos, apenas centellando con el Shimmer tratando de curarla. Ve a Viktor como una figura borrosa, familiar y atina a decir con una sonrisa:
—Sil... Silco...
Viktor aprieta el agarre en ella.
«Tienes un gran potencial»
「「¿De verdad lo piensa? Lo arruiné todo… como siempre, pero siempre cree que tengo mucho potencial. Es muy raro」」
«Jinx no es algo malo. Es quién eres. Nunca dudes ni desprecies quién eres, aún si todos lo demás lo hacen»
「「Todos me odian, pero Silco no. Eso es lo único que importa, porque es lo único que quiero」」
«Se lo demostraremos… se lo demostraremos a todos.»
「「Eso quiere decir que estarás conmigo por siempre ¿Verdad?」」
«No te hubiera entregado a ellos, no por nada.»
「「Nunca lo hubiera hecho. Nunca hubiera hecho esto. Perdón, perdón, perdón perdón perdón perdón por favor no—」」
«No llores… eres perfecta.»
「「No me dejes por favor no quise hacer esto por favor no me dejes」」
Ligeras y delicadas venas blancas se hacen en la piel de Jinx. Surgiendo a partir de las manos de Viktor. Sevika no sabe qué hace. Viktor junta la frente con Jinx, encorvado y apretando la expresión, ansioso—. Lo querías tanto… Y lo extrañas tanto… No te rindas. Por favor no te rindas.
Viktor presiona un beso en la frente de Jinx y se pone de pie, cargándola como mejor puede. Se gira hacia Sevika—. ¿Está más cerca el bar o su escondite?
—El... El bar-
—Llévame ahí.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Sevika nunca ha sido muy buena con el tema de la magia. Se le hace igual que la ciencia: un puto lío que solo gente exageradamente lista sabe lidiar. Puede con su brazo, reparar máquinas, pero nunca al nivel tan estrafalario y apartado de Jinx. Eso, es otro tema. La magia es lo mismo.
Ver a Viktor manifestando runas por doquier, habiendo marcado un círculo en el suelo y haciendo lucir la oficina como un espacio de rituales la tiene nerviosa. Después de todo, no tenía fe en este tipo. Pensó que todo era humo. No que realmente tuviera poderes.
Viktor por su parte coloca todo tal como el arcano le indica que lo haga. Apresurado, ansioso, rogando porque Jinx no deje de respirar. Nada de lo que hace tiene medida, es un impulso, casi como un movimiento involuntario porque no quiere perderla. Que no se esfume delante suyo. En su palma se forma un núcleo. Pequeño, casi diminuto. Sevika se hace atrás a prisa, evitando quedar dentro cuando este crece, llenando el circulo y envolviendo a Jinx junto a Viktor.
Jinx empieza a dar quejidos, contorsionándose y gritando a más avanza. Viktor se arrodilla junto a ella—. Vas a estar bien. No tengas miedo... Tranquila.
Es apenas un toque a su frente. Igual a lanzar una flecha con la esperanza de que funcione. Jinx cierra los ojos, relajando todo el cuerpo.
Lo próximo que ve. Sevika cuando la luz y el núcleo desaparecen, es que Viktor está junto a lo que parece una pequeña crisálida. Se pone de pie, luciendo consternado y aún preocupado.
—Necesito que me ayudes a llevarla.
Sevika asiente, un tanto confundida.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Su cuervo no despierta.
Su cuervo tan solo descansa dentro de la crisálida que se formó a su alrededor.
Sevika le explicó que pasó: pelearon con un equipo de Vigilantes, equipo donde estaba Vi y ella casi mata a Jinx. Sobrevivió gracias a los explosivos en la cueva y que Sevika la ayudó a no salir volando. Luego de eso, mientras Sevika seguía inconsciente, se escapó y trato de llegar a algún lugar. Cuando Viktor llegó, fue el mismo momento en que Sevika la consiguió.
Si sigue viva, es una auténtica anomalía y Viktor no pudo ver qué pasaba por su mente para forzarse a sobrevivir. Después de todo...
«Iba a dejar que Vi la matara. Activé los explosivos cuando me di cuenta que iba a romperle la cabeza.»
El tiempo que transcurrió hasta que salió de la crisálida no fue tan largo. Estaba ocupándose de algunos asuntos en la comuna cuando sintió un chispazo de la cabeza. Una especie de aviso que retumbó en su entorno. Una onda de energía golpeando todo el lugar. Nadie más lo percibe.
Solo él.
Al entrar, ya estaba preparado para encontrar algo curioso. Por ello se encargó de pedir que nadie fuese a buscarlo en lo que resta del día. Se hizo una alta cubierta de cristal ahumado en la entrada, una señal de que está indispuesto.
Adentro, encuentra restos de la crisálida. Lejos, en uno de los rincones, Jinx temblando, abrazándose a sí misma, viendo alrededor con clara confusión. Empapada, cabello suelto y pegado a su cuerpo; múltiples zonas de su piel cubiertas con material cristalino y dorado tornasolado, así como líneas doradas irregulares. Nada luce parejo. Su brazo y los tatuajes están intactos, la única diferencia son las nubes siendo en el mismo efecto tornasol cuando impacta la luz.
En su frente hay una diadema dorada con pequeñas ondulaciones, sus ojos enormes con delineado dorado y negro. Viktor sonríe, sentándose cerca de ella, pero sin invadir su espacio.
— ¿Estas bien? Jinx.
Aunque es lento, acerca la mano. Logra que se tense, echándose atrás. Queda evidente su desnudez. Los senos pequeños y uno tatuado, los muslos anchos, la entrepierna con un ligero rastro de vello.
—Sé que da miedo, pero vas a estar bien—musita Viktor en voz baja, Jinx acelera su respiración—. No es algo a lo que debas temer. Tan solo es… un cambio, una visión distinta, pero sigues siendo la misma—promete con una sonrisa suave—. Estás en el mismo lugar, más lleno de luz.
Aun cuando Viktor lo explica y es muy paciente, la mente de Jinx está en otra parte. Es como si no puede detenerse en el espacio en el que está. Diferentes lugares, diferentes personas, diferentes cuerpos. Son tantas cosas diferentes corriendo por su cabeza sin misericordia de su capacidad de entenderlo.
Rompe a llorar, confundida, con la sensación de frío atacándola y tanto escándalo a su alrededor. Se retuerce dónde está y Viktor la sujeta por los hombros.
Jinx contiene el aire, con todo aclarándose de golpe y Viktor delante suyo: cabello blanco, cuerpo lleno de colores y hechos con constelaciones.
—Es extraño—tartamudea Jinx—. No lo entiendo.
Viktor asiente y balancea la cabeza,
—Eso es molesto, pero se calma con el tiempo.
Jinx apoya la mejilla en el hombro de Viktor, quien suspira a gusto. Tan feliz de ser un apoyo para ella como lo fue al revés meses atrás. Cuando más perdido estuvo, tuvo a Jinx para calmarlo. Le da un beso en la cabeza y la acerca más a sí mismo, acabando con la chica sentada en su regazo, abrazándolo y dormitando en él.
Su pequeño cuervo que apenas entiende que todas las heridas que sufrió y las plumas que perdió, fueron sanadas y reemplazadas con algo mucho mejor. Algo que lo permitirá existir mejor…
O peor.
Jinx con sus ojos abiertos y sufriendo espasmos cada tanto.
Runas extrañas que se forman en el aire. Todas manifestándose de formas pequeñas: colores distintos, patrones diferentes, texturas que cambian. Todo en relación a Viktor acariciándola, abrazándola y acurrucándola.
Cada pequeño impulso tiene una reacción…
Cada acción con una reacción…
Y aunque Viktor es tan medido y tranquilo, con un camino formándose gracias al arcano.
Jinx no hace más que ver formas, ruidos, sensaciones: magia salvaje llenando su cabeza y volviéndola una entidad totalmente diferente.
✧ Cuervo enjaulado ✧
—No puedes salir.
— ¿Quieres que me quede aquí encerrada? —chista Jinx. Viktor balacea la cabeza.
—Es lo mejor—Jinx da un bufido y Viktor mira a la derecha, dándose cuenta de que una taza se deformó y es básicamente inutilizable—. No que vuelvas a ponerte en riesgo. Es demasiado-
—Soy lo único que hay entre tu cinturita de puta y las manos de todo Zaun—discute Jinx, acercándose forma casi peligrosa. Es notable lo irritada que está. Lo raro para Viktor es que no pueda reprimirlo ni siquiera para burlarse. Jinx no es buena en no exponerse, tan solo sí en la forma en que lo maneja. En este momento, habría todo un show de tonterías, no el reclamo de frente y tan claro—. Así que debo salir, quieras o no. —encoge de hombros con una sonrisa cínica.
—No, no debes salir—discute Viktor de inmediato—. Vas a quedarte aquí ¿Qué no lo entiendes? —Viktor la toma de la mejilla y Jinx frunce más la expresión—. Allá afuera, no es solo un riesgo para mí. También para ti y casi te pierdo—apunta entre dientes, sonando afligido para sorpresa de Jinx—. No quiero que desaparezcas… la próxima vez, tal vez no pueda llegar a ti.
「「¿De verdad te importo tanto?」」
「「¿Viktor me quiere tanto?」」
「「Él—」」
Jinx da un movimiento brusco, gritando. Se llevó una mano a la cabeza, escuchando gritos y gruñidos que le punzan en cada parte de la cabeza.
— ¿Jinx?
「¿¡Lo ves!? No puedes protegerlo. No puedes proteger a nadie」
「Es igual a Silco y tendrá el mismo final」
「¡TODO PORQUE ERES…!」
Jinx parpadea repetido y mira a Viktor con sorpresa, con el hombre manteniendo una mano en su hombro. Exhala un poco fuerte.
—Quédate aquí… quédate conmigo.
Abre y cierra la boca, pasmada.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
De alguna forma, hay cosas que fluyen incluso más rápido y fácil de lo que lo hacían. No hay forma de estar quieta, saltando de aquí para allá en su laboratorio. Armando diferentes inventos que ha soñado por años y años y que hasta ahora parecen tener una manera lógica de existir.
Cuando Viktor va a visitarla por la tarde, casi noche, queriendo que ella repose y se amolde a sí misma a solas, lo que encuentra es un enorme montón de luces en diferentes formas, animales metálicos que parecen cargar de un enorme generador.
Las formas que tienen son estrambóticas, llenos de pintura y finalmente, metales que se retuercen de forma que le recuerda al Hexcore cuando cambió su aspecto. Es como si todo lo que Jinx toca, puede mutar.
Es como sí…
—Manejas las runas salvajes. —murmura Viktor, asombrado y Jinx se gira brusca, con el material del escritorio haciéndose más delgado y metálico, diferente a que fuese de madera.
—Eso que escribiste… y a duras penas entendí—Jinx se ríe torpe—. Hay miles de cosas pasando en mí cabeza—admite sacudiendo las manos en torno a ella—. Es como si todo pasa al mismo tiempo y—Da una risa tensa y una mariposa metálica se activa, revoloteando en el aire—. ¡ES UNA PUTA LOCURA! ¡ES…!
Suelta aire, entrecerrando los ojos y disfrutando sentir el contacto de Viktor. Este se fuerza a estar delante de ella, alejar la influencia del arcano que la empuja a hacer todo lo posible por manifestarse. A escapar a través de ella. Jinx sonríe, recostándose de Viktor.
—Mi héroe. —canturrea estirando una sonrisa.
Viktor da un leve bufido, sonriendo y negando con la cabeza.
✧ Su venerado heraldo ✧
Viktor la salvó de morir.
Viktor la hace tener paz dentro de su propia mente.
Viktor la cambió para que tenga magia.
Viktor le dio un hogar.
Viktor puede sanar Zaun.
Viktor puede crear Zaun.
Viktor es todo lo que importa en este momento de su vida y no puede más que sentir la urgencia de que todos lo idolatren y lo amen por igual. Que se den cuenta de que deben venir a ser aceptados por él.
Viktor es quien debe crear Zaun y todos se arrodillen ante él…
Quizá él no quiere que salga, pero debe hacerlo. Debe seguir trayendo personas, debe ver que nadie trate de invadirlos, debe marcar el siguiente espacio al que van a expandirse.
Tiene mucho que hacer. Tiene un propósito que cumplir y así, exponer cuán fiel, capaz y comprometida está con su salvador. Con su misión de vida. Cuando llega al corazón de Zaun, lo encuentra más desordenado que antes y más importante aun, se encuentra un enorme mural de sí misma.
Grande nubes de colores.
Piltover que fue atacado…
Le saca una risa histérica, empezando a andar a saltos, sin molestarse en esconder quién es a pesar del peligro que eso significa. Sus largas trenzas con casquillos deformes decorando; el top negro con el broche en el pecho; falda llena de pintura y botas enormes tintineando. Abre los brazos, llamando la atención de algunas personas por lo llamativa y fuera de lugar que luce.
En su trayecto, sin que fuese planeado, encuentra un camión de policía que está tirando niños dentro. Uno de los vigilantes la nota, apuntándola de inmediato con un rifle y llamando a los demás.
Jinx hace pistola con los dedos y cuando ellos disparan, lo que sale es humo de colores.
Los niños en el interior del vehículo tratan de ver, pero no lo consiguen. Cuando todo se calla y las puertas se abren, Jinx se asoma adentro con una sonrisa de oreja a oreja—. ¡AQUÍ SU HEROÍNA! ¡LISTA PARA LLEVARLOS CON EL GRAN SALVADOR! —canturrea emocionada.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Pelea de pandilleros contra vigilantes.
Muchos de los que pelean tiene cabello pintado de azul, desarmados, pero bravos en contra de quienes tratan de reprimirlos.
El sonar de la música estridente los distrae. Jinx aparece en la cornisa, con la brisa agitándole las trenzas y su gesto tan particular, haciendo saber a los demás ahí presentes, que es ella. Cuando la apuntan, Jinx toma la ametralladora que tiene cruzada en el pecho y empieza a disparar. Algunas balas son más fuertes que las otras, algunas hacen explosiones, algunas hacen cristales, algunas perforan, es un caos diferente a cada risa que da, sin detenerse más que para dejar a ese grupo salir corriendo.
Baja de un salto y camina entre los cadáveres, tarareando para sí misma y convirtiendo los cuerpos en metal y plantas que quedan ahí tirados.
Algunos se quedaron, viéndola con ilusión y admiración. Jinx abre los brazos.
— ¿De verdad quieren ser como yo? Awww, entonces ¿Harían algo por mí?
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
— ¿Quieres dejar de ser más feo que una patada en las bolas?
El hombre deformado por el Shimmer mira arriba, encontrando los ojos fucsia brillante y el cuerpo en constante distorsión, como si está aquí y a la vez no lo está. La sonrisa tan cargada de energía que lo intimida, sin embargo, la mano ofrecida luce tentadora.
—Du-duele…
— Uh~ Yo sé dónde puede dejar de doler…—Jinx se gira sobre sus pies—. ¡Hay un lugar donde puede dejar de doler por siempre! —exclama abriendo los brazos—. Solo deben ir y…—Junta los dedos, ladeando la cabeza—. Ser buenos seguidores.
—No voy a segu-
El disparo le vuela la cabeza a quien quiso rechazar. El gesto de Jinx totalmente serio, casi enojado. Escucha algo más lejos—. El heraldo es un fraude, es solo un—Otro disparo. Suelta un respiro agitado y da constantes zapateos al piso. Causa que varios picos salgan del suelo de roca.
— ¡EL HERALDO ES SU SALVACIÓN! ¡MALDITOS TROZOS DE MIERDA! ¿¡NO QUIEREN DEJAR DE ARRASTRARSE POR EL PISO!? ¡ÉL ES SU SALVACIÓN! ¿¡ALGUIEN MÁS TIENE UNA PREGUNTA!?
Silencio.
— ¡Bien! —exclama Jinx con una sonrisa de nuevo, cerrando los ojos y recostando la mejilla en sus manos juntas—. ¡Andando!
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Sevika frunce el entrecejo, extrañada de las personas que se reúnen en una de las tantas plazas de Zaun. Esta es particularmente poblada por familias que tratan de sobrevivir como mejor pueden sin cometer ilegalidades graves. Quizá algún que otro robo en Piltover o están empleados allá.
Y están teniendo problemas por el bloqueo.
— ¡Hay espacio para todos! Casas, comida, otros niños, incluso hay colegios allá—Sevika pasa a un par de persona y estando al frente, encuentra a Jinx acompañada de otras cinco personas. Todas vestidas de blanco, con marcas en la frente y gestos apacibles—. Incluso el aire es mucho mejor. Pueden respirar, pueden ver el cielo… ¡Pueden ver las estrellas por la noche! En lugar de asfixiarse como pajaritos de mina.
— ¿Qué estás haciendo? —interroga Sevika y Jinx se fija en ella. La chica se ríe.
—Invitando gente ¡También puedes ir! Igual así dejas de estar tan amargada. —bromea risueña.
— ¿Quieres que todas esta personas se unan a un culto? —Jinx tiene un espasmo y el agua en la fuente empieza a salir morada en lugar del color terroso de siempre. Los niños corren a verlo, asombrados—. Eso allá, no es Zaun. La nación de Zaun es-
—Será Zaun. Viktor va a comandar Zaun ¡El heraldo va a lograr que tengamos una nación independiente! Sin pelearnos por comida, sin tener que luchar por respirar—afirma Jinx dando un par de pasos—. Incluso podrá quitarnos a Piltover de encima. Dejaremos de ser la burla de ellos. El caballo muerto que patean cuando se aburren. —Jinx mira a Sevika a los ojos.
Sevika no pensó que fuese posible que se volviera más loca.
—Eso, no tiene sentido. —afirma y Jinx sacude la cabeza.
—Claro que sí.
—Viktor no peleará contra Piltover.
—Si él no logra que nos den lo que merecemos… ¡Yo los mataré a todos! ¡Explotaré cada edificio hasta que no quede ni uno de ellos! ¡Igual a como nos han matado hasta ahora! —La multitud se acelera, varios de acuerdo con ella, algunos callados por dudar—. Y Viktor va a sanarlo todo… él puede arreglar lo que está roto en nosotros—asegura Jinx con las manos en el pecho—. Confíen en él… confíen en el heraldo que recibe con los brazos abiertos y les prometo que tendrán la vida que siempre han soñado.
Sevika mira alrededor, cuestionándose cómo es posible que subir así las ensoñaciones de las personas, es algo bueno. Vuelve su atención a Jinx, teniéndola tan cerca de su rostro que puede oler su aliento.
— ¿Vas a estorbar…? No me gustan los estorbos.
Sevika bufa, negando con la cabeza. No le interesa—. Tan solo… sigue sacado a los vigilantes de aquí. Están siendo un maldito problema. Contigo alrededor, más personas pelean contra ellos.
Jinx ladea la cabeza y tararea.
—Eventualmente, vendrán con Viktor y se darán cuenta de que él, es la mejor idea.
—Lo dudo.
Encoge de hombros y se va dando saltos.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Viktor se dio cuenta de la personas que llegaban, que muchos hablaban de que Jinx los trajo.
Hablando de Jinx matando vigilantes. Matando a personas que rechazan su poder. Se dice tanto de Jinx y hoy, que llegaron familias enteras a buscar refugio, no puede resistir más que explotar por ello.
—Te dije que no puedes salir y no suficiente con hacerlo ¿¡Matas personas!? Eso no es este lugar. Zaun no puede fundarse en un suelo lleno de sangre—Jinx tararea, deshaciendo las trenzas de su cabello, preparándose para bañarse—. Tampoco puedes intimidar a las personas, vender la idea de que yo haré una Utopia perfecta. Eso no existe. Tampoco tengo la fuerza para algo como eso. Estás… acelerando todo demasiado y no-
—Estoy haciendo mi parte, demostrándote que soy tu ayudante más fiel—afirma Jinx moviéndose hacia él, apoyando la manos en su propio pecho y sonriendo torcida—. La que conseguirá que puedas cumplir tu ideal de ayudar a todos en Zaun.
—Sé que eres mi ayudante más fiel, eres mucho más que eso.
— ¿Sí? ¿Qué soy?
Viktor se queda unos segundos mirándola. Jinx suelta aire, acabando de juntarse a él en un abrazo. Frota la mejilla con el pecho de Viktor.
—Todos vendrán a adorarte porque los salvaste de seguir siendo Undercity, de ser marginados, de ser la mierda que pisotean y desprecian—Jinx exhala, teniendo los ojos entreabiertos—. Todo… todo va a valer la pena y… y lo habremos logrado.
—Jinx—Ella sube la mirada, apoyando la barbilla en el pecho de Viktor—. Lo lograremos… dame más tiempo y a ti misma. Por favor. Si realmente quieres ayudarme tanto, ayúdame a descifrar toda la extensión de mí capacidad.
—Bien ¡Bienbien! —exclama—. Lo que pidas, VikVik.
Jinx se para de puntas y junta los labios con él.
Viktor perpetua un poco más el acercamiento, sosteniéndola…
Queriendo controlar y contenerla un poco. Que deje de huir de entre sus manos a ser un caos ambulante. Quiere atrapar esta energía salvaje entre sus manos y con los días, con la preocupación, con cada transformación, mirada de adoración y exposición desvergonzada, tan solo aumentan las ganas de consumirla.
✧ Lo que mueve sus aspiraciones ✧
— ¿No tenías a nadie antes de ser una lata viviente? —pregunta Jinx, flotando en el agua cristalina y viendo al cielo despejado. Su cabello flotando en todas direcciones y su cuerpo desnudo sobresaliendo en la superficie.
Viktor se mantiene sentado con el agua hasta la clavícula. Baja la mirada, el cabello húmedo en las puntas nada más.
—No. Nunca tuve a nadie... De forma sentimental. Tuve a Jayce, que fue un compañero muy querido, pero nunca hubo romance en mi vida—Saca la mano del agua, viendo la magia que fluye—. Había mucho cariño entre los dos... Platónico e intelectual.
—Se masturbaban el uno al otro diciendo que eran inteligentes. Vaya. —burla Jinx y Viktor da una leve risita.
—Fue lo único que tuve... Y aún lo atesoro como algo hermoso.
Jinx entra del todo al agua y se acerca a él, ladrando la cabeza.
—¿Ya no te importa?
—Es parte del pasado.
Jinx sube el labio inferior y desvía la mirada. Viktor la mira fijamente y se atreve a preguntar:
— ¿Tuviste a alguien antes?
Jinx lo mira a los ojos y sonríe.
—Tuve a Silco. Un hombrecito decrépito y patético que daba charlas filosóficas absurdísimas—Incluso si son burlas y palabras un poco hirientes, Jinx suena especialmente cariñosa hablando de él—. Él me recogió cuando no tenía a nadie más. Él vio algo espectacular en mí. Que podía lograr muchas cosas. Fuesen buenas o malas. Gracias a él estoy viva.
Viktor finge demencia al respecto. Que no ha visto sus memorias y puede confirmar esa visión que Jinx tenía de él. Una que debió ser real, pues no hay manera de que ella estuviera con alguien que la maltrataba. No siendo tan fácil hacerla sentir traicionada.
—Parece que lo querías mucho. —opina Viktor y Jinx encoge de hombros.
—Creo que es la única persona que me amó. Estaba así de estúpido ¿Cómo amas a la demente que te jode la vida? Hasta le salieron canas del estrés—burla sacudiendo la cabeza y Viktor la nota temblar—. También tenía discusiones con todos ¡Y aun así no me regañaba del todo! Solo era un “tomate un tiempo Jinx”, “recuerda que debemos lograr Zaun”, “todo lo que hacemos tiene un propósito” ¿No era estúpido? —resopla rodando los ojos y viendo a un lado—. Que tipo tan idiota. Tan-
—Lo extrañas mucho—murmura Viktor tomando el rostro de Jinx para verla a los ojos y ella se muerde los labios, con los ojos aguados—. Eso es lo que sucede: lo extrañas demasiado.
Jinx niega, llorosa.
Viktor escucha lo que ella piensa.
「「Lo extraño muchísimo… ¿Por qué no vuelve?」」
「「Quiero que vuelva」」
—Yo lo maté… todo lo que amo muere—sonríe adolorida—. Silco, mi familia… pero prometo que no va a pasarte—afirma Jinx con brillo esperanzado y desesperado en sus ojos, como si más que convencer a Viktor, trata de convencerse a sí misma—. Prometo que vas a estar a salvo. De todos y de mí.
—No necesito estar a salvo de ti. Sé que sin ti, no habría llegado hasta aquí—apunta Viktor, acariciando las mejillas pálidas y causando que ella cierre los ojos, suspirando de gusto y marcas blanquecinas en su cuerpo brillando de diferentes colores—, pero quiero saber: ¿Me parezco a Silco? ¿Es por eso que quieres ayudarme? Por eso me salvaste.
—Sé que Silco te envió para que yo no esté sola—responde Jinx, honesta y sin verle nada de malo o extraño—. Y para que pueda lograr su sueño. Lo que él confió en mí—Da una risita ansiosa—. No te pareces a él. Eres más brillante, por eso sé que podrías morir en cualquier momento y… ¡No dejaré que pase!
De algún modo, todo cae en su temor a que desaparezca. Tal como Silco lo hizo. A Viktor le produce enorme satisfacción que Jinx no lo considere igual a él. Que sea una entidad diferente a pesar de ocupar un rol similar en su vida: quién es la mejor y única compañía. Incluso hay una variante, donde ella es quien protege y no es la protegida. Al menos no del todo.
—Sé que no eres Silco—menciona Jinx—. Solo creo que te ve muy sexy con ropa como la de él.
Ahora Viktor está más que seguro de que la ropa que recibió, fue de Silco. Sigue sin ser una molestia. Es perfectamente consciente de que es casi tanto o más importante que ese personaje que murió.
—Incluso cuando Zaun sea un hecho, vamos a seguir juntos ¿Verdad? —pregunta Jinx y Viktor asiente con la cabeza.
—Por supuesto que será así.
Jinx chilla y le salta encima, besándolo en la boca y quedando ambos bajo el agua, siendo un poco arrastrados por la corriente. Viktor entreabre los ojos, viendo la enorme y larga cabellera azul que se mueve con la corriente.
Ella recuerda a Silco. Recuerda cuando lo tuvo que dejar ir en el agua, que no tenía pulso, que no la correspondía. Que sus dos ojos estaban cerrados.
Viktor tiene ambos abiertos. Viktor la sostiene. Viktor tiene pulso…
Viktor es todo lo que Silco ya no puede ser y por eso, se rehúsa a soltarlo.
Cumplió con el pedido de Viktor: se ha quedado más tiempo en la comuna, ayudando a ampliarla y que así, todos quienes vienen por un lugar, tengan donde estar. Es una experiencia divertida, después de todo, implica ayudar con demolición, pintura y un poco de construcción, lo único que puede ser divertido porque no es exactamente para que las personas vivan.
Tienen muchos metros ganados, habiendo tirado partes de lo que hacía complicado acceder hasta acá. Es necesario y Jinx planifica hacer una barrera para impedir que nadie pase sin permiso expreso. Quizá poner un campo minado, pero se ha contenido los suficiente para no llegar tan lejos.
En medio de este periodo de expansión, es difícil no darse cuenta de la pandilla que llega a la entrada. Viktor es el primero en notarlos, acercándose a la entrada a la vez que el vigilante de la entrada se dedica a dar las instrucciones.
—No pueden pasar con armas. Es-
—No están cargadas. No tienes que preocuparte—Viktor apoya el báculo en el suelo, viendo de mala manera al grupo—. Será una visita rápida.
—No pueden-
Es noqueado de un golpe que lo hace sangrar y las casi veinte personas corren dentro, empezando a tomar cosas, tirar personas, herirlas. Uno de ellos apunta a Viktor con una espada enorme y llena de oxido.
— ¿Tu eres el heraldo del que todos hablan? No es la gran co-
Viktor voltea brusco a la derecha, lugar del que vino el disparo que tiró al hombre al suelo. Sangrando por la cabeza. Jinx camina a paso lento, viéndolo con genuino desprecio y seriedad en su rostro. Viktor convoca runas, dividiendo esa zona de la comunidad y haciendo una alta barrera que impide a los pandilleros acercarse a los que pudieron correr hacia el interior de la comuna.
— ¡La perra de Silco se muestra a morir!
—Podríamos entregarla. Nos darían al recompensa y tendríamos el dinero del heraldo.
Jinx sonríe repentinamente y se mueve tan rápido que ninguno puede entender que desaparezca de forma tan simple. Lo único que queda de ella, es el rastro de luz fucsia que desprenden sus ojos. Viktor frunce el entrecejo, irritado por la manera tan brusca en que Jinx se hace cargo del problema. Puede aprenderlos y él se encarga. No sería tan complicado.
Sin embargo, ella los mata. Ella los destruye como si fuesen menos que carne y no seres vivos. Tripas, vísceras, huesos y al final, sentada sobre el pecho de uno, sacándole los ojos. Escuchando sus quejidos de dolor y llevándose uno de los ojos a la boca, mostrando la lengua antes de cegarlo del todo.
Viktor deshace la barrera y agita el báculo, haciendo que la tierra absorba los cuerpos y la sangre, que no quede rastro de lo que pasó. Jinx sigue con el ojo en la boca y aun con el espectáculo, los niños y adolescentes corren hacia ella, celebrándola y agradeciendo que los salvara.
—Lleven a los heridos adentro. Revisen que nada sea de gravedad—indica Viktor a los adultos que se apresuran a cumplir sus órdenes. Avanza con expresión severa hacia Jinx que carga a una niña de cabello rubio y placas doradas en el rostro y ojo derecho—. Vayan a ayudar. Todos. —Los niños dan algunas quejas, pero no tienen más opción que irse.
— ¿Qué con esa mirada? VikVik. —Jinx jadea, con una nube de vaho saliendo entre sus dientes. La sangre gotea de su mentón, su ropa está empapada e incluso en su cabello hay restos de carne humana. Viktor la toma del brazo.
—Vamos a limpiarte. —dice Viktor entre dientes y Jinx se ríe dejando caer la cabeza a un lado.
✧ Limpiando la evidencia del caos ✧
Viktor no había usado este espacio hasta ahora, no lo había considerado necesario. Sin embargo, es un buen momento para utilizarlo. Se trata de un baño privado que conecta directamente con la “casa” de Jinx. Es lo suficientemente grande para que estén ambos dentro.
Por no mencionar que hace lo que Viktor está haciendo: deshacer las largas trenzas de Jinx, poco a poco, llenándose los dedos de sangre en el proceso. Es increíble lo mucho que tiene atorado en medio del cabello azulino. Ondulado y algo grasiento por el tiempo que tiene sin lavarlo bien.
Jinx tararea, viendo sus uñas y jugando con la pistola que no ha soltado ni siquiera ahora. Cuando tiene el cabello suelto, extendido incluso en el piso, Viktor se levanta y camina hasta estar delante de ella. Jinx lo mira a los ojos, sin conectar la mirada. Viktor deshace el nudo que sostiene el top ensangrentado y la hace poner de pie para deshacerse de la falda, las medias…
— ¿Por qué estas enojado conmigo? —pregunta Jinx dejando caer la cabeza de lado. Viktor chasquea la lengua con molestia—. Estoy cuidando de nuestra comunidad. Estoy cuidando de ti-
—Hiciste una masacre allá afuera, Jinx—discute Viktor, contenido y disgustado—. Llenaste de sangre y cadáveres nuestro suelo. Nosotros no somo es una comunidad de violencia.
—¿Querías que los abrazara y pidiera que se fueran?
—Quiero que, si es tan difícil para ti retenerlo, lleves esas cosas afuera.
Jinx da un resoplido y se va a sentar en la tina, Viktor le echa un balde entero de agua, haciendo que se derrame y los restos en el suelo se vayan limpiando en el proceso. Viktor busca en los diferentes frascos con aceites y jabones para lavarla. Jinx no emite queja a que limpie. Sobre todo cuando se trata de su cabello.
—Soy de esta forma—informa Jinx subiendo la mirada—. No vas a poder evitar que mate gente si me da la gana- si lo merecen. Porque lo merecían. —apunta Jinx y Viktor tarda en decir algo. Ensimismado en lo que hace.
—Crees que eres caos. No es así.
—Soy una runa salvaje viviente. Me provocaron. —justifica Jinx.
—Provocaron un castigo, no lo que hiciste. —discute Viktor.
— ¡Se merecían morir! ¡Dudan de ti! Eso es suficiente para que todos se vayan a la mierda.
—Todos tenemos derecho a pensar lo que quieran—dice Viktor—. Incluso a ser de la forma en que quieren. Lo que no tienes derecho, es a causar muertes dolorosas que-
—Esas personas son proxenetas, asesinos y abusadores. No merecen tu piedad, Viktor—musita Jinx, girando la cabeza hacia él que le mira con cierta sorpresa y confusión—. Merecen lo que les pasó—Jinx extiende una cínica sonrisa en su rostro—. Y aunque tú no lo quieras, debo protegerte de ellos—Vuelve la vista al frente—. Ni siquiera merecen estar delante de ti. Eso fue lo único malo ¡Al menos son el piso que piso así que todo está bien!
—No quiero que vuelvas a hacer algo como eso, Jinx. Eres mucho mejor que una máquina de matar lo que “pueda hacerme daño”—aclara Viktor y Jinx se ríe balanceándose en su sitio—. Debes… pensarlo mejor.
—No voy a pensar nada que no sea cuidarte de que estes bien. Es lo que más me importa. Si me descuido, voy a perderte… no voy a pasar por eso.
Viktor queda delante de ella. Jinx lo mira desde abajo. Sus enormes ojos tan complicados de comprender. El caos en sí mismo, retenido en una tina, luciendo diminuta e inofensiva por estar desnuda, por estar empapada y con ojos de niña. Viktor la enjuaga, viendo al sangre y la espuma que dejan su cuerpo.
Jinx se levanta y sale de la tina, arrastrando el cabello y aun viendo fijamente a Viktor. Ladea la cabeza, inclinada hacia él con las manos tras la espalda.
—Yo hago todo lo que no tienes fuerza de hacer… lo que es demasiado malo para ti. Soy una puta maldición—susurra convencida—. Una que dirijo a otras personas para que estes a salvo. Tanto de ellos como de mí. No puedes cambiarlo. Soy de esta manera, Viktor… no podrás evitar que me llene de sangre.
Viktor la coge del rostro con brusquedad, luego la toma por la cintura; junta los labios con los de Jinx, también su pecho. Ella hace lo mismo, jalándolo el cabello y casi mordiéndolo en el los labios.
El heraldo está convencido de una cosa: puede conseguir que ella esté limpia. Puede contenerla en sus manos. Puede lograr que sea la figura creativa, brillante e imaginativa que tiene dentro de este espacio.
Juntarse ambos de esta forma es peligrosa. Algunos frascos explotan; el cabello de ambos flotando y ondeando, así como el agua que se forma en burbujas; explota y se desperdiga; figuras que se hacen en el aire y ellos, ensimismados en seguirse besando, en seguirse tocando. Jinx hizo un jirón la ropa de Viktor, él acaricia la piel húmeda y con aceites que la llenan de fragancia.
Jinx queda encima de Viktor en la cama, besándolo con fuerza en el cuello, demostrando que incluso si su cuerpo es metálico, aún hay sangre corriendo por sus venas. Viktor acaricia por encima la vagina húmeda, frotando los dedos en los labios, todo el bulto externo, el clítoris pronunciado.
Jinx se endereza, manos apoyadas en el pecho de Viktor y sonriendo con ojos entrecerrados: la verga levantada y gruesa entrando en su carne. Suspira a gusto, cerrando los ojos. Viktor exhala, levantándose en sus antebrazos y viendo el lugar en el que ambos se unen. El cabello que se le vino a la cara es apartado por Jinx, que lo sujeta de la mejillas.
— ¿Te gusta mi coño? ¿Ummm? —Lame sus labios e introduce la lengua, moviendo la cadera. Viktor la toma por la espalda—. ¿Sí te gusta? —suspira y vuelve a besarlo. Viktor gime en medio, con el sudor humedeciéndole la piel, el cabello, con ganas de moverse más rápido, más fuerte, seguir percibiendo estos arranques tan calientes de Jinx. La magia que causa cada embiste y la manifestación en gemidos de placer—. Viikkktya.
Gira en la cama, dejándola tendida y moviéndose entre sus piernas abiertas. Jinx aprieta las almohadas bajo suyo, arqueándose. Viktor la besa en la clavícula y baja a su pecho, succionando uno de ellos, sosteniendo la cadera ancha de la mujer.
No sabe cuánto lo hicieron.
No sabe cuánto más podrá hacerlo.
Jinx está convencida de que podría seguir eternamente.
—Otra vez… quiero otra-
Viktor la jala del cabello, haciéndola sonreír y gemir, con la cara roja y apretando la vagina en torno a la verga que acaba de liberar la semilla dentro suyo. Viktor se acerca a decirle al oído—. No voy a hacer esto si tienes sangre encima—Advierte el heraldo y Jinx da una risita.
—No tengo ahora mismo. Así que…
Viktor la presiona contra la almohada y Jinx se muerde el labio inferior, levantando ligeramente la cadera y sentir mejor el ir y venir del pene de Viktor, así como el choque entre la piel de su ingle con la de sus nalgas.
✧ Una apuesta certera ✧
Despertar en el pecho de Jinx después de todo lo que hicieron es... Extrañamente reconfortante. Consumido por la modorra y el cosquilleo placentero a lo largo de todo el cuerpo, se acurruca un poco más, besando la piel tibia y finalmente succionando uno de los pequeños senos. Acaricia el costado de Jinx y enreda los dedos en el largo cabello suelto. Jinx despierta por los mimos y acaricia a Viktor en el cabello, suspirando a gusto por esta muestra de afecto.
┈
—Lo que dije ayer es enserio. No puedes repetirlo aquí y debes evitarlo lo máximo posible.
No sabe si Jinx le presta atención. La tiene a su espalda, peinándolo. Jinx tararea, ensimismada en arreglar el cabello marrón con ondulaciones. Acaba de hacer el par de trenzas y hace un pequeño moño con una cinta. Camina delante de Viktor que la toma del brazo y atrae, acabando en sentarla en su regazo. Jinx presiona la frente con la ajena.
— ¿Me escuchaste?
—Creo que tú no me escuchaste a mi—Jinx lo toma de la mandíbula y da un par de juguetones apretones—. Yo no voy a dejar de ser quien soy... Y a menos que quieras otra vagina y otra guardaespaldas, debes aguantarme.
Le da un sonoro beso en la mejilla. Viktor medita unos instantes—. Este lugar necesita protección, pero también necesita de ti siendo Jinx. Siendo la inventora que crea tantas cosas hermosas... Si quieres cuidarme, no hay problema, peros lo cuando se trate de mí y no hay más opciones.
Jinx va frunciendo la expresión. Algunos objetos alrededor se deforman a causa de sus bufidos, de su molestia indiscreta, de las voces en su cabeza gritándole que es una fracasada. Viktor guarda silencio cuando Jinx habla:
— ¿Quieres que deje morir a los demás? ¡JU! ¡PODEMOS HACER UN CEMENTERIO! ¡AUN TIRAMOS LOS CADÁVERES EN EL RÍO! —propone divertida. Viktor niega.
—Debe haber otra manera de poner seguridad sin que sea... A tu manera.
Jinx mira a otro lado, dando un pequeño tarareo y luego, presiona la mejilla en la de Viktor.
—Tengo una idea.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Decir que entiende el camino que recorriendo, es exagerar. Viktor está seguro de que Jinx tomó más rutas de las necesarias. Todo para acabar dentro de la ventilación. El fin último resultó ser mejor de lo esperado. Viktor abre los ojos con fascinación: un árbol enorme debajo de la tierra. Ni siquiera pensó que podría surgir algo como esto sin ayuda de nadie.
— ¿Cómo sabias de este sitio? —interroga Viktor, viendo alrededor con admiración. Jinx niega con la cabeza.
—Sabía que estaba aquí. De alguna forma. Nunca había venido. —confiesa Jinx igual de sorprendida.
—Eso explica el camino. —burla con una risa suave. Jinx encoge de hombros, riendo.
Jinx se tensa, lo jala bruscamente del brazo, poniéndolo tras ella y apuntando con su arma a quien de acercó a prisa, amenazando con atacarlos con un arma de alto calibre. Viktor pone una mano en el hombro de Jinx—. No vamos a atacar a nadie—aclara entre dientes.
Jinx gira la cabeza y sigue con el arma en algo. Quien llegó sigue a la defensiva (casi ofensiva). Varias personas llegan. Usan máscaras blancas, exceptuando el último: un chico moreno con mala cara, cabello blanco y que los analiza rápidamente. Luce estresado, sumamente enojado y ansiosa a la vez.
— ¿Quién les dijo como llegar hasta aquí?
—Tú. —responde Jinx encogiendo de hombros con una sonrisa que se desvanece pronto.
—Yo no he hablado contigo en meses, Jinx.
—Pues fueron las voces en mí cabeza que resultaron hablar con tu voz y tu cara. —burla Jinx y él da un bufido, entornando la mirada hacia Viktor.
— ¿Y él? ¿Es tu nuevo pand…?
—Soy Viktor—Presenta antes de que termine, no quiere causar una reacción en cadena donde solo resten cadáveres ensuciando el suelo—. Jinx me dijo que aquí, habría persona que querrían ayudar con lo que estamos construyendo… Ekko.
Este ve a los demás, que esperan sus instrucciones.
┈
— ¿Zaun? Ese, es el sueño de Silco.
—Lo sé.
—No confío en nada que venga de Silco. —Viktor ríe leve y balancea la cabeza—. Y ella, solo es un problema. No deberías confiar en alguien así. —Advierte Ekko. Una ligera cortesía. Apoyado en el escritorio atrás suyo. Viktor mira por la ventana un instante.
Jinx juega con los niños, es como verla en sintonía con otras personas.
—Comprendo tus inquietudes—dice Viktor con suavidad—. Sin embargo, difiero en ello—Ekko entrecierra los ojos—. La Nación de Zaun que quiero lograr no es como la que Silco trató de fundar. Es una más limpia, más amable—caracteriza paciente, con su mano abierta y exponiendo la forma en que hace crecer una flor. Ekko abre los ojos de impresión, variando la vista de la flor hacia Viktor y así sucesivamente—. Jinx quiere lograrla. Ella es mi soporte.
—Eso solo me asegura que este plan no va a funcionar.
Viktor niega con la cabeza, supone que es inevitable con el historial tras Jinx. Apunta afuera, haciendo que Ekko vea en esa dirección: Jinx hizo mariposas que revolotean alrededor de todos. Viktor agarra a Ekko del brazo, forzándolo a mirar y al mismo tiempo, ver qué hay en su mente.
Mucha tristeza.
Mucha confusión.
Mucha añoranza...
Jinx en el puente a Piltover, la explosión que causó, la pelea que tuvieron y que francamente lo lastimó tener que pelear en su contra...
Recuerdos de la infancia y donde Powder es la única figura que brilla de forma tan especial. Ella es diferente y él haría todo por ella.
Las mariposas que Jinx hizo no explotan, tan solo dejan ir chispas de colores. Parecidas a fuegos artificiales. Ekko siente que el corazón le cae de la garganta al pecho de nuevo.
—Su crimen no puede olvidarse—Concede Viktor—, pero puede darse una segunda oportunidad y así, remediar el daño—Sugiere liberando el brazo de Ekko. Este se cruza y niega con la cabeza, teniendo un gesto indispuesto—. Ella consideró que eres una buena manera de protegernos y así mismo, de expandir lo que estamos haciendo. Confía en que eres una buena persona que hará lo necesario por hacer un cambio.
—Quiero que las cosas mejoren, pero no confío en ella ni en nada que crea "bueno". Lo último que apoyó, fue el Shimmer. —apunta Ekko. Viktor balancea la cabeza.
—Donde cae un cadáver, surgen flores; cuando mueren diez por una enfermedad, mil sobreviven a lo mismo. A veces lo que hizo mal, es lo necesario para crear algo nuevo.
Ekko vuelve a mirar afuera, dónde Jinx juega inconsciente a la incertidumbre que causa en él.
— ¡Ah! Cómo me enorgullece que no hayas cambiado mucho, Viktor.
El heraldo no manifiesta sorpresa de ver a Heimerdinger. Sonríe leve y da un pequeño asentimiento con la cabeza.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Jinx entra saltando y alzando los brazos, presentado la comuna. Un poco más atrás, Ekko, Heimerdinger y Scar, guiados poco a poco por Viktor. La chica de cabello azules es recibida por varios niños. Todos corriendo a abrazarla. Ekko frunce el entrecejo, extrañado de la forma de que las personas aquí la aceptan. Con tanta… tranquilidad. También lo abruma que todos tienen marcas en la frente.
— ¿Qué tienen en la cara?
—Es una pequeña evidencia de que curé los males en ellos. —responde Viktor sin pensarlo demasiado.
— ¿Qué habrá? ¿Enfermedades? —Viktor asiente a medida que Heimerdinger cuestiona, recibiendo la fruta que una de las personas le ofrece. Ekko hace lo mismo, viéndola desde varios ángulos y considerándola rara. Nunca había visto algo así.
—Curo los males de la humanidad. Las enfermedades, heridas y la violencia intrínseca en sus seres—concluye deteniéndose. Recibe el báculo de parte de Jinx que trae a una niña sentada en sus hombros—. De esa manera, puede ser un lugar pacífico.
—pero eso es parte de las personas—apunta Heimerdinger—. Los humanos sin violencia, no son exactamente humanos… y eliminar parte de ellos-
—No genera ningún daño. tampoco ha habido problemas. No hay-
El grupo voltea a las derecha, donde un par de niños se empujan y pelean. Solo juegan, pero es mucho más tosco de lo que debería. Jinx silba—. ¡NO DEJES QUE TE TUMBE! —Viktor da un suspiro de agotamiento, negando con la cabeza.
—En los niños resurge, asumo que en adolescentes también. Por lo tanto, tendré que eliminarlo después-
—No puedes tratarlo como un… una especie de experimento—crítica Ekko andando hasta Viktor, Jinx entrecierra los ojos, torciendo un poco la cabeza—. Las personas son de la forma en que son. Ayudarlas con sanar sus cuerpos es ¡Bueno! Es lo que siempre hemos querido, pero quitarles algo así. —Sacude la cabeza en negativa y Jinx da un bufido. Viktor frunce los labios.
—Hacer perdurar la violencia es lo que causa que todas las sociedades caigan.
— Todos van a acabar muertos de todos modos. Así que…
Viktor mira a Jinx un momento, ligeramente atacado y sin entender qué es lo que ella está viendo ahora. sus disociaciones y comentarios desatinados vienen de ver lugares diferentes. Es accidental. Son reacciones culpa de ser una runa salvaje. Para Jinx, este lugar no tiene el más mínimo rastro de vida. Una tierra yerma, cuerpos tendidos por doquier y un cielo rojizo que anuncia tormentas. Cuando gira la cabeza, encuentra una máscara gris y ojos dorados.
Como un lobo que surgió, rompiendo la piel del rostro debajo. Contiene el aire, apretando las manos. Confundida por la criatura delante suya que manifiesta anhelo.
—Jinx.
Parpadea un par de veces y se ríe hacia Viktor, quien la sostiene de la cabeza, presionando los dedos en ella y aliviando el peso en su mente—. Ummm… si me sigues masturbando la neuronas, me voy a prender, voy a demostrar un verdadero incidente—ronronea bromista. Una vez Viktor quita al mano, Jinx se va dando largos pasos, hablando tonterías con la niña en sus hombros.
— ¿Qué pasa con ella? —pregunta Heimerdinger—. Si quitaste la violencia de ella… ¡Parece que no salió muy bien! —ironiza y Viktor suspira de agotamiento.
—Pasaron… cosas. Hablemos en el santuario. Quizá lleguemos a un buen acuerdo.
Ekko asiente, sin dejar de vigilar a Jinx que se sienta con el grupo de niños que jugaban, revisa que ninguno esté herido de gravedad.
✧ Condiciones razonables ✧
— ¿Una runa salvaje viviente? ¡Eso suena complicado por sí solo! —repone Heimerdinger, casi horrorizado—. Es muy peligroso-
—Jinx no es un peligro para nadie. Puedo manejarla. Lo he hecho hasta ahora—discute de inmediato. No quiere oír a nadie hablar mal de ella. Ya es lo suficientemente irritante la imagen de asesina que hay sobre ella—. Lo único que ha hecho, es ayudar a que estemos seguros aquí. El problema es que por su comportamiento errático, necesito que alguien se encargue y ella esté solo conmigo.
— ¿Haciendo qué? —increpa Ekko, curioso.
—Es mi compañera de trabajo. Todo lo que ves, lo creamos juntos.
Ekko apunta arriba, siendo una enorme esfera con anillos giratorios. Viktor asiente. Ekko da un silbido, impresionando. Pensó que Jinx solo sabía hacer bombas. Viktor se hace atrás un mechón de cabello.
—Con cierto esfuerzo, podríamos traer tu árbol hasta acá. Curaré la anomalía y también crecerá mucho más fuerte—propone Viktor. No quiere dejar ese árbol ahí. Debe moverlo a una mejor posición y por lo que Ekko le mostró, sería la única forma de evitar que es marchite—. Todos quienes están contigo pueden venir. Haré lugar para ellos. A cambio, espero que ayudes con la protección.
—No pensamos pasar por todo el tema de lavado cerebral. —informa Ekko y Viktor tuerce la expresión.
—Este lugar es un reinicio. Todos debemos estar en la mismas condiciones.
—Quiero ser yo. No lo mismo que todos ellos allá afuera—discute Ekko cruzado de brazos y el mentón levantado—. Estoy bien. no tengo problemas de salud y tampoco-
— La tristeza se iría… No había pesadillas, solo los recuerdos felices de Benzo vendrían a tu mente—Ekko se tensa, viéndolo con suma ofensa y molestia de que diga ese nombre—. Benzo, Vander, Claggor, Mylo; que les diste la información, que le dijiste a Vi a donde fueron; que le dijiste a Powder a donde fueron—Ekko parece a poco de tener un ataque de pánico; Viktor apoya una mano en su propio pecho—, que la culpa se esfume… Muchos han venido para… olvidar esas cosas. Puedo sanar ese dolor. Cualquier dolor-
—No lo entiendes, Viktor—discute Heimerdinger y el heraldo le mira con sorpresa. Ekko trata de reponerse de este repentino ataque a sus inquietudes más profundas—. No se trata de quitar todos los males… muchos de ellos, son los que forman quienes somos hoy—El inventor se acerca y le da un par de palmadas en el brazo—. Sin lo que viviste en Undercity, no serías el Viktor que eres hoy; así como Ekko con sus perdida y victorias, por más dolorosas que sean, lo hicieron quién es—equipara y Viktor hace un leve puchero, con gesto irritado—. Si borras eso ¿Qué queda? Sino una persona incompleta.
—Se trata de aliviar el sufrimiento.
—El sufrimiento también es parte de la vida.
Viktor da un bufido, molesto. Es cierto, pero ¿Por qué? Su diatriba se interrumpe cuando de repente tiene una presencia atrás suyo. Se palpa la cabeza y escucha las risitas de Jinx—. ¡También te queda bien el amarillo!
La chica lo abraza con fuerza del cuello y lo besa sonoramente en la mejilla. Viktor apoya una mano en su antebrazo. Jinx regresa la atención al frente y guiña el ojo, sacudiendo dos dedos delante de la frente de Viktor, haciendo que Ekko le mire de forma indescifrable.
— ¿Entonces? ¿Ya son de Zaun? O se están haciendo rogar.
—Los términos están ahí. Nosotros aceptamos, queda que él lo haga. —apunta Ekko y Viktor se muerde los labios.
— ¿Qué quieren? —pregunta Jinx, ambos en el mundo astral. Un viaje que demora apenas segundos. Un momento de meditación que Viktor aprovecha en su totalidad.
—Quieren… que no los cure. Que los deje tal como son—dice Viktor, luciendo abrumado y confundido—, pero ¿Por qué? ¿Qué sentido tiene aferrarse al sufrimiento, el dolor y la violencia? —interroga en voz baja. Jinx se abraza las piernas, con puchero y cabeza torcida a la derecha—. Podrían ser enteramente felices. Podrían-
—Silco me enseñó que… a veces hay que abrazar el dolor para ser uno mismo. Porque eso nos hace fuertes—apunta Jinx, extendiendo la mano y haciendo que Viktor la tome, deslizando sus dedos por la mano fina y pequeña—. Descubrimos quienes somos a través del sufrimiento. Creo. No recuerdo. Demasiada tontería para hundirme en el rio—ríe incómoda, acariciando la mano de Viktor—. Yo soy Jinx. Dejé a Powder morir. Dolió, porque Vi ya no me ama, pero Silco me amó—Sube la mirada—. Y tú me quieres siendo Jinx… La verdadera Jinx.
Viktor cierra la mano en la de Jinx, dando un cariñoso apretón.
— ¿No quisieras dejar de sufrir? Por Silco, por Vi, por tu familia… ¿No quisieras dejarlo atrás?
Jinx niega con la cabeza.
—Quiero dejar de oírlos. Que dejen de gritarme, pero sé que si olvido todo, seré aburrida, tonta, sería… ¿Quién sería? Si no tengo todo eso, dejar algo atrás es una parte de ti que ya no sirve, pero dejar todoTOOODO es tonto. —repone Jinx, resoplando.
Viktor entreabre los labios y da una risita, negando con la cabeza.
—Si te curo, quizás dejes de quererme.
— ¿¡Ves!? Debo quedare como estoy. Así es un desastre roto que podría matarte un día. —repone Jinx con tristeza y una quebrada sonrisa.
Viktor suspira, acercándose a darle un beso en la frente.
—Gracias a ti, todo está bien… no eres mala suerte, Jinx. Todo lo contrario.
Volviendo a la realidad, Viktor dice—: está bien. Acepto las condiciones.
Heimerdinger aplaude y Ekko estrecha la mano con Viktor. Vuelve a dar un vistazo a Jinx, quien le saca la lengua.
┈
Da constantes toques las suelo, preguntándose por qué Jinx quiso que la esperara aquí. Empieza a creer que todo es una trampa para matarlo o algo así. Da una exclamación, echándose atrás al punto de caer. Jinx se burla de él, apoyando un pie en el suelo. Va subida a una moto que es un círculo completo. Exactamente igual a una que Ekko hizo cuando eran niños.
— ¡Arreglé esta chatarra ¿Qué te parece?! —Jinx hace sonar el motor y Ekko se levanta a prisa para revisar.
— ¿Cómo…? ¿Qué…?
Una hora después, Viktor parpadea sorprendido y asombrado de Ekko subido en esa moto que Jinx empezó a armar hace una semana, con ella subida atrás de él, agarrada a sus hombros y sonriendo de oreja a oreja. Da un leve suspiro, al menos eso acabó mejor de cómo empezó hace varias horas.
✧ Atención indeseada ✧
La mudanza de personas salió excepcionalmente bien. Jinx y Viktor aun tratan de crear un Hexgate que pueda mover el árbol de un lugar a otro. Incluso crearon un terreno específicamente para eso. Ayudados con Ekko que eligió el sitio y su gente se esmeró en no dejarle la labor solo a Viktor.
Jinx ha seguido con sus salidas también, por lo que no hay ni un minuto libre.
Entre estos días, pasó algo diferente: una chica grande, cabello azul y maquillaje parecido al de Jinx vino sin intención de quedarse. Solo para dar un aviso a la chica que imita y a la que tiene como el mayor símbolo de la ciudad:
—Alguien imbécil habló de este lugar—Jinx tuerce el gesto y ella, Gert, apoya la manos en su cadera—. Dijeron todo lo que pueden hacer. No sabemos quién fue, pero lo cierto es que ahora están intentando llegar aquí. Hemos hecho distracciones, porque sabemos que esto es importante, es bueno, es un lugar seguro incluso para nosotros que aun queremos pelear—explica ella y Viktor asiente con gesto amable—, pero no sabemos cuánto tiempo podremos seguir haciendo esto.
—Los Firelights también pueden ayudarlas. Están de nuestra parte. —informa Viktor. Jinx resopla su mechón de cabello, encogiéndose de hombros.
—O explotamos un sector de Piltover para que dejen de joder como siempre.
Gert asiente con gesto emocionado y Viktor abre y cierra la boca—. ¿Qué te pedí?
— ¡Siguen usando The Grey! ¿¡Por qué solo nosotros tenemos que sufrir los ataques que nos sacan las tripas y ellos se quedan en santa paz!? —reclama casi histérica, llamando la atención de algunas personas. Se agita, haciendo cambios en el suelo, en el aire, sus ojos chispeando con fuerza—. Para peor ¡Si vienen lo destruyen todo! ¡NO PODEMOS TENER NADA PORQUE LO DESTRUYEN! —Jinx se acerca a Viktor, los ojos fucsia exponiendo la explosión que es—. ¡Y SI TE MATAN TODO SE VA A LA MIERDA!
—Sé que no dejarás que me maten y por eso te espero junto a mí—aclara Viktor con cautela. Jinx tiene pequeños tics nerviosos y el suelo bajo ambos se distorsiona más. Gert retrocede un par de pasos—. Si Piltover llega acá, yo lidio con ellos.
— ¿¡Con el ejército de la muerte de la resentida de mierda!? ¡Con la capitana “COMEMOS NIÑOS PARA HACERNOS MÁS FUERTES”! —balancea el brazo, incrédula—. Te van a matar. Van a acabar con todo.
—Es Piltover. Sé lidiar con ellos-
—No quisiera interrumpir—Jinx gira bruscamente hacia ella, ojos del todo abiertos y esperando lo que sea que pueda decir—, pero llevaron a cincuenta y ocho personas a Stillwater. Todas ellas estaban en un centro de reuniones, conversando sobre puntos para evitar vigilantes.
—Ire a sacarlos.
—Jinx.
— ¿¡Quieres que se queden allá!? ¿¡Qué los torturen!? ¿¡Eso quieres!?
Viktor debe reconocer que a veces, no puede controlar del todo los impulsos de su cuervo. Uno que está tan convencido de que sus graznidos, picoteos y zarpazos, pueden salvar a todos los pichones que hay abajo.
Por lo que no pudo evitar que se fuera a Stillwater.
Solo pudo pedir porque nada salga mal.
—Va a salir mal—afirma Ekko apretando tuercas. La edificación para hacer el Hexgate es enorme, pero todo sea por tener su árbol—. Ella tiene la cualidad de hacer que todo se vaya a la mierda en segundos. Aunque con suerte, eso no implica que vayan a morir a quienes piensa salvar. —apunta el moreno y Viktor mantiene ese gesto de profundas molestia e inquietud.
—Tanto derramamiento de sangre es lo que no me agrada.
—Escucha—Ekko se quita los guantes, quedando a un metro de Viktor—. Piltover quiere sangre y es un hecho que no se detendrán por quienes no estamos involucrados—Viktor exhala agobiado—. Eres mejor persona que todos. Hasta yo quiero explotar Piltover. Un solo ataque real y se victimizan hasta el extremo mientras nosotros aguantamos lo mismo por años sin final.
— ¿Así funciona la justicia para ti?
—No. Creo que deberían dejar de llorar por mojarse por la lluvia una sola vez en sus vidas—Especifica Ekko y Viktor lo encuentra razonable—. Además, matan a todos los demás por lo que uno solo hizo. Jinx disparó ese misil.
—Alegrando a todo Zaun... Es un ciclo sumamente destructivo.
Ekko encoge de hombros. No puede hacer nada al respecto. La culpa sigue siendo de Jinx, pero ella no tiene culpa de que Piltover decidiera atacar a todos al mismo tiempo.
Viktor sigue dándole vueltas al asunto. Pensando en la naturaleza del ser humano, si es algo que debe existir sin remedio o no. Es algo que permanece por días enteros en su cabeza y cuando Jinx regresa, llena de sangre hasta el extremo, una herida en el abdomen y sonrisa de satisfacción, se forma una conclusión.
Sí es necesario.
Ese poco de caos dentro de todos está intrínsecamente ligado a la humanidad y la personalidad.
Porque si Jinx no tuviera nada de eso, las personas que vienen con ella no estarían aquí. Algunos ayudándose a andar, algunos inconscientes y otros, que tan solo vinieron a ayudar. Son más personas de las que Gert dijo (estando ella entre los que ayudan), por lo que puede asumir que sacaron a más y algunos se unieron en el viaje por tratarse de Jinx haciendo el camino.
—Hola VikVik—saluda sonriente, cansada de forma obvia, temblando—. ¿Vas a echar un discurso de galleta de la fortuna?
—No—Se aproxima hasta ella, deslizando delicadamente los dedos por su frente—, pero quiero que vayas a casa y me esperes en el baño. Llegaré en un momento.
—Awww, que amable—suspira Jinx, dejando caer la cabeza a un lado—. ¿Sabes? Si me cuidas tanto, voy a pensar que me amas y eres mi esposo.
—Pensé que era evidente que te amo.
— ¡OH! ¡TENGO MARIDO! —exclama Jinx balanceándose en sus pies y dejando a la niña en el piso. Va hasta Viktor, que a pesar de la repulsión que siente a la sangre, la violencia humana y el caos que esta puede causar…
Se deja tomar el rostro, acariciar la mejillas y besar en los labios. Jinx le sonríe y mira con sus ojos siempre brillantes y esperanzados. Sonríe débil, igual de cariñoso hacia ella.
✧ Alguien muy importante ✧
Besa a Jinx en el pecho y se recuesta, sintiendo caricias en la cabeza. Jinx tararea en voz baja, sin casi aire, cubierta en pequeños besos y mordidas casi tímidas que no demorarían mucho en curarse.
Viktor sube la mirada, curioso de lo que tiene a Jinx ensimismada. Usualmente, no lo dejaría quedarse así. No porque lo odie, tan solo es muy inquieta y apenas puede pasar dos minutos en una misma posición después de hacerlo. Jinx da un tierno bostezo y se ensimisma en peinar a Viktor. Hacer pequeñas trenzas en el cabello que llega mucho más abajo de los hombros.
— ¿Algo te preocupa?
Viktor desliza los dedos por el costado femenino. Delicado, cariñoso, casi un ataque para que duerma. Jinx suspira agobiada.
—He pensado mucho en Vi últimamente.
—Oh.
—Sé que no está en Piltover. Ella y su piltidiota pelearon—menciona con desdén, rodando los ojos—. Está perdiendo el tiempo siendo una estúpida peleando en una jaula... Es muy estúpido—Viktor se pregunta cuántas veces Jinx puede decir que algo relacionado con Vi, es estúpido—. La he visto alguna veces, sé que querrá matarme si me ve porque seguro rompió con su piltiperra por culpa mía. Además, ya me intentó matar una vez—Viktor frunce los labios, lo recuerda perfectamente—, pero es Vi… es mi hermana—Jinx se agita de repente, como si haberlo dicho la hace sufrir—, deberíamos estar juntas. Prometió que estaríamos juntas.
—Reconoces que te dejó.
—Sí, sí, lo sé, es que…
Jinx da un quejido. Viktor sube hasta darle a Jinx un beso en la frente y juntar la suya con la contraria.
—A pesar de todo, aun la quieres mucho ¿Cierto? —musita Viktor y Jinx no emite ninguna respuesta, apretando la manos juntas en su regazo—. ¿Quisieras eso? —Viktor se aparta un poco de ella—. Quisieras… que ella esté aquí, que sean una familia de nuevo.
—Ella no va a aceptarme. —murmura Jinx decepcionada—. Solo quiere a Powder y yo no soy Powder.
—No, eres Jinx—afirma tomándole la mejilla y acariciándola—, y estoy seguro de que incluso así, puede amarte.
Jinx no está convencida en lo absoluto.
Viktor no ve por qué sería imposible.
Ekko puede andar libremente por aquí y él es claro que empieza a aceptar que Jinx no es solo una presencia destructiva, que quizá ha cambiado. Aun sostiene el rencor por lo que ha hecho. Eso no puede evitarse. Sin embargo, su buena gana a querer dar una oportunidad es lo que marca el punto.
Jinx puede ser lo que esa familia quebrada perdió.
Jinx puede ser lo que Vi necesita para dejar de estar cometiendo malas decisiones y estar perdida…
Tan solo hay que demostrárselo.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
— ¿Vi? Ella es terca—dice Ekko, apoyado en el árbol de manzanas moradas. Viktor da un bufido, lo tiene sobrentendido. No muy lejos, Jinx dando indicaciones para que la ayuden a armar el Hexgate—, pero no creo que se resista a estar con Jinx. Quizá le cueste darse cuenta de que no se Powder, pero—Encoge de hombros—. Es un hecho que podrá.
—Jinx la quiere aquí—menciona Viktor y Ekko balancea la cabeza. Le parece buena idea—. No obstante, tiene la inquietud de que no quiera venir. Que la desprecie.
—El problema es que Vi es demasiado terca y Jinx es muy exasperante—dice directo y Viktor quisiera no tener que darle la razón—. Además, esa chica de Piltover se hizo muy importante para ella—lamenta bajando la mirada—. Es… complicado.
Viktor entrecierra los ojos, pensativo. Vi estuvo a punto de matar a su hermana por esa mujer, terminaron y ahora es una luchadora clandestina. Mira su mano y la magia que circula, dando un ondeo con su palma y preguntándose si hay algo que puede a hacer al respecto.
La atención se gira a la entrada, habiendo escuchado un sonido muy extraño y casi desagradable. Viktor avanza un poco, mala cara y apretando el bastón en su mano. Jinx a su lado con las manos tras la espalda, inclinada hacia adelante, cabeza hacia la derecha y pequeños tics nerviosos.
—Esta vez no hice nada, pero los problema vienen solos… mejor quédate y yo-
—Iré a ver qué pasa. Ekko.
Jinx aprieta la mandíbula, irritada. Ekko silba y llama a todos los Firelights, avisando que deben prepararse y que busquen las tablas. Viktor le da palmadas a Jinx en la espalda—. Te quiero junto a mí. No hagas nada a menos que yo te lo diga o tenga un cuchillo a centímetros de mí cuello ¿Entendido?
Viktor reconoce que será problemático cuando lo que hacía el ruido, son soldados que golpean el puño contra sus armaduras. Estuvo tentado a pedirle a Jinx que se quede dentro, pero no va a obedecer algo así. Está molesta y muy recelosa. Es Piltover y Noxus tocando a la puerta y viene armados.
—Jinx—Es un segundo, uno miserable donde nada se mueve. Ambos pasando al mundo astral y con la chica notablemente enfurruñada. Luciendo como una condensación entre color ciruela y azul oscuro—. ¿Recuerdas las runas que pusimos alrededor cuando vinieron de la prisión? —Jinx asiente—. Las activaré si detecto algún problema, necesito que me ayudes.
—Si hacen algo, los mato. Debes guardar fuerza para otras cosas.
—Proteger esta comunidad y a quienes vienen por refugio es para lo que necesito fuerza—Le recuerda Viktor y Jinx se agita, incluso más irritada—. Puedes darme de tu energía. Tienes mucha más que yo. La generas por el Shimmer así que… Ayúdame con lo que te pido.
—pero-
—Jinx.
De regreso a la realidad, caminan hasta la entrada y una vez ahí, Jinx se queda a un par de pasos de Viktor, manteniendo la mala expresión, brazos cruzados y ojos atentos a todos los movimientos alrededor. Por delante de las tropas, la general Medarda y la Comandante Kiramman. Ambas se acercan.
—Un gusto verte de nuevo, Caitlyn—saluda Viktor y ella no dice nada, viendo a Jinx con las claras intenciones de querer matarla—. Un placer conocerla, General Medarda. —dice con un ligero asentimiento de cabeza. Ambas usan ropa refinada. Duda que tengan armas encima.
No obstante, Noxus es Noxus. Probablemente Ambessa lleva cuchillas escondidas.
—Así que eres el famoso heraldo del que todos hablan—comenta Ambessa—. Debo admitir que esperaba a alguien más grande.
—Nada hay mejor que twink. Si fuese más grande, no sería tan bueno. —ironiza Jinx con una sonrisa larga y burlista.
— ¿A qué se debe la visita? —pregunta Viktor, antes de que se inicie una pelea verbal por Jinx y su incapacidad de guardar silencio.
—Aunque no salgas de aquí, eres perfectamente consciente de que Jinx es una criminal buscada y muy peligrosa—dice Caitlyn y Viktor asiente leve. Claro que lo sabe—. Por lo que venimos a arrestarla por sus múltiples crímenes. Desde asesinato a las personas del consejo, asesinato de vigilantes, de civiles de Piltover y Zaun, colaboración en distintos atentados terroristas y tráfico de Shimmer—enlista dando un par de pasos adelante—. Si decide colaborar, no vamos a hacer nada en contra suya por haberla escondido.
—Awww, que amable, que lindo—chuchea Jinx—. Y luego lo apuñalas por la espalda ¿Verdad? Tu puta actividad favorita. —Caitlyn da un bufido. Viktor niega.
—No voy a entregarla. Ella es mi mano derecha. La necesito aquí.
—Parece no entender la gravedad de la situación.
—La comprendo, pero no considero que tengan el acercamiento que debería—Corrige Viktor a Ambessa—. El derramamiento de sangre y encarcelamiento solo causa más resentimiento entre ambos pueblos expuestos a la violencia sin final—musita en voz baja—. Si lo que quieren es paz y evitar más tragedias, podemos negociar de otra manera.
—No hay espacio a negociación—discute Caitlyn—. Jinx debe ir a prisión y luego, ser juzgada por todo lo que ha hecho—insiste irritada y vuelve a verla—. Si no está dispuesto a cederla, todos irán a prisión. Incluido tú, Viktor. —afirma y Jinx deja caer la cabeza a un lado, luciendo escalofriante de forma repentina, sus ojos abiertos de par en par, brillando con fuerza ay teniendo leves espasmos en las manos.
Su expresión compungida en evidente rabia.
—Debo insistir: no voy a entregar a Jinx—Repite Viktor—. También me temo que es lamentable esta postura… Mi comunidad es un lugar para aliviar los dolores de Zaun. Algo que tú en su momento defendiste ¿O lo olvidas? —Caitlyn aprieta la mandíbula—. Como bien dije antes: estoy dispuesto a inicia un proceso de negociación con ustedes. No obstante, debe ser de forma neutra y por encima de todo, con una expectativa más grande que seguir perpetuando muerte y violencia entre nosotros.
— ¿Qué quiere negociar? —increpa Ambessa, entre curiosa y extrañada—. Lo único que nos importa aquí-
—Quieren llevarse a Viktor para estudiarlo. No entienden como este espacio existe. Quieren todo lo que pueda ser bueno y quedárselo—Interrumpe Jinx con rapidez, sin haber cambiado de gesto o postura en todo este tiempo, tuerce un poco la cabeza—. Quieren quitárnoslo… Como siempre.
—Consideramos que siendo un médico capaz de tantas cosas, pueda aliviar a los que tú con tus atentados has-
—Jinx. —llama Viktor, impidiendo que se mueva, nota que tiembla, enojada, como algunas venas en su cuerpo se ennegrecen por el Shimmer más acelerado.
— Siempre decías que querías dar magia al mundo para ayudar—apunta Caitlyn—. Así que: es tu momento de hacerlo. Entrega a Jinx y ayuda a aliviar el mal que causó. —incita y Viktor niega con la cabeza.
—Como bien dije: estoy dispuesto a negociar. En otras, condiciones. —enfatiza Viktor. Ambessa medita unos instantes y Jinx sigue luciendo como un inquieto animal a punto de saltar a arañar lo que se cruce en su camino.
—Escucharemos lo que tengas que decir—afirma Ambessa—. Aunque no quiere decir que estaremos dispuestos a aceptar términos absurdos.
—Lo tengo claro. —acepta Viktor.
—Hasta entonces, Jinx estará retenida aquí. No puede entrar o salir—especifica Ambessa, Viktor asiente—. Y por último... ¿Qué sucederá en caso de no lograr llegar a un acuerdo?
—Soy alguien adepto a no pensar en escenarios catastrófica; así como lidiar con los problemas una vez surjan—aclara evasivo—. Ahora, sería muy amable de su parte que quiten a su ejército de aquí y que no entorpezcan la llegada de nuevos miembros a mi comunidad.
Aunque se retiran, los Firelights informan de que siguen escondidos en el poco laberinto que queda. Preparándose para un ataque a juzgar por más armas barricadas y carpas que hay.
—Deberíamos matarlos a todos. —propone Jinx, jugando con una gema. Viktor niega con la cabeza.
—Se trata de intentar llegar a la paz con Piltover.
—Oh~ claro, claro. Yo les daré paz. Estarán tanta en paz, que pasarán el rato en el reino de los cielos. Serás el gran salvador que lleve sus almas a un hermoso más allá. —Jinx junta las manos, sonriendo cínica y burlista. Viktor niega y frunce los labios.
—Te voy a ser muy franco, Viktor. No creo que lo que quieres lograr, pueda hacerse—admite Heimerdinger y Jinx lo señala con ambas manos—. Aprecio tus intenciones, pero debo reconocer que no hay espacio para lo que tú y yo creemos y ambicionamos—expone con pesar—. Sin embargo, aprecio mucho tus esfuerzos por conseguirlo ¡Verdaderamente noble de tu parte! —felicita con algunos aplausos. Ekko encoge de hombros.
—No van a aceptar nada de lo que quieras. Es cuestión de tiempo para que nos bombardeen o hagan algo horrible como secuestrarte durante la noche—opina Ekko cruzado de brazos—. Podríamos hacer una ruta de escape. En caso de que la situación se salga de control. —propone.
—O puedo ir, explotarlos a todos y ¡No hay riesgo ninguno! Piltover se entera de que no puede amenazarnos ¡Final feliz! —exclama Jinx levantando los brazos. Viktor se frota las sienes.
—Haz la ruta de escape—pide a Ekko y el este asiente—. Profesor, necesito hablar a solas… Jinx—ella parpadea repetido, sonriente y expectante—. No, explotes, nada.
Deja caer los hombros y resopla. Todos se separan y Jinx se sienta de mala gana. Una de las niñas que más apegada a sido a ella, rubia y con un ojo blanco por haberlo tenido quemado, se sube a su regazo, mostrándole un dibujo.
— ¿Quién es? —pregunta apuntando la hoja.
Es la niña.
Ella.
Otro niño.
Los tres tomados de la mano, sonrientes en la comunidad—. Es mi hermanito. Él murió por el humo, a él le habría gustado mucho tu pelo. El azul era su color favorito.
Jinx apoya la mejilla en la cabeza de la niña y admira el dibujo. Recuerda cuando tocó a la puerta de esta familia. Los padres estuvieron tan emocionado, casi al borde del llanto con alegría de haber sido “elegidos” para venir aquí. Ambos suplicando por ayuda porque su hija estaba muy enferma, a punto de morir: una explosión de tubería le quemó la cara y The Grey en el aire infectó la herida, así como su débil sistema respiratorio.
— ¿Extrañas mucho a tu hermano?
—Sí… murió cuando estábamos durmiendo. Se ahogó. —relata ella y Jinx sube el labio inferior.
✧ Amado espejismo (Tal vez) ✧
Le duele la cabeza.
Casi tiene ganas de vomitar.
Todo da tantas vueltas.
—Vi… Vi~ Sis.
Da una risa tonta, viendo delante suyo el rostro redondo, los ojos azules y la sonrisa emocionada.
—Viiii… ¡Hey!
Vuelve a reírse, teniéndola más cerca y se cuerpo reacciona por sí solo. Atrapa a la niña en un abrazo, tomando su cabeza y acariciando un poco su espalda. respira profundo antes de decir con voz ronca, feliz, anhelante, llena de emoción—. Powder, finalmente te encontré, Powder.
Gira en la cama, cerrando los ojos, oliéndola, sintiendo su corazón, sintiendo su calor. Vi no puede apretarla más, empezando a llorar y balbuceando lo mismo.
“Te encontré.”
“Estamos juntas finalmente.”
“Powder, Powder, Powder.”
“Lo siento mucho. Lo siento de verdad.”
Jinx apoya la mano en la espalda descubierta de Vi, donde las vendas están flojas y están a punto de dejar su pecho al desnudo. Le da leves palmadas, cerrando los ojos y acurrucándose. No le gusta que le diga Powder, pero…
Le gusta sentir su abrazo.
Le gusta tener a su hermana.
—Tranquila Fat Hands, que voy a vomitar mis tripas.
✧ Realidades duras ✧
—Debe haber alguna manera de conseguir que ninguno tengamos bajas, que esto acabe de buena forma y no entregar a Jinx. —Heimerdinger da una risita que sorprende a Viktor.
—Ah, la mente de un hombre enamorado es una donde los peores horrores, pero las mayores ternuras pueden coexistir—opina nostálgico—. Sin embargo, ¡Volviendo a nuestro problema! ¿Es realmente justo impedir que se lleven a Jinx? —Viktor no oculta la molestia—. Reconoces que es un peligro. Reconoces que hizo muchísimo daño.
—Profesor.
—Antes de que pienses lo peor: no estoy hablando de entregarla ¡No, no! Una mente así de brillante no puede desvanecerse ¡Solo basta con mirar todo esto! —Heimerdinger levanta al manos. Solo con las luces, Jinx es fascinante para él. Un potencial enorme que fluye a un ritmo diferente al de los demás que ha conocido antes—. Lo que quiero que respondas, es: ¿Qué harás con la paradoja que nos enfrentamos? Ellos hacen daño, así que lo hicieron ustedes y así, en un círculo infinito ¿Cuál es la solución?
—Ceder y que cada lado detenga ese círculo.
—Es un círculo por la razón de que no tiene inicio ni final.
—Entonces voy a romperlo. —concluye Viktor con firmeza y Heimerdinger suspira negando la cabeza. Viktor quiere arreglarlo todo, pero no dañar a nadie. Incluso con sus aspiraciones, lo ve complicado.
—Dudo que el dolor de ambas partes quiera aceptarlo.
—Tendrá que hacerlo. —afirma Viktor.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Despierta con un dolor de cabeza infernal y al sentarse en la cama, da por hecho que tuvo el mejor sueño en demasiado tiempo. Da un quejido, llevándose la manos a la cara. Le arden los ojos, la nariz y la garganta. Culpa del aceite que usa para pintarse. Vi mira la cama y arruga las cejas ¿De dónde salió esa ropa…?
— ¡Oh! ¡Despertaste!
Gira bruscamente, con la boca entreabierta y la impresión apoderándose de ella. Vi exhala con fuerza y Jinx se acerca casi saltarina, sin su top blanco y lleno de pintura. Al estirar el brazo para tomarlo de la cama, Vi la coge del brazo y la tira en la cama, poniéndose sobre ella y llevando una mano al cuello de Jinx.
— ¿Qué haces? ¿¡POR QUÉ ESTÁS AQUÍ!? —exige saber, apretando los dientes. Jinx le da un par de palmadas y pasando desapercibido para Vi, patrones empiezan a hacerse en las paredes. Palpitan y se distorsionan—. ¿¡NO TE BASTA CON TODO LO QUE HA PASADO!?
—Vi-
— ¡TE QUIERO LEJOS! ¡DESAPARECE! ¡DESAPARECE DE UNA MALDITA…!
La expresión de Vi se desfigura en una de espanto, viendo a Powder con su cara llorosa y asustada. Los brazos de Vi con diferentes líneas blancas que llegan hasta su cabeza, los ojos de Jinx totalmente blancos. Alterando la visión de Vi. Una vez es liberada, sus ojos vuelven a su color y tose, haciéndose a un lado y recogiendo las piernas hacia sí misma.
A Vi le tiemblan los labios y se levanta apurada, llevándose la manos a la cara y frotándose. Jinx se irgue, frota su cuello y antes de decir nada, Vi vuelve a hablar—. Vete de aquí… Solo vete.
—No estoy haciendo nada malo ahora—informa subiendo el labio—. Estoy ayudando a Zaun- hacer lo que Vander también quería…
—Vete de aquí.
—Y ¡Puedes ir ahí! Viktor te va a recibir. Él recibe a todos. Incluso podría quitarte lo que sea que te hace quedarte en este agujero de mierda.
—Te dije que te fueras. —insiste Vi con voz quebrada, temblando.
— ¡Hay aire limpio! ¡Hay buena comida! —Jinx se levanta de un salto y camina hacia ella con una sonrisa—. ¡Es lo que siempre soña…!
— ¡DIJE QUE TE LARGUES!
Jinx tambalea atrás, cubriéndose la mejilla con la mano y viendo a Vi con impresión por el golpe que le acaba de dar. Vi da un quejido, agobiada, ansiosa, confundida, agotada… herida.
— ¡NO ERES POWDER! ¡NO ERES MÁS QUE SU MALDITO CADÁVER ATORMENTÁNDOME! ¡DÉJAME EN PAZ! —La empuja y Jinx se planta, impidiendo que la siga alejando. Viéndola con genuina molestia, temblando—. ¡DESAPARECE…!
—Todo por la Piltie que te hizo una hipócrita y una perra—dice Jinx entre dientes, con sus ojos brillando—. Todo por una maldita estúpida—Jinx le da un empujón—. Que te tiró—La empuja de nuevo—. COMO SI FUESES UN MALDITO TROZO DE MIERDA—La tira al suelo y Vi no consigue levantarse—. ¿¡ESO ES LO QUE QUIERES!? ¿¡SER UN TROZO DE MIERDA TODA TU PUTA VIDA!? LLORANDO POR ESA MALDITA QUE TE HIZO INTENTAR MATARME—Jinx la patea una y otra vez, Vi se cubre con los brazos, quejando de dolor—. NO ERES VI. SOLO ERES UNA PERRA MISERABLE QUE QUIERE LLORAR A SU HERMANA MUERTA.
Castañea los dientes, tensa y viéndola retorcerse ligeramente en el piso.
—Eres patética… Tan malditamente patética—Escupe Jinx con desprecio—. Te autodestruyes y dejas cambiar por esa hija de puta que ahora quiere matarnos a todos, pero ¿Yo? Yo soy la que causó todas tus desgracias—Se da toques en el pecho—. Aun cuando soy la única que está de tu parte, la única que quiere sacarte de aquí y que seas lo que siempre fuiste.
Toma de mala gana lo que resta de su ropa y Vi alcanzó a sentarse.
—Púdrete aquí si te da la puta gana.
Vi solloza, a solas en el pequeño y miserable espacio.
✧ Anhelando una voz ✧
Da pasos largos, fija en el horizonte y esperando el momento en que el agua le llegue a la cadera. Jinx tiene pequeños tic nerviosos, le cuesta mantenerse fija en lo que ve. Cambia demasiado y no es capaz de medir su avance.
A veces no hay agua.
A veces el agua es más baja.
A veces el agua es más limpia.
A veces el agua el más sucia.
A veces hay alguien en el agua, esperándola.
Contiene el aire, con el agua mutando a su alrededor y su expresión incrédula, entreabriendo lo labios.
—Sil…
Estira la mano y trata de tomarla, pero no está ahí. se muerde los labios y baja la mirada, con los ojos aguados. Parte del agua se limpia, picos de piedra y diferentes materiales en la arena, animales que mueren y se retuercen por su culpa. Siente manos en los hombros. Todas diferentes.
A veces huesudas.
A veces metálicas.
A veces tan solo humanas, callosas y cálidas…
『No llores. No estás sola』
— ¿Por qué nunca estás? —reclama hacia el agua—. ¿Por qué nunca apareces? Escucho… a todo el mundo, escucho y veo cosas, te veo lejos, pero ¡No estás! —Jinx aprieta los puños y lágrimas empiezan a salir de sus ojos—. ¡NO ESTÁS! —grita encorvándose, golpeándose la cabeza y vibrando por el Shimmer agitado.
Quiere a Silco.
Quiere escucharlo al menos una vez más.
Necesita… necesita sentir lo que él la hacia sentir. Sobre todo viniendo de que Vi la echara a gritos de ese hueco donde vive.
Parte del agua se cristaliza. Cae sentada, apretándose la cabeza con fuerza y dando más gritos. Un berrinche, un ataque histérico, confusión, rabia, tristeza. No es posible para Jinx entender qué siente aquí.
Solo que quiere oír a Silco.
Quiere saber qué piensa, contarle todo lo que pasa y que él le dé ideas, la ayude a proteger a Viktor, la ayude a…
A…
A sentir que está completa y no que está al borde de la muerte porque Piltover en cualquier momento, le puede quitar a Viktor, lo único que la mantiene viva.
✧ Anhelando un soporte ✧
— ¿Dónde estabas?
—Viendo a una rata… y un tiburón muerto.
Viktor solo agradece que no haya explotado ni matado a nadie. Besa a Jinx en la cabeza, abrazándola de regreso. Jinx frota la mejilla en el pecho de Viktor—. No me abandonarás jamás ¿Cierto? No… no me dejarás por ellos.
—Jamás se me ocurriría dejarte, Jinx. Estamos tú y yo contra el mundo. —asegura Viktor en voz baja.
Se decidió utilizar una de las costas de Piltover como lugar para negociar. Jinx no dejó de bromear que el salitre dañaría los circuitos de Viktor. Una mejor conversación que su insistencia por destruir todo lo que hay en el camino. Especialmente Piltover. Estando ahí con Caitlyn, Ambessa, Shoola y Salo fue complicado. Viktor esperó que Jayce estuviera aquí. Quizá que lo ayudara con la idea de paz y así cumplir el objetivo de Hextech.
Sus esperanzas al respecto fueron igual a los resultados de esta reunión: un absoluto desastre.
—La idea de que “Zaun”, sea una ciudad por su cuenta, no es solo una tontería: también es totalmente imposible—afirma Caitlyn apoyando al manos en la mesa. Jinx rueda los ojos, jugando con la punta de su trenza. Viktor frunce ligeramente la expresión—. La oportunidad que tuvieron de serlo la destruyeron, de demostrar que podían estar por su cuenta: atacaron al consejo, destruyeron edificaciones en Piltover, asesinaron a docenas y docenas de Vigilantes—apunta la comandante con profunda molestia—. Piltover puede comprometerse a ayudar que la violencia disminuya, así como los problemas que los aplastan, pero independencia está fuera de discusión.
—Undercity no sabe manejarse solo. Lo único que pasará si dejáramos paso libre, es que nos ataquen de nuevo. —apunta Shoola.
—Sin supervisión de nadie, han creado armas, drogas, desechos tóxicos, pandillas—expone Salo con desdén y profundo disgusto—. Es cuestión de tiempo para que quieran quitarnos la ciudad porque quemaron su parte.
—Es muy irónico que la ciudad del progreso, tenga tanto miedo a enemigos imaginaros o falta de certeza—apunta Viktor en voz baja—. ¿Creen que manteniendo un control abusivo y lleno de violencia van a conseguir evitar cualquier cosa? Es más propenso a que suceda el ataque que temen si siguen siendo opresivos con Zaun. —opina ladeando la cabeza.
—Si los grandes criminales son capturados, no pasará tal cosa. —Caitlyn mira a Jinx que se ríe.
—Si no lo hago yo, lo hará alguien más. Todos queremos verte muerta. —La chica parpadea repetido, coqueta y burlista. Caitlyn frunce los labios y antes de reclamar, Ambessa toma la palabra.
—Viktor—El heraldo se dirige a ella, haciendo atrás un mechón del fleco que sale delicadamente de su peinado—. Su propuesta exige, de forma más simple, que todos los crímenes sean olvidados y finjamos que nada sucedió—señala Ambessa juntando las manos—. ¿Comprendes cómo dejaría a Piltover aceptar un trato como ese?
—Personas que están hartas de gastar tiempo y quieren romper el círculo de violencia tan propio del ser humano. —Entrelaza los dedos, apoyándolas delicadamente en el la mesa. Jinx saca los labios, viendo a la derecha. Un pájaro que salta, tonteando en su dirección.
—Nos haría quedar como personas débiles que ceden a amenazas, que no tienen orgullo y no serían capaz de hacer respetar a los más importantes para ellos—corrige Ambessa y Viktor niega con la cabeza, decepcionado de su forma de verlo—. Aunque esta reunión haya terminado, puedo decirle una cosa: la propuesta de Piltover es sencilla.
Ambessa se pone de pie.
—Entreguen a los criminales más buscados. Jinx entre ellos—Viktor da un vistazo rápido y le es hilarante que diga eso de ella, considerando que tiene a una gaviota entre la manos y la mima acariciándola—. Y como muestra de buena fe: subirás a Piltover para ayudar con tus habilidades.
Viktor se pone de pie y se acerca a ella. Jinx vigila de reojo, cuidadosa, atenta. Viktor apenas acerca la mano a ella, arruga un poco la expresión. La presencia de Ambessa es… muy cargada, muy agresiva. Ella no permite que la toque. Viktor entre cierra los ojos y dice en voz baja:
—Quieren que deje a mí gente, que necesita ayuda de mí, por darles a ustedes un capricho.
—Será una muestra de buena fe.
— ¡Buena fe! ¡Ahora nosotros debemos dar buena fe! —exclama Jinx, levantada de un salto y sosteniendo con fuerza al pájaro. Algunos vigilantes sostienen sus armas, atentos a ella—. Aw… VikVik, esto no vale la pena—Viktor de un bufido y antes de discutir con Jinx, ella dijo—: no van a-
Se interrumpe, cubriéndose la boca, suelta al pájaro y corre a un lado, vomitando. Los vigilantes se apartan, sobresaltados. Jinx hace gestos con la mano y se sujeta a uno de los vigilantes.
—Que… desagradable. —queja Salo. Jinx gira bruscamente en su dirección—. ¿Por qué perdemos el tiempo con estas dos personas? Si son un fiasco-
—Jinx.
Jinx tomó a Salo de la cabeza y lo golpeó contra la mesa. Levantó la cabeza hacia Viktor, que le indica que lo suelte. Ambessa da un risa irónica.
—Olvidaba que lidiamos con un cuervo—dice juntando la manos tras sus espalda—. Considere la propuesta y quizá con ello, Zaun pueda surgir.
Viktor da un bufido, toma su cetro y Jinx va tras él. Salo lloriquea con las manos en la cara.
✧ Pensar otras probabilidades ✧
—No vamos a lograr nada. No quiere ceder.
—Hay que mantenernos firmes y considerar múltiples opciones. Quizá no exigir algunas cosas—Jinx rueda lo ojos con desdén—. Tal vez-
— ¡No! ¡Noooo! ¡Nonononono! —Jinx sacude a Viktor con fuerza y lo toma de la cara, viéndolo a los ojos—. Esta, es nuestra ciudad; este, es nuestro territorio; allá afuera, está nuestra gente y si ellos van a insistir en no respetarnos, en no respetarte a ti, entonces se pueden joder en el infierno. —Lo suelta bruscamente y Viktor mueve la mandíbula.
—Comprendo todo lo que dices y no pienso dar a nadie, ni siquiera a los que no merecen salvación. Son nuestro problema—afirma Viktor con una mano en el pecho—, pero se trata de llegar a una solución pacífica donde nadie tenga que sufrir o ser irrespetado.
— ¡Nunca nos han respetado! ¿¡Qué no los viste!? ¡Te vieron como si fueses un estúpido y patético don nadie! —discute Jinx acelerada y molesta—. Ellos creen que no eres nada ¡Solo cuando les importa! ¡Solo cuando se trata de lo que les puede servir! ¡NO PUEDES…!
Viktor ve todo alrededor de ella distorsionarse, creando una ligera capa de energía por un momento. Estira la mano y Jinx la toma, evitando caerse. Jadea y sacude la cabeza, dando un gruñido.
—Escúchame—pide Viktor—. Voy a conseguir que esto suceda… incluso si no es de la mejor forma, pero quiero que confíes en mí. Que confíes en que puedo hacerlo. —enfatiza Viktor y Jinx aprieta la mandíbula, viendo a otro lado—. Jinx. —Insiste buscando su mirada.
—Van a hacerte daño. Van a-
—No me harán nada—promete Viktor en voz baja—. Y tampoco dejaré que te hagan nada… Por nada en este mundo, te entregaría—afirma tomándola del rostro para verla a los ojos y acariciarle la mejilla. Jinx respira por la boca, viéndolo a los ojos—. Ni siquiera a cambio de la paz entre ambas ciudades—Aparta el mechón de cabello del rostro femenino—. Te lo prometo, Jinx. —La besa en la frente y Jinx lo abraza con fuerza, empujándolo en el proceso.
Frota su mejilla en el pecho de Viktor y este ve de nuevo esa distorsión. Percibe que está alterada, que algo en su sistema la tiene produciendo más hormonas y con algunos procesos biológicos más acelerados. Sin embargo, no quiere se invasivo con ella ahora. Podría alterarla más. Sería muy injusto, considerando que Jinx está preocupada por su bienestar y en conseguir la misión que aspiran.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Un carro pasa.
Un segundo carro pasa.
Todos los días, más carros pasan.
Huele a pólvora.
Huele a sangre.
Huele a metal.
Empieza a rodear la aldea.
Creen que no se da cuenta.
Lo hace.
Los escucha hablar.
"En dos semanas, cuando acaben las reuniones."
"En dos semanas, cuando crean que los convencieron."
Jinx escucha y observa todo desde arriba, marchándose en silencio y manteniéndose atenta. Todo mientras Viktor cree que todo está en paz.
Inconsciente de que su cuervo se mantiene atento a la próxima amenaza.
┈
—Viktor se fue a hablar con ellos... Quiere convencerlos. Cree que puede convencerlos. Es tan estúpido—ríe Jinx, con los dedos entrelazados en su regazo—. Se arregla la ropa, el cabello, práctica lo que dirá... Es tan estúpido—ríe de nuevo, viendo el cielo gris y tormentoso que hay sobre ella—. Eso es lo que hace que sea tan bonito, pero que esté a nada de lo que maten… ay, que hago.
Jinx exhala, flotando en el agua contaminada que varía su color, su textura, todo. Se deja hundir en el agua, con sus largas trenzas flotando alrededor, ondeando en relación a la suave corriente que corre.
Se siente como una caricia en la cabeza y cuando abre los ojos, el agua es clara. El rostro grisáceo afuera la hace sacar la cabeza a prisa.
Pero Silco no está.
Tirita, apretando las manos juntas—. ¿Por qué me dejas...? Silco ¿Por qué no vuelves? —pregunta entre sollozos.
—Lo hago todo bien. Por favor ven conmigo. Por favor-
Se cubre la cara con ambas manos y da un sollozo de angustia. Viktor corre peligro, todo se tuerce y Silco no viene por ella. Así sea a decirle adiós. Se lleva las manos al abdomen y da un quejido adolorido. Sin saber por qué le dolió.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
En la siguiente reunión no fue mejor.
Tampoco en la que siguió.
No importa cuantas propuestas diera Viktor, todo se resume a una negativa para que acepte subir a Piltover y entregue a los criminales más buscados de Zaun como una garantía. Decir que lo enerva es un eufemismo. Jinx no puede acompañarlo todo el tiempo. A veces se queda para animar a más gente a unirse a su comunidad, en otras porque está demasiado enojada y volátil para aparecer.
Ekko es quien lo acompaña y no hay mucha diferencia entre él y Jinx. Como mucho que no tienen como atacar directamente. No es un criminal hasta donde Piltover tiene la cuenta y Caitlyn tampoco quiere ir en contra de él.
—Esto solo va a terminar cuando cedas a lo que ellos quieren—apunta Ekko con desdén y profundo molestia, cargando la tabla bajo su brazo, Viktor anda a paso lento y con gesto impávido—. A menos que tengas una forma de controlar sus cerebros-
—No me están dejando muchas opciones, pero no quiero recurrir a eso aun… Aún quedan dos reunión más—murmura Viktor y Ekko aprecia que reprima ese poder, tal como acordaron hace meses—. Si tan solo dejaran de insistir en Jinx… y en lo que nos incumbe a nosotros.
— ¿Piensas subir? —replica Ekko, asombrado. Viktor exhala, deteniéndose. Expone su agotamiento y molestia.
—Mi misión, la razón por la que el arcano y yo nos entendemos, son mis ansias de usarlo para ayudar—Mira su mano y la mueve—. No se trata de poder, tampoco de control… se trata de ser el apoyo que no hubo antes—Viktor se dirige hacia Ekko—. Aquí y allá… podría manejarlo. Con esfuerzo, pero podría y si con eso logro que tengamos Zaun, estaría dispuesto a aceptar.
Ekko da un resoplido, rascándose la cabeza. Es una forma muy abnegada de verlo. Viktor escucha un zumbido y aunque busca con la mirada en las azoteas de los edificios, no percibe nada.
Jinx, escondida detrás de una chimenea que escupe humo denso y gris, sufre pequeño espasmos nerviosos, alterando el material de todo a su alrededor, levantando picas del suelo y sintiendo miles de puntadas en las cabezas.
✧ Un pequeño nido ✧
—Vi.
Ella no responde. Dormida. Borracha. Balbuceando tonterías. Jinx la mueve un poco, teniendo una mano en torno a su abdomen.
—Vi.
El llamado hace que Vi se mueva, acurrucándose de lado y nada más. Jinx da un quejido, cerrando la puerta y metiéndose a la cama sin más, entrometiéndose de forma que puede lograr que Vi la abrace. Jinx se acurruca en ella. Ojos aguados, cuerpo tembloroso y una mano presionada en su propio abdomen.
—Vi… hay algo raro—susurra Jinx con gesto aterrado—. Me siento rara… no sé qué pasa conmigo ahora—Se muerde el labio con ojos aguados—. No quiero decirle a Viktor. Va a pensar que estoy mal. Va a pensar que no puedo cuidarlo ¿Qué hago? Es muy raro.
Vi la besa en la cabeza, de forma inconsciente y acurrucándola de la forma en que Jinx busca cada vez que se entromete en su cama. Cada vez que se aprovecha de su borrachera para conseguir sus mimos y largarse antes de que despierte, haciéndola pensar que todo fue un sueño que no puede hacer indiferente a cuanto lo desee.
Y lo que consiguió al irse, fue a Viktor y Ekko en su camino de regreso a la comuna, hablando.
Aun se siente tan extraña.
Tan… irritable. Vulnerable. Insufrible. Una mezcla de sentimientos y sensaciones, priorizando la rabia por encima de todo.
✧ La antorcha azul ✧
— ¡Viktor! ¡Hay un problema!
Viktor termina de amarrarse el cabello y dejarlo en el hombro, saliendo del santuario. Ekko baja de la tabla de un salto. El muchacho jadea y apoya las manos en sus rodillas—Hay... Hay un problema.
Viktor arruga la expresión a medida que Ekko cuenta el problema y su primer impulso es ir a la zona sur de la comunidad. Subido en el risco más alto y haciendo fácil de admirar el acontecimiento:
Piltover con largas y numerosas estelas de colores, fuegos artificiales que aún rompen en el cielo. Viktor aprieta los puños ¿En qué estaba pensando Jinx para hacer algo así? No tiene sentido en su opinión. Además de ser totalmente inútil, también es una movida que va a causar más problemas entre las personas del consejo.
Llegar a Zaun para encontrar a Jinx no es difícil. Puede sentirla indiferente a la distancia que recorran. Sin embargo, lo que facilitó esa misión, es ver las nubes azules en el suelo, la clara estela que lo llama a llegar hasta la fuente.
Cuando llega ahí, encuentra una muchedumbre exclamando con el puño en alto. Una multitud de adoración a Jinx que parada en el techo de un edificio, brazo levantado y la antorcha soltando chispas azules junto al humo. Ella sonríe al ver a Viktor pasar entre las personas y llegar al frente.
— ¡Y AQUÍ LLEGÓ NUESTRO HERALDO Y SALVADOR! —Jinx tira la antorcha arriba, moviéndose rápidamente hasta abajo y tomando a Viktor del brazo, con las personas murmurando—. Vamos a estar bien ¿Verdad?
¿Quiere manipularlo?
¿Quiere usar a esta multitud como una forma de no enojarse con ella por sus acciones?
¿Qué pretende conseguir Jinx a través de esto?
—Es un hecho que lo estaremos—Le acaricia la mejilla y Jinx cierra los ojos, disfrutando del mimo—. Y eventualmente, dejarán de ser una preocupación para nosotros.
Jinx da un chillido, abrazándolo del todo y muchas personas celebran, exclamando y gritando. Viktor da un suspiro agobiado.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Ve el humo azul.
Ese largo hilo que anuncia la posición de Jinx…
Vi lo observa fijamente, a mitad de la escalera que dirige a su habitación.
Una parte de su ser grita y chilla por ir en esa dirección, por moverse; su cuerpo permanece quieto, casi incapaz de hacer el más mínimo movimiento. Consigue hacerlo, seguir subiendo las escaleras e ignorar es humo.
Quizá no es Jinx.
Quizá no es para ella.
¿Por qué lo seria?
Si para lo único que vive Jinx, es para atormentarla.
✧ Reto ✧
—Te dije explícitamente que no atacaras Piltover. ¡Hemos estado teniendo una reunión tras otra y esto podría acabar en una masacre! —reclama Viktor, casi histérico. Jinx sopla burbujas, haciendo círculos con sus dedos y así soplar—. ¡Eso que hiciste…!
— ¡Tiene su razón de ser! —exclama Jinx levantándose de un salto y Viktor mantiene la mala cara. Jinx sopla al rostro ajeno y se ríe, su cabello empapado y cubriéndole el pecho, abdomen y muslos; espuma y burbujas por doquier en el baño que se usa en cada crimen de guerra que Jinx decide que quiere hacer—. Confía en mí. Fue buena idea.
— ¿Cómo fue una buena idea? Me prometiste que no ibas a hacer algo así.
—Confía en mí—Insiste Jinx tomándolo de la barbilla—. Fue algo muy necesario… ¡Y te cumplí! No murió nadie. Solo liberé animales del zoológico, pinté algunas cosas y llené de pintura la ventilación. Deberían agradecerme que no usé The Grey—Lo sacude un poco y al sentarse en la tina, llena su mano de jabón para volver a sopla burbujas—. Debí haberlo hecho… y que sus niños se retuerzan de dolor o mueran durmiendo-
Viktor coge a Jinx de la muñeca, brusco y casi atacante. Ella vibra, el agua se vuelve amarilla sin razón y las burbujas se distorsionan de forma anómala e imposible. Ambos viéndose fijamente.
—No le hagas daño… a nadie. Ni siquiera lo pienses.
—Ellos van a hacernos daño.
Se quedan en silencio unos segundos. Viktor la libera suavemente y Jinx se sujeta a la tina.
—No harán tal cosa. Estamos intentando llegar a un acuerdo y ahora, quizá sea más complicado que nunca. —dice Viktor irguiéndose. Jinx rechista con desdén.
—No van a aceptar. Solo están jugando contigo.
—Eso-
—Tienen pensado atacarnos. He visto como preparan sus tropas alrededor de nosotros—Viktor frunce las cejas, entre confundido, disgustado y sorprendido—. Todos estos días, mientras tú no estabas, lo único que ha sucedido es que arman sus trampas, ensamblan sus armas, se preparan para rodearnos… usarán Hextech en contra nuestra—informa Jinx y Viktor niega con la cabeza—. Quieren llevarte con ellos… quieren que seas de ellos.
—No seas tan paranoica-
— ¡Es lo único que han pedido! ¡Van a robarte si nos descuidamos! —Jinx suena totalmente convencida, cosa que espanta más a Viktor. No suena a una invención o algún delirio—. Sé que no quieres creerme porque eres muy crédulo y muy tonto, pero es la verdad.
—No se atreverían a algo tan horrible. Los conozco lo suficiente. —afirma Viktor y Jinx sube el labio inferior, frunciendo las cejas
—Tampoco los pensaste capaz de usar The Grey, pero lo hicieron—señala Jinx y Viktor cierra los ojos, moviendo la mandíbula—. Y todas sus armas son Hextech. No respetaron tus límites. Nunca te respetan... Solo se burlan de ti, VikVik—comunica con deje dolido y Viktor se cubre la cara con una mano—. No sé dan cuenta de lo fuerte que eres, tampoco de lo bueno que eres. Eso no es culpa tuya.
Viktor suelta aire y al apartar la mano, Jinx lo ve totalmente destrozado.
—Quiero ayudar. Es lo único que quiero. El dolor, la tristeza, el sufrimiento... Todo esto que sucede... Quiero curarlo. —dice Viktor con dolor en cada palabra. Jinx sale de la tina y camina hacia él, tomando el rostro delgado y lleno de tristeza.
—Lo vas a hacer. Yo voy a ayudarte... Nadie va a hacerte nada y podrás cumplir con tu sueño—promete Jinx con una sonrisa dulce—, pero... Si aceptan. Si de repente aceptan al final, es porque ya están decididos a atacarnos. Nada más.
Viktor asiente leve. Quieren forzarlo a quedar encerrado, quieren forzar que todos mueran por protegerlo. No piensa permitir que suceda. Suspira a los besos en el pecho, Jinx abriéndole la ropa para acariciarlo y besarlo. Viktor la toma del rostro, juntando los labios y teniendo que agacharse por la diferencia de altura.
Viktor no sabe que percibe en Jinx. Hay algo que retoza, que se agita de alegría cuando se unen, cuando se acarician y disfrutan el uno del otro. Duda que sea otra anomalía más de Jinx. Una especie de segunda fuerza dentro de ella.
Jinx percibe lo mismo, así como su cuerpo en llamas al más mínimo roce que Viktor le da. Viniéndose apenas tiene la verga del todo dentro suyo, queriendo sentirla entrando y saliendo con fuerza; la piel de Viktor contra la suya y la energía como constantes choques eléctricos de un cuerpo al otro.
Abierta de piernas para él, recibiendo cada embiste, Jinx mantiene una sonrisa de placer, tal como los gemidos que salen de ella, directo al rostro y oído de Viktor.
—Se siente muy bien... ¡Sé siente muy bien!
Viktor la sujeta por los costados, besando el pecho delgado y moviendo la cadera; siente la humedad insana que hay entre ambos y solo pretende aumentar tal estado. Jinx sudando, babeando y llorando Shimmer en todo este acto de necesidad por compañía y afecto.
Jinx lo abraza por la cadera en el orgasmo, impidiendo que se separe. De ríe mientras jadea—: se siente muy bien tener tu verga dentro.
Viktor apoya los antebrazos a cada lado de Jinx, quedando cerca de su rostro. Ella estira el cuello, dándole una mordida en la mejilla y acto seguido, girarlo en la cama para estar encima de él.
✧ Sentimiento de traición ✧
Sabía que le reclamarían por lo que hizo Jinx ¿Cómo no lo harían? Viktor ni siquiera se molestó en explicarlo, excusarlo, pedir disculpas. Nada de eso. Quiere ver cuán cierto es lo que Jinx dijo. En caso de serlo al extremo del descaro y desfachatez, estarían fingiendo ceder en esta reunión. No deja de rogar interiormente porque eso no sea el caso.
Además de tener una actitud muchísimo más desafiante y ácida. Ha sido bastante paciente y no solo están planeando apuñalarlo por la espalda, también lo tratan como un demente por exigir lo más mínimo. Cómo si realmente les debe todo a ellos.
— ¿Hubo muertos?
—Varios heridos.
—Entonces no veo cuál es el problema. La ciudad del Progreso no puede detener a una obvia criminal en su territorio y tampoco pueden curar por sí mismos unos raspones—Viktor deja la pluma en la mesa y da un suspiro de hastío—. Supongo que Jayce se ha empeñado en hacer pistolas más eficaces, en lugar de seguir con la investigación de runas médicas.
—El problema no es-
—Pretenden decirme que no puedo hacerme cargo de Zaun, pero ustedes tampoco pueden—dice Viktor por encima de Caitlyn, poniéndose de pie—. La única razón por la que Jinx fue a Piltover, es porque estuve aquí perdiendo el tiempo.
— ¿Insinúas que te obedece? ¿Cómo un perro?
—Antes era el perro de Silco. Naturalmente buscó otro dueño—apunta Caitlyn con desprecio y Shoola balancea la cabeza—. Que como el anterior, la deja hacer lo que quiera.
—Viktor—Llama Ambessa—. No importa cuánto hablemos de lo mismo: es un hecho que Jinx debe tener un castigo por sus actos. Es lo natural ¿O crees que no?
—En dado caso, usted también debería estar sufriendo un castigo... Tantos reinos destruidos—Viktor ladea la cabeza y Ambessa frunce el entrecejo—. Tantas naciones conquistadas por poder y nada más... Aun así: está aquí, pensando que tiene derecho a juzgar a otros que no se ahogan en sangre de víctimas.
—No sabía que era tan conocedor de mi trayectoria.
—Los fantasmas a su alrededor hablan bastante—apunta Viktor con desdén—. Si lo que quieren es un castigo, yo me haré cargo. Mutilación o encarcelamiento de por vida no son una opción. No en Stillwater al menos.
— ¿Quieres servicio comunitario? —burla Salo. Viktor encoge de hombros.
—Saben perfectamente que Jinx es alguien muy capaz. A cambio de su exoneración, puede ayudar a reponer lo que hizo perder en Piltover.
No es la propuesta más loca que ha dado, pero si una llamativa y bastante extraña. Por no decir que casi fantasiosa. Viktor nota el ligero cambio en el rostro De Caitlyn, que contiene sus palabras y sus emociones casi perfectamente. Ambessa rueda los ojos y hace un gesto de hastío.
—Pensaremos en esta posibilidad. Solo si tú también ayudas a Piltover—Viktor entrecierra los ojos—. Cabe resaltar que el exilio permanente es una alternativa...
Viktor deja de escuchar y lo molesta tener que darle la razón a Jinx en esto. Empezaron a ceder de repente a una propuesta que, en otra ocasión, había enojado a Caitlyn. Por no mencionar que no ha hecho su usual arremetida. Quiere acabar con Jinx y ahora ¿Tuvo un cambio de pensamiento?
Lo creería de no tener a ese ejército escondido en torno a su comunidad. Lastimosamente, no es posible para él volver a confiar en ellos. Lo alivia que pronto tendrán la última reunión falsa y quizá para ese momento, consiga que ambas ciudades estén separadas.
Así tenga que derribar el puente y traer a fuerza todos los Zaunitas dentro de Piltover.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Ve la espalda de Jinx, que tararea y baila un poco, pintándose y sosteniendo un trozo de espejo en la mano. Nota algo extraño ¿Está engordando? Es una barriga un poco extraña. Muy redonda y tiene algunos patrones encima. Cierra los ojos, respirando profundo. Jinx se inclina hacia ella, dándole toques con el dedo y resoplando.
—Eres un puto desastre. Con lo fácil que sería venir conmigo y con Viktor. Serías la que eras antes… podríamos estar juntas—Jinx aparta delicadamente uno de los mechones aceitosos—. Porque él puede arreglarlo todo. Él es perfecto—suspira con una sonrisa—. Y… ya no me odiarías… ya no estaríamos lejos.
Vi tiene dificultades para mantenerse quieta, recibiendo el beso en la frente de parte de Jinx. Ella se acaba de vestir y sale dando saltos, deteniéndose a mitad de pasillo, apoyando una mano en la pared y sacudiendo la cabeza. la pared se distorsiona, con enormes patrones del arcano apareciendo en ello.
La luchadora se sienta en la cama y pasa la mano por su frente, frunciendo las cejas. Jinx siempre habla de ese tipo como si de verdad pudiera hacer milagros. Que va a arreglar todo. Ojalá eso fuese posible.
Quisiera no tener fingir que esta dormida, quisiera que no doliera verla, quisiera tantas cosa y ninguna de ellas es posible. Aun así, tiene curiosidad por el cambio corporal de su hermana. El más nuevo de ellos.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Jinx masajea con cariño los hombros de Viktor. Tarareando para sí misma mientras el heraldo mira fijamente a un punto muerto delante suyo. Aun lo consume la decepción, entremezclándose cada vez más con la rabia.
—Necesito que me ayudes con algo—Viktor toma la mano de Jinx, la que está en su hombro derecho y gira a verla—. Y necesito que confíes en mí para eso.
Jinx tarda unos segundos en reaccionar: sonríe ladeando la cabeza, con sus largas trenzas y pendiente pendiendo.
—Lo que quieras, VikVik.
✧ Un cambio extraño ✧
—Comes más que seis personas ¿Segura que estás bien?
Jinx asiente con la cabeza. Con lo mucho que vomita, es normal que tenga hambre. Al menos de eso se convence. Acaba su comida y se levanta, limpiándose la boca con el brazo, luego con el overol verde. Ekko da un leve resoplido, parado junto a ella. Le da gracia la forma en que se amarró las trenzas. Parecen un lazo en su cabeza. Así estorban menos.
— ¿Viktor no debería estar haciendo esto?
—Está ocupado con otra cosa y mientras él no está ¡Soy la reina del lugar! —exclama levantando los brazos con una sonrisa lunática—. ¡Vaaaaaaaaamos vamos!
Ekko espera que eso no sea sinónimo de algo explotando. No quiere que su árbol se distorsione, dañe o algo peor. El viaje desde el lugar en el que está hasta aquí, será complicado. El Hexgate está listo en teoria. Es cuestión de encender el generador y ¡Pum! Árbol.
Jinx es quien enciende los generadores y acaba poniendo las manos en el par de barras metálicas, sus ojos brillando con más fuerza y su cuerpo agitado. Los chispazos mágicos del generador son igual de intensos que los de ella. No era posible generar suficiente energía y según Viktor, ella por si sola podría ser más efectiva.
Siendo una reacción hecha persona, si la emoción la lleva a algo intenso, podrá hacer lo que esperan. Ekko avisa a los Firelights que bajen las placas que activan el mecanismo.
Es apenas un segundo.
Uno breve donde Jinx suelta bruscamente los controles y se hace atrás, llevándose una mano al abdomen y otra a la boca.
Ekko sonríe, emocionado de ver le árbol y los demás, exclamando de alegría. No tiene oportunidad de agradecerle a Jinx por lo que hizo, ella echa a correr, escondiéndose tras es una enorme roca y empezando a vomitar. Ekko se apura a ella, ayudándola a no caerse. La sienta en el suelo y Jinx se acurruca hacia sí misma, teniendo pequeños espasmos nerviosos.
— ¿Te lastimaste? ¿Hay…?
—Hay… hay algo dentro—Ekko frunce las cejas ¿Algo? —. C-creo… que eso es lo raro… tengo un… un robotito dentro.
— ¿Robotito? —Repite Ekko y antes de cuestionar de nuevo, cae en cuenta de lo que Jinx dice, viendo a donde la mano delgada y pálida reposa—. ¿Estás hablando en serio? ¿De verdad es eso?
Jinx asiente, aun viendo al frente y teniendo espasmos constantes. Ekko se lleva una mano a la cabeza—. Oh mierda.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
— ¡Ummm! No pareciera haber nada raro—Ekko le hace una mueca ¿Eso es lo mejor que puede decir? —. No soy experto en esto, pero puedo asegurar que es un embarazo en buen término. Quizá de dos meses.
—Hace dos meses Viktor me dejó como una dona rellena—Ekko quisiera que Jinx no fuese tan honesta y gráfica. Ella se sienta en la camilla y se rasca el abdomen abultado—. Esto es ridículo. No sé supone que pueda.
「Eres una maldita inútil. Ese niño vas a ser el desgraciado más triste de todos」
「Seguro está muerto dentro tuyo」
「Vas a matarlo」
「¿Crees que Viktor va a quererte cuando sepa que dejaste morir a su hijo?」
— Jinx, reacciona.
Se aprieta el abdomen y da un quejido de espanto. Ekko y Heimerdinger asustados por la forma en que se distorsionaron diferentes objetos alrededor de ellos. Jinx se levanta a prisa y se va apurada, sin que ninguno de los dos pueda perseguirla.
┈
—Yo no sé una mierda sobre ser una mamá ¿Cómo se cuida algo tan delicado? Algo tan... Frágil.
Jinx de mantiene recostada de lo que luce como un capullo gigante. Color dorado y lleno de patrones, así como pintura porque le parecía muy aburrido en el momento.
—No sé qué se supone que haga—Estira las piernas y frunce los labios—. Lo... Lo voy a matar sin darme cuenta o... O a-alguien lo hará por culpa mía y—solloza viendo arriba—. Lo sentí tan claro hoy. Era... Era como si le estaba quitando fuerza por accidente ¿Qué pasa si ya está muerto?
『Sabes bien que no lo está』
Jinx levanta la cabeza y las confusión se vuelve enorme ¿Por qué Viktor luce así? Tan... Diferente. Abraza sus piernas y se siente levantada. No por su cuenta, como si hay una enorme plataforma debajo suyo. Se gira, arrodillada y ladeando la cabeza, igual a un pajarillo confundido.
『Está bien. Perfectamente vivo dentro tuyo, tan solo esperando el momento para salir de ti y verte』
Jinx se ríe, encogiéndose de hombros por la sensación de ser acariciada en la cabeza. Es una sensación muy cálida y muy dulce. Al abrir los ojos, es capaz de distinguir de mejor forma lo que hay delante suyo: una máscara colorida y enorme, ligeramente parecida al rostro de un lobo, con dos brillantes ojos dorados; un cuerpo en diferentes colores y destellos, lleno de brillos de estrellas y líneas doradas.
Está sentada en su mano y siendo acariciada en la cabeza por esta presencia tan enorme, tan irremediablemente escalofriante, pero que para ella se siente encantadora. Sobrecogedoramente perfecta y amable hacia ella.
『No debes preocuparte. Todo saldrá bien… me aseguraré de que todo salga bien』
—Que confiado eres, Viktya.
Abre los ojos, encontrándose de nuevo en el santuario y nadie más. Apenas la capsula donde Viktor sigue haciendo su pequeña “misión secreta”. Se gira y le da un beso a la superficie, con un puchero pronunciado.
—No sé cómo cuidar un bebé. No seré buena mamá… así que tendrás que ser un buen papá. —advierte en voz baja.
— ¡Listo! —exclama Jinx con las manos en la cintura.
Viktor exhala con fuerza y desliza la mano por la superficie metálica. Mira lo que hay a un lado: dos cilindros. Uno lleno de líquido negro y el otro, de líquido azul semi transparente. Jinx apoya la barbilla en el hombro de Viktor—. ¿Qué pasa? Ya te cagaste de miedo o algo así.
—Este cambio podría ser muy violento—murmura Viktor, apretando el bastón en su mano izquierda—. Podría alterar de mil formas mi mente, no solo mi cuerpo—entorna la mirada hacia Jinx—. Todo podría cambiar de un segundo a otro… aquí es donde más necesito tu ayuda, Jinx.
Gira hacia ella, que junta la manos tras la espalda y lo mira con confusión. Ocultando apenas su pánico a la posibilidad de que apagada ya no sea Viktor. El heraldo reconoce que pone mucho peso en ella, así como un temor muy grande. Jinx aborrece los cambios.
Que su mundo y las personas, cambien.
—No se trata de esta cúpula, ni siquiera de los materiales... Necesito que seas mi cable a tierra, que seas lo que me mantenga existiendo tal como ahora—La toma de la mejilla y Jinx apoya la mano en la de Viktor, cerrando los ojos con pesar—. Debes mantenerte aquí, conmigo, apoyándome. Dolerá mucho y también será largo, pero cuando termine, tendré la fuerza de detener cualquier obstáculo en nuestro camino hacia Zaun.
— ¿Prometes seguir siendo el mismo? Que… no vas a salir odiándome. —dice con voz temblorosa. Viktor junta la frente con ella.
Un chispazo que da la respuesta.
Te lo prometo.
┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈
Jinx se abraza a sí misma acurrucada junto al cpsullo metálico. No da cuenta de que de abre. Tampoco da cuenta de lo que sale y la carga para llevarla a la cama. Jinx suspira entre sueños y la caricia en la cabeza aumenta su sonrisa.
—VIIIkkk... —balbucea Jinx.
Viktor ladea la cabeza, tomando con suavidad la cabeza de la chica y el brillo delicado alumbrando la oscuridad absoluta. Jinx causa que parte de las sábanas varie, más acolchadas y esponjosa. La energía corre por el brazo ajeno y los ojos dorados de iluminan aún as.
— ¿Viktor?
Jinx reacciona, apenas entiende lo que hay delante. De levanta solo para sentársele encima y dormir así. Viktor la sostiene cariñosamente, si cuerpo metálico y púrpura en contraste a la palidez de la mujer.
『Duerme bien, Jinx』
✧ La última charla ✧
El ambiente se siente un poco extraño. Diferente. Todos en el consejo se dan cuenta de que Viktor está diferente a la última vez que lo vieron. Hay algunas marcas diferentes en su rostro, así como el hecho de que la esclerótica de sus ojos es negra y sus ojos permanecen dorados. En lugar de ese tono pálido y colorido.
Viktor tuerce un poco el gesto, viendo a la última adición a la mesa: Jayce. El hombre se sienta junto a Caitlyn. Luce incomodo, teniendo una barba densa y apenas cuidada. Él le huye la mirada por completo. Es clara su vergüenza y Viktor está enojado para este momento.
No puede creer que Jayce se atreva a venir y ni siquiera a lo mire a la cara. Considerando que es él quien está manchando el sueño de ambos.
—Invitamos a Jayce Talis bajo una sola razón—informa Caitlyn—. Siendo el cocreador de Hextech, él tiene algunos puntos que hacer y con los cuales, se puede compensar los vacíos en las propuestas que tenemos.
—Soy perfectamente consciente de lo que puede proponer—dice Viktor, sin darle tiempo de hablar. Jayce frunce ligeramente el entrecejo—. Los detalles no pueden importarme menos. Lo único que vine a saber el día de hoy es: ¿Qué va a pasar con Jinx? Y qué será de Zaun. Es perfectamente entendido para mí que todo lo que quieren conseguir, es que vaya a Piltover a seguir como fue hace unos meses. —apunta con desinterés en toda la situación.
—Zaun no podrá desligarse de Piltover. Son una misma ciudad. Las personas van y vienen y separarlas sería injusto. Somos un mismo pueblo—informa Caitlyn y Viktor suelta una risa sin gracia, sin variar su gesto en lo absoluto—. Con respecto a Jinx… hemos cedido aceptar la propuesta de su colaboración científica. Es otra cosa en la que Jayce está interesado en saber.
—Siendo que ustedes la hacen lucir como un arma viviente, no me extraña que esté interesado—apunta con una apenas notable sonrisa ladina y cínica—. Si esto es todo lo que tienen que decir—Viktor se levanta de su asiento—. Tengo más cosas que hacer en Zaun. Principalmente anunciar el cese de fuego.
—Dijimos que perdonaremos a Jinx. No a los demás. —señala Ambessa y Viktor da un bufido.
—No me preocuparía de ellos si fuera ustedes—musita en voz baja y la mujer siente sospecha del comentario—. Como dije, no tengo tiempo para esto.
Jayce se interpone en su camino y Viktor lo reta a intentar arrastrarlo por la fuerza, cosa que claramente pretendía. Jayce suelta aire y pregunta—: ¿Podemos hablar?
┈
—Sé que te molesta, pero no tenía más opción.
—Tenías la opción de no darle nada. Ninguno de ellos podría hacerlo solo de todos modos—discute Viktor de inmediato y Jayce sacude las manos—. Si hay tanta gente aterrorizada en Zaun, es precisamente por culpa tuya. Porque decidiste darles el poder de matar a todos usando lo que creamos para ayudar, para dar vida.
— ¿Entonces que querías que hiciera? Si esa pobre gente de la que hablas, no dejaba de tirar bombas y matar a personas en Piltover. Algo que tú no viste porque decidiste ir abajo como si ahí tuvieras algo. —reclama Jayce.
—Allá abajo está mi gente—informa Viktor entre dientes, luciendo especialmente irritado—. Y de quien menos esperaba algo como esto, era de ti, Jayce.
—Tampoco esperaba de mi compañero colaborar con la terrorista más salvaje de todas ¡La que casi lo mató! —Jayce no puede entender a Viktor. En lo que a él respecta, Viktor está siendo muy tonto y descuidado, así como hipócrita. Queriendo salvar de forma activa a una amenaza tan grande que causó tanto daño sentimental como estructural.
Jinx no es más que una asesina y Viktor pretende que por haber hecho armas de Hextech, son más culpables que ella.
—Esto es decepcionante. —dice Viktor con voz neutra, carente de emoción.
—Viktor, escúchame—pide Jayce, tomándolo por los hombros. Viktor usa tela negra que se enrosca en torno a su cuerpo, amarrado por Jinx, quien también lo peinó. El detalle de la pluma negra como colgante en la cadena en torno a su cintura es uno de los más llamativo—. Sé que no es lo que pretendíamos, que nuestro sueño no- Sé que quieres ayudar, que quieres hacer lo mejor para todos y no dejo de pensar que aún es posible. Aun podemos lograrlo. Solo… necesito a mí compañero conmigo.
— ¿Quieres que vaya contigo a seguir siendo como antes? —dice Viktor por seguridad en que no entiende mal. Jayce asiente.
—Ahora entiendes el arcano. Lo haces mejor que nadie. Todas las dudas, inexactitudes y detalles que teníamos antes ¡Son posibles ahora! —Jayce sonríe, esperanzado e ilusionado a la posibilidad. Viktor desvía la mirada—. Podríamos arreglar los problemas de personas como tú. Incluso todo lo malo que pasó, podríamos solu-
—Problemas de personas como yo. —Repite volviendo a verlo, Jayce tartamudea.
—Personas que van a morir por una enfermedad… incurable.
—No hay tal cosa en Piltover porque en Piltover, no hay agua contaminada, no hay aire denso que te obstruye los pulmones y la comida no está podrida, siendo lo único que puedes conseguir—Viktor aparta la mano de Jayce con brusquedad—. Piltover no necesita de mí y yo no quiero estar ahí para ver como destruyen y bastardizan mis sueños para ganar una guerra de superioridad.
Viktor se aleja de Jayce, quien se apura en perseguirlo.
—No quería molestarte, tan solo-
—Creo que dejé muy claro que no podemos volver a ser compañeros y mucho más importante, dejaste muy claro como ves esta realidad—interrumpe Viktor con brusquedad—. Adiós, Jayce.
Viktor se aleja, tomando su cetro y andando con su camino de regreso a Zaun. Jayce aprieta los puños y Caitlyn se le acerca, acariciando ligeramente su hombro—. Va a entrar en razón, no te preocupes. Él va a entender que es lo mejor.
—No, no lo hará. —murmura Jayce, negando con la cabeza y teniendo la tristeza obvia en sus gestos; Caitlyn mira el camino que Viktor recorrió.
—Tan pronto como Jinx esté lejos, entrará en razón… ella tiene la cualidad de dañar todo lo que se acerca a ella.
Jayce no entiende del todo como Caitlyn ve a Jinx. Esa capacidad de llamarla la culpable de todos los males que sucedan. Tengan o no relación. No quiere hablar más al respecto. Tampoco pensar en el hecho de que habrá un enorme ataque para forzar a Viktor a cumplir con las exigencias.
Además de matar a Jinx.
✧ Mover a las personas ✧
Sevika da un leve bufido, caminando junto a Jinx. No sabe bajo qué razón se atrevió a ir a pedirle ayuda de nuevo. Es una situación anómala. Incluso su ropa: las dos trenzas sobre su hombro derecho, hechas de forma distinta y muchísimo más intricada, llena de cintas y pequeños anillos metálicos; una capucha blanca que le cubre la cabeza, poncho traslucido que permite ver su top negro. Tiene una insana cantidad de tela enrollada en torno al abdomen. Es la primera vez en años que la cubriéndose de esa forma.
Sus zapatos son zapatillas muy pequeñas, enrolladas a lo largo de toda su pantorrilla y un pantalón que llega hasta la mitad de su muslo. Se quita al capucha, exponiendo de mejor su rostro y marcas; los ojos delineados con dorado, azul y rosado; los labios pintados de dorado y negro. Sus manos llenas de anillos, tal como sus muñecas con anillos y pendientes largos.
Ambas están de pie delante de la estatua de Vander, donde las Jinxers convocaron una importante reunión. El grupo que se pintó de azul y rosa llegan emocionado por ver a la fuente de esperanza, vida y justicia para Zaun. Más persona se comulga. Los curiosos, los expectantes, los ansiosos, los que quieren ser convencidos. Jinx da una pequeña risita, juntando las manos y tintineando los anillos.
—Me alegra que vinieran tantos… ¡Es algo que ellos no creerían posible! Que nos juntemos aquí—celebra Jinx dejando caer la cabeza a un lado—. Después de todo, supuestamente somos unos inútiles que ni siquiera pueden ponerse de acuerdo. —bromea.
Camina un par de pasos, Sevika entrecierra los ojos, cautelosa. Jinx tararea un poco antes de dar un anuncio:
—Nuestro heraldo va a hablar con las personas de Piltover… él va a negociar nuestra libertad—Apoya la mano en su pecho, con una sonrisa condescendiente y causando que las personas se acerquen más, aumentando la muchedumbre en el espacio amplio y nocturno—Él quiere que no seamos dependientes de Piltover. Que seamos nuestra propia nación, que seamos Zaun—enfatiza Jinx y baja de la fuente—, pero ¿Saben? Él es demasiado bueno—chuchea con clara lastima al respecto—. Tanto que Piltover se piensa aprovechar de él.
Hay horror en el rostro de la personas, que empiezan a murmurar al respecto. Sevika se mantiene cerca de Jinx, cuidando que nadie quiera tocarla o hacer algo. Supone que ese es su rol.
— ¡No es algo que podamos permitir! ¡Él es nuestro heraldo! ¡Es nuestro salvador! ¡Es quien puede darnos el Zaun que todos hemos soñado! —exclama Jinx con más fuerza, con ademanes exagerados y entusiasmo igual de amplio que su sonrisa—. Puede darnos el cielo, aire limpio, cuerpos sanos, hijos sanos, vidas largas… ¡Podríamos ser como Piltover o mucho más! —afirma convencida de ello.
De que Viktor con su mera existencia puede darles ese sueño que todos tienen. Incluso los más desdichados, avaros y crueles aquí, quisieran mejor aire, quisieran un cielo con estrellas; hay tantas cosas que sueñan en la parte más profunda de ello y que le frustra no poder conseguirla. Indiferente al poder que haya recolectado a lo largo de los años.
—¿Qué va a pasar? ¿Cuál es el problema? —pregunta alguien entre la multitud y Jinx se balancea en sus pies, poniendo un dedo frente a sus labios violeta.
— ¿No es obvio? Piltover se lo quiere quedar. Piltover nos lo quiere robar—Incluso al haber bajado la voz, quien lo escuchan lo repiten y se vuelve un eco. Cacofonía de molestia, incredulidad y ofensa—. Dicen que nosotros le hicimos tanto daño, que él debe sanarlo; que allá también lo necesitan, pero ¿¡Cuando ellos han necesitado algo!? —increpa a la multitud que se mueve negando—. ¿¡Cómo seríamos tan tontos de no notar que quieren robarnos nuestra esperanza!? —Se golpea el pecho con la mano abierta.
Sevika pone el brazo delante de Jinx, cubriéndola, evitando que se le vengan encima. Algunos ofrecen ir a proteger a Viktor, otros ofrecen atacar a Piltover ahora mismo, algunos piden más información. Es una marea de voces que solo se equipara a las voces que el atormentan en su cabeza.
A las que habitan tantas dimensiones…
Siempre son gritos.
A veces con odio.
A veces con preguntas.
A veces con desespero.
Tantas cosas que ya no se diferencian.
— ¿Saben? —dice Jinx con las manos en su abdomen—. Estoy esperando un hijo de él—Sevika voltea a verla con sorpresa, entrecejo fruncido y suma incredulidad—. Uno que será igual que él… más fuerza para nosotros, para perpetuar y hacer realidad el Zaun que queremos—Su sonrisa es demente, feliz, emocionada—. Quieren matarnos… y quieren quedarse con todo lo bueno que tenemos.
Jinx da un par de pasos adelante y abre los brazos.
— ¡Así que! —exclama aguda—. ¡Cuando sea el momento, ayúdenme a defender Zaun!
— ¡JINX! ¡JINX! ¡JINX! ¡JINX!
Sevika da un profundo respiro. Al menos algo se logró. Todos aquí están juntos en esto.
┈
—Te lo dije.
Vi se frota la cara, luego la cabeza y mira donde Jinx sigue siendo rodeada y ovacionada por las personas de Zaun. Ekko se apoya en el barandal y mira abajo, preguntándose cuál es el plan en hacer este anuncio, en dar a conocer su estado actual. Al menos sirvió para que Vi le creyera. Claramente quiso negarse a la probabilidad de que su hermana menor esté en espera de un bebé. Suena ridículo e indeseado por montón.
Vi desvía su atención a Ekko—. ¿Sabes qué tiene en mente?
— ¿Eso se puede? —Vi encoge de hombros. Supone que al menos Viktor puede y quien sabe, si Ekko está allá, cabía la posibilidad—. Escucha… ella es igual que un maldito huracán. Nada lo controla, solo pasa, pero puedes sujetarte bien y existir con eso alrededor o dejarte arruinar la vida. La verdad—Ekko deja caer los hombros, dando un suspiro—, prefiero la idea de tenerlo alrededor.
—Mató a varios de los tuyos. —apunta Vi.
—Sí, lo sé. Todos lo sabemos. Ayuda que se arrepiente.
—Eso no suena a Jinx. —comenta Vi con una risa sin gracia.
—Jinx tiene más de Powder de lo que pensaba—admite Ekko—, lo suficiente para que pueda creerla. Además—Ekko mira a donde Jinx se encuentra, abrazando a algunas personas y haciendo muecas con ellos, hablando de quién sabe qué cosa—. Realmente está haciendo algo por mejorarlo todo. Creo que es lo que más cuenta ahora.
Vi guarda silencio unos segundos. Al principio, eso asusta a Ekko, pero cuando habla, no evita sentir dolor por ella—. Aún recuerdo a Vander… muriendo delante de mí. Lleno de Shimmer, viéndose como un monstruo. También recuerdo a Mylo, Claggor… recuerdo tantas cosas y no puedo sacarme de la cabeza como eso pasó porque ella decidió no hacer caso.
—Vi.
— ¿Ummm?
—Qué duele más: pensar que ya perdiste todo o aferrarte a que aún queda algo de lo que amas—Vi se muerde los labios—. Ella está ahí—apunta Ekko, cruzando los brazos—. Peleando como una demente por mantener vivo lo único que la empuja a no ser muerte nada más. Peleando por hacer lo que Silco quería, lo que Vander quería; lo que queríamos cuando éramos niños—Ekko no sabe cómo dejar salir la maraña tan curiosa de pensamientos y sentimientos—. Para avanzar, a veces hay que dejar algunas cosas atrás.
— ¿Qué dejaste atrás? —pregunta Vi en voz baja.
—La rabia… el orgullo… Ha valido la pena. —opina Ekko y Vi se recuesta en sus brazos, viendo a Jinx que ahora se aleja, tan saltarina y animada como llegó.
—Aun si me decidiera, no puedo ir con ella… no con lo que he hecho hasta ahora.
—Quizá si puedas. Solo tienes que mover tu enorme culo hasta allá. Hay lugar. —Ekko consigue hacer que Vi ría un poco, apenas lo suficiente para demostrar que ni siquiera ella está totalmente perdida por la tristeza asfixiante.
✧ Cuando amenazan al cuervo y al nido ✧
— Tomaré esa cara de amargado, como que todo fue mal.
Viktor ni siquiera responde. Jinx anda a saltos, manos tras la espalda y tarareando animadamente. Ambos entran al santuario y Viktor se quita parte de la ropa, haciendo todo más fresco y sencillo. Se frota el puente de la nariz y da un bufido de profunda irritación. Jinx se sienta de un salto en un enorme cojín.
—Jayce intentó convencerme de ir allá. De subir ¿Quién se cree que es? —reclama Viktor, más para sí mismo que para Jinx—. Es un sinsentido tan grande que escapa a mi entendimiento.
—Ay ya sabes, Victimismo de Piltover, no es nada nuevo—desmerita Jinx con desinterés—. Entonces ¿Me vas a contar tu súper plan?
Viktor niega con la cabeza y Jinx da un resoplido—. Lo mejor es que te quedes aquí. No quiero que corras ningún riesgo. Ahora más que nunca. —Da un breve vistazo al abdomen cubierto de Jinx. Apenas han pasado unos días y ya luce un poco más grande. Ni siquiera tiene la certeza de que va a ser un embarazo normal. Quizá sea más acelerado por el Shimmer, quizá por ser ambos usuarios del Arcano... Hay tantas probabilidades y no quiere arriesgarse de ninguna forma
Que si algo sale mal, no sea por descuidados, sino la anomalía que significó todo este embarazo. Jinx se levanta de un salto y lo toma de la mano, haciendo que la toque en el abdomen.
—Creo que se mueve. Está drogado desde antes de nacer—tontea Jinx y Viktor la mira mal—. De todos modos...—Jinx lo hace subir poco a poco la mano—. Sería bueno que tú y tu verga metálica se apiaden de mi vagina impaciente. —Viktor masajea ligeramente el seno de Jinx, dónde ahora reposa su mano.
—No ahora.
Se aparta definitivamente. Jinx da un bufido.
—Ya acabaste tu parte de sabio conocedor y guía de los desdichados. Puedes prestarme atención. —critica Jinx. Viktor niega con la cabeza.
—Por hoy no... Hay que estar atentos y tú, calmada.
Jinx deja caer la cabeza, dando un quejido fastidiado.
No fue ese día, sino el siguiente. Todos despertando o interrumpiendo sus labores mañaneras debido a las explosiones que suceden en torno a la enorme comunidad. La mayoría corre hacia el centro, donde se encuentra el santuario. Una multitud de soldados noxianos y Vigilantes de Piltover entran a la comunidad. Rompiendo muros, arcos y viviendas en a su paso, disparando cañones y armas sin medirse.
Los Firelights entran en acción al instante, recogiendo niños y otras personas que se ven en problemas, divididos en dos grupos: los que apartan a los que viven aquí y los que atacan a los soldados.
Jinx sale de su laboratorio, explotando una burbuja de chicle y cargando el enorme cañón en su hombro. Le da un par de golpes y al hacerlo funcionar, dispara: la forma en que el misil sale volando es una sorpresa que apenas los Firelights pueden evitar. Jinx camina entre las personas, mascando el chicle. Ekko se detiene junto a ella.
—Hay más armas allá adentro. Pueden ir por ellas si quieren. También hice unos protectores super geniales. —afirma Jinx con una sonrisa creída.
— ¿No hay una barrera en torno se este lugar?
—Tengo que ir hasta allá a activarla.
Ekko asiente y retrae a los Firelights. Jinx vuelve a disparar los misiles, preguntándose ¿Dónde está Viktor? ¿Qué está haciendo exactamente? Sabía que esto pasaría. Es un poco extraño. Por el momento, no ve a nadie muerto, lo cual es afortunado. Entrecruza a Fishbone en su pecho, toma la pistola en su mano y mueve los hombros.
Tiene una camisa blanca algo holgada y pantalón corto de tela gastada, también va descalza. Estaba jugando con sus experimentos. Es muy temprano para estas cosas. No está maquillada y tiene las trenzas en un moño tras la cabeza. Apenas es posible para los soldados reconocer que es ella, consecuencia de los tatuajes y cabello azul.
Su cuerpo se acelera, el movimiento es eficaz y en ello, está atacar e ir en contra de los soldados. Diferentes distorsiones gracias a su reacción enojada a no conseguir lo que quiere con cada uno de ellos; armas que se dañan o destrozan en las manos ajenas. Salta atrás, casi dejando caer a Fishbone y viendo a Rictus que se pone en posición con la lanza en la mano. Del suelo surgen botas que le quedan perfectas a Jinx, quien apunta con una sonrisa.
Jinx le dispara, la energía rebota en las rocas talladas del brazo del noxiano; cambia de táctica, atacándolo directamente y siendo rodeados por noxianos que apuntan con sus lanzas de mental. Los Firelights se hacen cargo de la mejor forma que pueden. Hay una explosión nueva, Ekko se detiene a mitad del aire, sorprendido de la gente que viene desde Zaun.
Todos con sus armas, atacando así sea a puños. Los Jinxers a la cabeza y aunque son menos a las tropas, están dando todo de ellos.
En ese momento, es cuando entiende por qué Jinx fue a hablar en la estatua de Vander: quería que todos vinieran a ayudar, sentirse incluidos en proteger a Viktor y generar orgullo cuando la batalla sea una victoria. No hay forma en que no lo sea. Ekko pone en marcha a ayudarla, golpeando a rictus en la cabeza con el bastón de brillo azul verdoso que Jinx dejó etiquetado para él en específico.
Ella aprovecha la oportunidad para subirse al hombre noxiano y apuñalarlo un par de veces en el hombro, casi en el corazón, él se la quita de encima, tirándola a un lado y Jinx se cubre para no recibir la patada en el estómago. Las runas en Rictus lo protegen de la distorsión que causa Jinx en torno a ella para protegerse; él la toma del cabello y la levanta, golpeándola en el rostro. Ekko salta de la tabla, derribándolo y yendo directo hacia Jinx—. ¿Todo bien?
—C-creo que tengo la nariz en el cerebro-
Lo aparta rápido y se mueve de forma dolorosa, con el Shimmer forzándola a reaccionar más y más rápido para no resultar herida y Ekko tampoco. Ekko se ve atrapado por los soldados noxianos, apenas evitando ser apuñalado. Breves y largos destellos rosados a cada movimiento de Jinx que huye y golpea a Rictus en lo posible; Rictus la toma de la trenza que se soltó del moño, la jala con fuerza y la sujeta con su bíceps, asfixiándola; las runas verdes surgiendo en torno a ellos y Jinx agitándose hasta gritar de lo mucho que el Shimmer la agita.
Duele muchísimo.
Duele demasiado.
Rictus la acerca a uno de los soldados que levanta el arma para apuñalarla. Aprieta los dientes y contiene el aire, sujeta la cuchilla con sus manos, empezando a sangrar. Lágrimas de Shimmer escapan, así como saliva y el cuerpo del soldado explota. Rictus toma el resto de la lanza y apuñala a Jinx en el costado.
A punto de apuñalarla en pecho, detenido solo por el disparo en la cabeza. Jinx se sujeta la herida, dando quejidos histéricos y viendo alrededor antes de fijarse en la barrera azul en torno a ella.
— ¿¡Está bien!?
Jinx gimotea, ladeando la cabeza ¿De verdad es Vi? Solo ella tiene las manos tan grandes para usar esos guantes. El escudo se desvanece y Jinx se agita, levantando una enorme barrera de cristal en torno a ambas. Vi deja caer los guantes y va hacia ella, revisándola.
— ¿E-eres Vi…?
—Te golpearon bastante fuerte si estás preguntando—refunfuña la luchadora que se quita las cintas de la manos—. Vamos a llevarte a otra parte menos-
Se interrumpe por el cristal roto y antes de que Vi pueda levantarse, sucede algo extraño: hilos dorados se adhieren a la cabeza del soldado. Cientos y cientos de hilos que salen disparados a todas partes. Vi ayuda a Jinx a levantarse, el cristal se deshace y Ekko llega hasta ambas. Para evitar más esfuerzo o cualquier daño extra, Vi carga a Jinx y trota entre los soldados.
No alcanzan el santuario, no con lo que sale poco a poco de este.
┈
— ¡Viktor! ¡Creo que es un buen momento para salir!
Heimerdinger no está seguro de qué es lo que hace Viktor. Flotando con los ojos cerrados y en lo que parece una sesión de meditación intensa. El tiempo corre más rápido de lo que Viktor percibe, ensimismado.
Percibe todas las mentes que entraron aquí. Todas y cada una de ellas. Revisa cada una de ellas. Busca sus intenciones, sus vivencias, sus emociones; percibe a las personas que vinieron a ayudar. Descubre la pequeña exposición que Jinx hizo en la estatua de Vander…
Ah, su cuervo adora ser escandalosa.
Heimerdinger exclama, sorprendido y pasmado en partes iguales, retrocediendo. Viktor no solo abrió los ojos, también formó una máscara que pareciera abrirlo, luciendo parecida a un lobo. Su cuerpo creciendo de tamaño y mutando la ropa que tiene encima. A medida que camina a la salida del santuario, aumenta su tamaño, un tercer brazo surgiendo de su espalda y cuando está la garra formada, crea una aureola de runas en torno a su cabeza. Viktor da un leve toque con su bastón, causando que varios hilos dorados salgan disparados en todas direcciones.
A la vez, su atención se fija en lo que viene en su dirección: Vi cargando a Jinx, Ekko apenas un paso más atrás. Viktor se inclina, ladeando la cabeza y Jinx se ríe tiritando.
—La próxima actualización de programación, ponla antes de todo ¿Sí? —bromea Jinx y Viktor da una leve risa, sonando robótico.
『Lo tomaré en cuenta』
Da un toque en su frente, como siempre lo hace y Vi aprieta los ojos, cegada por un instante. La sorprende que Viktor le quite a Jinx de las manos, con este sosteniéndola en su antebrazo. Jinx lo abraza por el cuello, frotando al mejilla en la máscara gris.
Su cabello azul recogido en un moño alto, seguido de múltiples trenzas llenas de pequeñas piedras preciosas; un collar dorado que sostiene la tela cubriendo su pecho, un chal largo y traslucido; cadera con largas cadenas doradas y tela blanca cubriendo parte de sus piernas, llena de patrones traslucidos que formó el arcano.
Incluso sus manos tienen guantes, resaltando que tiene un anillo en el dedo anular.
『Lo lamento por haber tardado』
—¡No importa! Estábamos bien. Incluso si seguías durmiendo, podíamos solos—afirma Jinx sin separarse de él—. Además, me diste ropa bonita ¡Eso compensa un poco la puñalada! Ahora dale gracias a Ekko y la manotas, que casi me sacan las tripas si no me ayudaban.
『Soy consciente de eso… espero que consideren buen agradecimiento lo que sigue』
Ambos se apartan, siendo que Viktor avanza hasta quedar en una pequeña y elegante plataforma que se creó. La garra tras su cabeza se mueve con mayor agitación. Todas la personas con los hilos dorados en la cabeza, incluso cadáveres, empiezan a flotar. Poco a poco ocupan el cielo y cuando la garra se detiene, haciendo un retumbar y con las runas brillando con más fuerza, todos los cuerpos empiezan a cambiar.
Se hacen blancos.
Se llenan de mecanismos dorados.
Dejan de ser humanos y una vez en el suelo, permanecen de pie. Silenciosos, estáticos.
『Todos quienes signifiquen un peligro para Zaun, quienes quieran impedir su nacimiento y consecuente florecimiento, acabaran de esta manera: como simples máquinas utilizadas para el bien de Zaun』
Todos escuchan a Viktor. Desde los que están cerca, hasta los que están lejos. A Vi le produce escalofríos la imagen ¿Todo depende de lo que Viktor crea? La sobresalta las exclamaciones y celebración que viene de parte de los Jinxers, quienes corren hasta donde está él, haciendo una reverencia con la cabeza. Jinx se ríe, balanceando la piernas.
— ¿¡Ven!? ¡Piltover lo quiere porque sabe que él puede controlar el mundo si quisiera! —exclama Jinx y Viktor continúa vigilando los pensamientos de todos. Si hay alguno que se haya escapado (de ser posible)—, peeeeero es nuestro: nuestro salvador, nuestro heraldo de bonita cinturita. —Le da un beso sonoro y Ekko se lleva una mano a la cara.
Claro que no podía reprimir el comentario.
『A partir de hoy, todo será muy diferente』
El anuncio es escalofriante. Tanto como maravilloso. Causando emoción en todos los Zaunitas que vinieron para ayudar en la protección del tan hablado y estimado heraldo. Guiados por el cuervo que grazna risas, parado en el brazo de sus señor.
La falta de noticias no solo es preocupante, también extraña ¿Algo salió mal? Cuando se hace medio día, Ambessa toma la decisión de ir a investigar. Llevar una tropa extra en caso de ser necesario. El escándalo en Piltover hace a todo el consejo ir a ver qué sucede. Todo para encontrar que el puente está ardiendo en llamas. Destruido por la inestabilidad, el fuego y explosiones que suceden. Caitlyn está convencida de que, como de costumbre, esto es culpa de Jinx ¿Quién más podría hacer algo así? Es un puente, no se trata de una estructura débil. Es anómalo.
Para el momento de investigar, hay alguien caminando por el puente. Paso tranquilo, postura confiada y tamaño enorme. Caitlyn aprieta los dientes de ver quién viene siguiendo. Saltando sin interés o preocupación de lo que significa su sola presencia.
— ¿Qué mierda? —susurra Maddie apretando el arma en sus manos. Tensa. Jayce abre y cierra la boca una vez el Heraldo se detiene, apoyando su cetro en el suelo y la brisa agita grácilmente la capa en sus hombros.
『Me entristece la falta de entereza y honestidad que demostraron. En lugar de vergüenza, tan solo hay frustración en la mente de todos ustedes』
La voz de Viktor les produce escalofríos. Se nota que es él, pero ese tono tan inhumano que resuena denota un peligro inminente.
—Se trató de una forma de abrirte los ojos, Viktor. Ya que te niegas a ver-
『Soy capaz de ver muchas cosas, comandante Kiramman. Más de las que tú mente podría comprender… la falta de visión no es mi problema, sino la esperanza que tengo en el ser humano. Lastimosamente, ya no merecen de esa compasión. No tras intentar destruir lo que he construido y a mi cuervo』
Jinx agita los dedos, dando una risita. Ambessa le hace un gesto muy discreto a Maddie. No así que pase desapercibido. Jinx se balancea en sus pies, jugando con el arma que traía a la mano.
—Esto, no puede continuar Viktor—dice Caitlyn entre dientes—. Esta es tu última oportunidad: entrega a Jinx y-
『Está muy equivocada con esto, comandante Kiramman...』
Maddie desliza lentamente la mano, con el gatillo listo a disparar. Los ojos de Viktor refulgen así como su cetro, con los patrones del Arcano vibrando en el aire.
『Totalmente... equivocada』
A la vez que Maddie dispara a Jinx, específicamente a su cabeza, la bala rebota en un muro invisible y va a parar en su cabeza. Los soldados y vigilantes se ponen en posición, haciendo atrás a las personas del consejo; los hilos dorados surgen en el aire, yendo directo a ellos, eludiendo al consejo específicamente. Caitlyn recoge el rifle del suelo, apuntando a Jinx, pero ella le dispar en la mano, haciéndola tirar el arma. Se ríe, balanceando la pistola junto a su rostro.
Los cuerpos levitan, sujetos por los hilos dorados. Incluyendo el cuerpo de Maddie. La transformación en robots no solo los toma por sorpresa, también lo hace que docenas de ellos suban trepándose por el puente, siendo una eficaz barrera entre Viktor, Jinx y ellos.
— ¿¡Qué hiciste!? —increpa Jayce escandalizado.
『Reconozco que la violencia es parte intrínseca del ser humano. No es algo que pueda eliminar ni cambiar…』
Ambessa retrocede, reconociendo que el robot más grande de todos, es Rictus por una simple razón: Jinx lo escribió en el material blanco, casi para burlarse de ella.
『No obstante, no significa que deba perdonar a quienes la usan para atacar sin razón a mí gente, por lo que ahora no serán más que guardianes para procurar dicha paz』
Jinx se ríe, empezando a saltar entre los robots hasta subirse a los hombros de uno de ellos, sacudiendo los dedos—. ¿Quieren seguir molestando? Si lo hacen, será más divertido.
Viktor la recoge, no quiere que se lance hacia ellos. No es el mejor momento para eso. Viktor se da la vuelta, andando por el puente que hizo, pero se desvanece apenas terminó de cruzar. Dando la clara y simple señal:
Zaun está por su cuenta, tal como Piltover y si intentan volver, no tendrán suerte en ganar. Como mucho, en acabar como este ejército que ahora pertenece a Viktor.
┈
—Ya separamos Zaun de los Piltidiotas, así que... seh, ya lo logramos.
Jinx se abraza las piernas, sentada en la orilla del río. Luce muchísimo menos oscuro y el sol brilla tenue entre nubes delgadas. Mira fijamente el océano, que le moja los pies y también donde está sentada. Aprieta los labios y frunce el entrecejo.
—No sé si va a durar... si esto va a funcionar, pero quiero tener esperanza en que lo hará ¿Sabes? Quiero... permitirme tener esperanzas en esto—relata en voz baja, muy suave y pensativa—, sobre todo ahora que tengo un bebé en la fabrica—Hace una mueca y sacude levemente la cabeza—. Viktor está muy feliz con como terminó todo, está confiado de que puede manejarlo y creo que sí. Ahora es un Dios todo creído, metálico, con la cinturita más chiquita que se puede encontrar y un brazo saliéndole de la espalda—refunfuña rodando los ojos y recuesta la barbilla en sus rodillas—. Lo amo mucho... Creo. Bueno, estoy segura de que sí. Me moriría sin él. Si me quedo sola de nuevo- desde que te perdí, se siente como si aprecio más a Viktor. Incluso cuando es un idiota.
Se relame los labios y cierra los ojos, apretando los brazos.
—pero... ¿Por qué no vienes? ¿Por qué no me hablas? ¿Por qué...?
Jinx.
Gira bruscamente la cabeza, entreabriendo los labios y encontrándose a sí misma en otro lugar. Más específicamente la oficina de Silco. Lugar al que se obligo a no ir de nuevo jamás. Boquea, anonadada de verlo. El hombre de piel grisácea y ojos dispares que expone notable confusión, pero ese ligero brillo de cariño hacia ella.
¿Necesitas algo?
Solloza y se mueve rápido, lanzándose a abrazarlo, recostando la mejilla en su hombro y rasguñándolo de lo fuerte que entierra sus uñas. Silco apenas sisea y Jinx gimotea—. Lo siento, lo siento, de verdad lo siento-
¿Por qué? No haz hecho nada malo.
—Si lo hice, sí lo- Lo siento. —Esconde el rostro en el hombro ajeno y Silco la palmea en la espalda.
No has hecho nada malo, Jinx... Nunca lo has hecho. No pidas perdón de nuevo.
—Soy un desastre.
No. Eres perfecta. Nunca lo olvides.
Jinx se aparta un momento y en ese breve instante, Silco ya no está ahí. Sonríe retorcida, mirando al agua de nuevo. Suelta una risa tonta y encoge de hombros—. ¡Lo voy a hacer bien! ¡TE PROMETO QUE LO HAREMOS MUY BIEN! ¡VAS A ESTAR ORGULLOSO DE MI! ¡DE MINI-MI! ¡DE VIKTOR! ¡Y DE ZAUN! —exclama sonriente antes de irse corriendo.
Alegre por primera vez y casi derribando a Viktor, contándole lo que vio, lo que sintió, como fue. Viktor no se toma el tiempo de reprenderla por haber saltado a otra dimensión por accidente, que quizá cause algún problema en el funcionamiento multiversal. Por fin consiguió eso que tanto pidió: Silco. Jinx logró ese cierre que tanto quería.
Pedirle perdon.
Escuchar su voz.
Abrazarlo de nuevo.
Una pequeña despedida...
Es como cerrar con el último mal que Piltover le hizo.
✧ Diferente ✧
La vida en Zaun ha mejorado de forma increíble. Lograron hacer una gran limpieza en el ambiente, por lo que ya no hay problemas con el aire. Hay flores por doquier, bajo constante cuidado y manutención para asegurar el ambiente. Los edificios han sido renovados con ayuda de diferentes convenciones, algunos destruidos y reconstruidos.
El Shimmer se sigue produciendo, pero se utiliza como un método de energía para máquinas. Se gasta muchísimo más lento y amerita menos recursos. El Shimmer es tan sencillo de crear, que no significa una preocupación.
Ha habido algunos problemas y resistencia por el tema de vandalismo y mafias que sigue existiendo. Sin embargo, el problema se ha resuelto de la forma más usual en Zaun: matar o morir y quedarse con lo que dejen atrás. El comercio exterior sigue funcionando y gracias a tener su propio Hexgate, se han empezado a vender diferentes recursos.
Shimmer, armas, invenciones curiosas.
Incluso el agua del río se ha podido limpiar gracias a filtros y represas.
Viktor se siente orgulloso de todo lo que ha podido hacer, que finalmente la vida se sienta normal y no como un infierno. Hay enfermedades, es inevitable y hace lo posible por ayudar. Así mismo como haberse convertido en profesor. Heimerdinger ha ayudado muchísimo al respecto, incluso Ekko se unió.
Varios meses así y aunque como bien dirá y se le nota en el gesto de satisfacción y orgullo: está feliz, lo que más lo alegra es que todo en su vida personal va sobre ruedas por igual.
Jinx se ha podido relajar mucho. Aún es protectora. Demasiado, en realidad, pretende que nunca lidie con nada, no obstante, con dormirla para poder salir, basta. Hacerla quedarse quieta por el embarazo fue complicado. Ahí es donde más necesitó de Ekko y Sevika, quienes le paraban de hacer tonterías.
Su vientre no creció demasiado y la duda empezó a surgir entre ambos: ¿Sería un niño normal? De total carne y hueso ¿Sería parecido a ambos? ¿Tendría capacidades de manipular el arcano? ¿Nacería enfermo como Viktor? ¿Nacería con Shimmer en la sangre? Son tantas dudas que más de una vez han vuelto histérica a Jinx.
Diciendo que ella lo hizo mal.
Que lo lastimó.
Que por su culpa será un niño sufriendo.
Que tal vez sería deforme.
Incluso el día del parto, se trató de toda una tragedia porque inicialmente no respiró, tampoco lloró y si Jinx no hizo explotar todo alrededor por su pánico, fue porque Viktor pudo controlar la situación. Al final, fue solo un pequeño retraso y la bebé en cuestión estuvo perfecta.
Durmiéndose solo por comer y estar en brazos de Jinx.
—No es justo, se ve como tú.
—Solo es el cabello. —ríe Viktor con suavidad. Jinx moquea, ladeando la cabeza.
Es muy pequeña.
Demasiado pequeñita.
「Vas a matarla…」
「La estas drogando desde ahora. Va a morir por intoxicación de Shimmer」
「Antes de que te des cuenta, va a—」
Viktor desliza los dedos por la frente de Jinx, silenciando las voces que la están haciendo llorar—. Ella va a estar bien. No te preocupes. Va a estar bien. —promete antes de besarla en la frente y Jinx da un sollozo.
El primer mes: la misma inquietud todo el tiempo, sin dormir o sin separarse de ella por el pánico de que muera.
El segundo mes: observándola fijamente, siendo observada de regreso porque ya puede abrir los ojos y muestra su color, siendo dorados.
En el tercer mes: si Jinx o Viktor no están en su campo de visión, llora y ahí es donde notan que sí tiene algo diferente…
— ¿Por qué no suena?
Viktor palpa un poco el cuello regordete mientras la bebé se mueve de forma un poco animada, abriendo y cerrando la boca. Hasta ahora anotaron que cuando llora, es extrañamente silenciosa, no así que fuese molesto. Más bien resultaba conveniente. Siendo que Jinx se altera a los sonidos muy fuertes y repentinos.
—No parece estarlo—responde Viktor volviendo a dejarla en la cama y ella golpea, balanceándose un poco—. Quizá es cuestión de desarrollo.
Jinx no cree que sea eso y a más días pasan, la preocupación al respecto crece. No importa cuánto se haga, la bebé no hace sonidos. No balbucea, como mucho respira fuerte y emite gagueos que no son precisamente lo que buscan. La conclusión a la que llegan para el cuarto mes, es simple: la bebé nació muda.
—Podrías curarla si quisieras. —apunta Ekko. Jinx lleva toda la mañana llorando, cargando a la bebé y pidiéndole perdón por no darle voz. Viktor niega con la cabeza.
—No se trata de un defecto. Ella es así. —discute Viktor.
—En eso tienes mucha razón—opina Heimerdinger con deje orgulloso—. Vino a este mundo sin voz, pero ¿Cuándo eso ha detenido a alguien de continuar? —Ekko rueda los ojos. No considera que sea lo mejor. Viktor mira su mano un momento.
—Viví toda mi vida enfermo y si no fuese porque estuve a punto de morir, me habría dado igual tener problemas al caminar. Despreciaba la idea de morir, no así de vivir con dificultades. Siempre fui capaz. Incluso cuando otros pensaban lo contrario—murmura y Ekko desvía la mirada, un tanto apenado—. Jinx aun con todo lo que hay en su cabeza, es capaz de maravillas… las imperfecciones son parte de nosotros. No algo que deba corregirse. —concluye Viktor en voz baja.
No va a querer menos a su hija por ser muda.
Tampoco quiere tratarla como un experimento que salió mal.
Se acerca a Jinx, tomándola del hombro mientras la bebé abre y cierra la mano hacia él.
—No llores tanto, Baby Blue. No tienes que disculparte con nada. Ella es perfecta tal como es. Igual que todos. —La besa en la cabeza y Jinx se recuesta de él.
Aun ansiosa.
Aun preocupada.
Aun culpable.
「Hiciste a una niña defectuosa」
「Ni siquiera pudiste darle una puta voz, eres un fracaso」
「Una niña incluso más patética que tú」
—No está defectuosa ni es un fracaso. Isha es bonita. Dejen de decir mierda—pelea Jinx con voz temblorosa y se fija en el sonido gangoso y curioso. Ambos se fijan en Isha: se ríe mostrando las encías y aunque no hay carcajadas, hay ligeros sonidos que resultan tiernos viniendo de ella—. No te burles de mí. Que te estoy defendiendo. —gimotea Jinx y Viktor se ríe, negando con la cabeza.
Isha se sigue riendo, imitando a Viktor y dándole golpecillos a Jinx.
┈
Investigó un poco. Ese espacio en el que Jinx estuvo con Silco hace meses es casi igual al que tienen aquí.
La diferencia es que ahí, es Jinx quien muere.
Ahí es Silco quien la llora.
Afortunadamente, no causó ningún problema en el flujo de la existencia. Todo seguirá su curso. Carga a Isha que estuvo golpeando un juguete contra la cuna para llamar su atención. Le da un beso en la cabeza y sale del santuario para despejarse un rato, además de ver a Jinx volando en una maquina que lleva perfeccionando un buen tiempo.
Sonríe de forma inconsciente. Feliz de que tuviera ese cierre necesario, que no dude tanto de esta oportunidad que la vida le da. Jinx salta descuidadamente y Viktor cambia de forma para atraparla. Jinx lo besa en la mascara e Isha se ríe, golpeándolo en la mascara porque siempre le parece graciosa.
✧ Unión ✧
—Si soy franco, pensé que te habías ido.
Viktor ladea la cabeza, expresando confusión en ver a Vi aquí. Luce igual de golpeada que siempre. Sabe que hay algunos males existiendo por debajo cuerda, pero mientras se mantengan bajo control, los permite existir. Las peleas y apuestas como uno de esos. Da por hecho que Vi estuvo ahí metida todo el tiempo. Desapareció de la nada y creyó que se había ido de Zaun.
No a Piltover, quizá Demacia o Noxus, cualquier lugar lejos. Su presencia no solo es anómala, también el aspecto de que es una muerta en vida más que una persona. La permite continuar, no tiene armas (aparte de los brazos y los puños).
— ¿Jinx…?
—Está en su laboratorio, Isha se duerme a esta hora—Vi frunce las cejas, confundida—. Nuestra hija.
—Oh, cierto… eso ya pasó—Vi se rasca la cabeza, ambos tomando asiento en la pequeña plaza con una fuente. Estrambótica y diseñada por Ekko, pero que cumple con ser una bonita distracción para pensar—. ¿Todo fue bien?
—Sí. Aunque creo que esperaba que estuvieras ese día—Vi desvía la mirada—. Puedo decir que la hirió mucho tu abandono… otro más.
—No… no me sentía viene estando aquí, ni con ella, con nadie, en realidad—murmura Vi. Metida en sus pensamientos—. Incluso ahora, no sé qué hago aquí—Sonríe torcida y tensa—. Quizá… pedir porque no me explote en la cara haber venido. Es…
— ¿Qué quieres, Violet?
Vi deja caer la cabeza, ojos aguados y cuerpo tembloroso. Abre y cierra la boca.
—Quiero… estar con la única familia que me queda—confiesa con voz quebrada—. Quiero tener un hogar de nuevo, pero no puedo—Vi se frota la cara—. No puedo dejar atrás todo lo que pasó. Todo lo que hizo, todo lo que hice. No sé cómo lidiar con todos esos sentimientos, todo lo que pienso: me hiere verla, pero me hiere no tenerla cerca y saber que existe y…
—Está bien sentir odio—dice Viktor—. También el rencor que persiste. Nada de eso tiene que desaparecer de la noche a la mañana o invalidar lo que sientes—Vi voltea a mirarlo, llorando para este punto—. Lo que te está causando daño, es que te estás forzando a mucho, ver todo en blanco y negro. Siendo que todo es… una mezcla de colores, más allá del gris y sus tonalidades.
—Tengo miedo a que todo se quiebre. Todo lo que amo cambia y no puedo sostenerlo. —solloza Vi.
— ¿Lo dices por Caitlyn? Por sentir que no fuiste suficiente-
—Toda la vida me he sentido menos que ellos, que ella; no sé qué hacer, no sé sí… no sé si puedo hacer algo bien. Sí merezco estar aquí—Viktor tiene la sensación de que Vi ha tenido una insana cantidad de tiempo para pensar. Con inseguridades multiplicandos nocivamente en su cabeza. Es deprimente por sí mismo—. Me duele lo que me hizo, lo que no logré; me duele no haber estado para cuidar de Powder, impedir que se hiciera Jinx, hacerla sentir que la cambié… hay… hay tanto que…
Viktor le da palmadas en la espalda, dándole unos segundos antes de preguntar—: ¿Quisieras que lo arregle? Tu corazón roto… que el dolor te impida perdonarte. Puedo hacerlo.
Vi duda por unos segundos antes de preguntar:
— ¿No puedes quitarlo todo?
—Entonces no serías Violet… te ofrezco un empujón a que esto que te paraliza, deje de retenerte a ir hacia lo que te hará feliz.
Vi se muerde los labios y asiente. Viktor se levanta y arrodilla delante de ella, acercando la mano hasta tocar su frente con los dedos.
┈
Tararea mientras sigue trabajando, revisando con una lupa el metal que acaba de tallar con runas. Balancea la cabeza, teniendo el cabello en una trenza larga que enroscó en su brazo para no pisarla. Se quita las gafas de protección y se levanta, apoyando las manos en el escritorio y entrecerrando los ojos:
—No falles ahora. —ordena Jinx en voz baja.
Le da un pequeño toque y el pajarillo de metal empieza a piar hasta ponerse volar. Levanta los brazos en gesto triunfal. Ahora debe hacer uno gigante para subir y volar a donde le dé la gana. Seguro será divertido. También sabe que a Isha podría gustarle. La alertan los toques en la puerta—. ¡Ya funcionó! Necesitaba la runa de-
Jinx frunce los labios y las cejas, Viktor con Vi a un lado. Jinx se acerca, mano en la barbilla y ligeros bufidos. Analizándola para asegurarse de que no es mentira. La extraña las marcas en la frente. La señal de que Viktor le hizo algo. No luce muy distinta. Para nada como los primeros hippies que Viktor creó al no saber cómo controlar sus ideales del todo.
Luce tal como ella. No mucho más.
— ¿Te echaron del foso de mierda dónde estabas? —pregunta Jinx apoyando la manos en su cadera y viéndola de arriba abajo—. Supongo que incluso ellos se aburren de verte joder hasta el último idiota que cree que puede-
Se calla por el abrazo. Mira a Viktor que le hace un pequeño gesto antes de salir del lugar, dejándolas solas. Jinx no corresponde el abrazo, aun confundida y sin saber cómo reaccionar, creando algunas alteraciones alrededor por los nervios. Vi da un profundo respiro.
—Te he extrañado tanto… tanto—Jinx se tensa, abriendo más los ojos—. Lo siento por haber desaparecido todo este tiempo, lo siento por lo que te hice… Lo siento mucho, Jinx—Los ojos se le aguan y los labios le tiemblan—. Sé que no soy tu persona favorita, tampoco a quien quisieras ver o tener en tu vida, pero—Vi la aparta con delicadeza y la toma del rostro, viéndola directo a los ojos—. quisiera estar junto a ti… tal como prometimos.
—Tú-
「Está mintiendo」
「¿Quién quisiera estar con una demente asesina como tú?」
「Mataste a Vander, Mylo y Claggor ¿De verdad crees que ella va a perdonarte?」
—No hablas en serio. —acusa Jinx con voz temblorosa.
—La única razón por la que volví es por ti y si siempre regreso, es por ti, pero esta vez no quiero irme- No voy a irme—Vi le acaricia al mejilla y Jinx solloza—. Entiendo que no me creas, pero quiero que sepas que esa es la verdad.
—Es… es que no-
La toma de la cabeza y se presiona contra ella, viendo su mente, verificando por su propia cuenta que sea honesta y… ¡Lo es! También encuentra lo que Viktor hizo: sellando algunos demonios y monstruos, manteniéndolos lejos de Vi que se manifiesta como una figura sencilla, sin nada que la contamine o dañe. Incluso capaz de verla, moviéndose en su dirección. A Jinx la aterra lo íntimo de esto y aunque trata de rehuirle, Vi la abraza y la contiene.
Sonriendo al verla en el plano astral, que sea esta figura tan brillante que la hace saber que en efecto: es su pequeña y animada hermana que parecía venir de un mundo distinto, lejano e impredecible. Jinx solloza y la abraza, casi escondiéndose en ella. desesperada por disfrutar de este momento que tanto esperó.
Que no se interrumpe.
Que le da una paz que no sabía que necesitaba, que estuvo buscando desesperadamente y la hace sentir completa de manera inigualable.
Pasan mucho rato abrazadas, incluso sentadas en el piso, con Vi haciendo algún comentario sobre sus meses lejos: sí viajó, estuvo en Noxus unas semanas y regresó, considerándolo agobiante y bastante molesto; una pirata la estuvo molestando por mucho tiempo; quedarse tan solo echada en cama por hora y horas, días enteros donde sentía que se estaba ahogando…
Es algo que no sabía que necesitaba: tener una idea más clara de la vida de su hermana mayor. Que sea tan honesta es… extraño, pero agradecido. La ayuda a ignorar que las voces en su cabeza la molesten o digan que Vi miente.
Un tintineo las distrae. Jinx se levanta de un salto, llegando a la cuna y sacando a Isha. Vi se levanta por igual, sorprendida. Jinx chuchea a Isha que gimotea, llevándose la mano a la boca—. Isha, esta perra llena de aceite es tu tía. Vino a que la fastidies—Jinx le da besos en la mejilla y en el cuello, consiguiendo que sonría y se agite. Vi recibe a Isha en sus manos y la mira fijamente.
Es igual a Jinx cuando era bebé: ojos enormes, brillantes, curiosos; rostro ligeramente lloroso, totalmente redondo; cabello disparatado y suave. Sonríe inconscientemente e Isha hace lo mismo, gagueando y dándome golpes con la manos abiertas. Cuando Vi la agarra mejor, Isha le jala del cabello y de la oreja.
— Es muy callada.
—Este horno no sirve, el pastel salió un poco extraño—refunfuña Jinx, dándose golpes en el vientre—. No puede hablar—Vi balancea la cabeza—, pero es bonita… es una perfecta bola de babas que adora quedarse mirando. —Jinx ríe con deje enternecido.
—Bueno, a diferencia de su mamá: ella sabe guardar silencio. Es un logro.
—Y a diferencia de su tía, va a saber pensar y no solo pegarle a cosas.
—Nah, será como yo. —Vi se da media vuelta. Jinx chilla.
— ¡NO! ¡ES MI BEBÉ!
✧ Nido de cuervos ✧
Vi se adaptó muy bien al ambiente. Ayuda a que tenga tiempo con Ekko y forme parte del organismo policial que Viktor formó. Incluso le fabricó unos guante nuevos. Menos enormes e incomodos que los anteriores. Su relación con Jinx es una maravilla. Pelean a cada rato por tonterías y tienen sus momentos de hacerse bromas, pero es parte del encanto en la relación que tienen.
Pijamadas.
Comer juntas.
Ver inventos nuevos de Jinx.
Ayudarla cuando tiene ideas demasiado pesadas…
Cuidar de Isha.
Vi adora a Isha.
Su pequeña sobrina es su más grande adoración. En multitud de ocasiones tienen siestas juntas, Vi le da regalos constantes, juguetes y ropa que le parecen bonitos. Incluso empezó a tomar clases para poder entender lo que diga una vez pueda aprender lenguaje de señas.
Todo luce tan perfecto que Jinx tiene problemas creyéndolo.
— ¿Por qué esta tan inquieta? —pegunta Viktor con delicadeza. Jinx suspira acariciando la mejilla de Isha y luego, con su dedo en la boca de la bebé—. Sé que ha habido algunos intentos de Piltover para molestarnos, pero-
—Cada vez que tengo algo bonito, algo pasa y se jode—suspira Jinx—, no sé si puedo relajarme tanto. Si de repente va a pasar algo—Su gesto inquieta a Isha. La cual se asusta cada vez que Jinx grita o se comporta agresiva. Apenas han sido un par de veces, por lo general, Jinx es bastante calmada… o su forma de “calma”—. No quiero perderte… perder a Isha… perder a Vi… No es justo—Apoya la mejilla en su brazo—. Apenas los tengo ¿Por qué no puedo ser feliz con lo que amo?
「Porque eres una maldita hija de puta」
「Porque eres Jinx y siempre lo arruinas todo」
—No te pregunté a ti ¿¡Por qué siempre hablas cuando nadie te lo pide!? —reclama a un lado y Viktor se sienta a su lado. Le hace a un lado el fleco.
—Lo que querías y lo que Silco quería es una realidad. Todo está bien, Jinx… nadie va a hacerte daño. Tampoco a nosotros. No tienes que temer que se vaya. —asegura Viktor.
Jinx lo mira a los ojos y luego desvía al mirada. Es demasiado perfecto. Demasiado bueno ¿De verdad podrá mantenerse así? Se levanta de la cama y camina hasta Viktor, sentándose encima de él. Coge su rostro, le jala de las mejilla y luego junta los labios con él.
—Un poco de Happy time me quitaría la preocupación.
—Empiezo a creer que usas excusas para decirme de forma estrambótica que quieres sexo.
Jinx lo toma de la cabeza y le habla al oído:
—Quiero sentir hasta el último centímetro de tu verga llenándome el coño y llenándome el útero con un segundo bebé.
Viktor enrojece de todas la maneras. Aún no está acostumbrado a la forma tan grosera y directa en que Jinx habla. No que lo moleste, tan solo lo toma por sorpresa. Jinx sonríe picara y Viktor hace puchero—. Nuestra bebé está en la cama.
— ¡Vi la puede tener en la suya mientras tanto!
┈
Abre los ojos, rodándolos hacia la entrada del santuario. Viktor se mueve un poco en la cama, respirando lento y tranquilo, con su largo cabello café y blanco tendido en la cama.
Tal como lo está el cabello azul y suelto. Jinx aparta lentamente el brazo de piel violeta y mecánica, sentándose en la cama. toma la túnica de Viktor del suelo y camina lento hacia la entrada, lugar donde tres personas vestidas de negro clavan sus armas que atraviesan la barrera azulada.
— ¿Vinieron a matarlo? ¿O a llevárselo? —La tela le resbala ligeramente, exponiendo parte de su seno derecho. El cabello azul arrastrándose por el suelo y sus ojos abiertos de par en par, en el vibrante color de Shimmer. No recibe respuesta—. Llevárselo… todos quieren llevárselo…
Sus inquietudes no son tan simples como problemas imaginarios.
Son una certeza que Viktor ignora.
Tanta veces han venido aquí…
Tantas veces han intentado llevárselo…
Y tal como ahora, todo se resuelve con ella saliendo del espacio que considera sagrado y por ello, no quiere manchar. Ninguna de las armas logra hacerle daño, distorsionadas violentamente. Toma la cuchilla y la clava bajo la mandíbula del primero, empujándolo atrás hasta patearlo en el abdomen.
Se mueve muy rápido.
Los acaba muy rápido.
Y antes de darse cuenta solo son tres cadáveres en el piso,
Se sienta sobre uno, inclinada hacia su cara, quita al máscara y abre los ojos que antes eran marrones, arrancándolos con sus uñas. Una larga sonrisa en su rostro, así como el brillo maquiavélico de sus ojos.
—Tanto… para ni siquiera verlo. Qué patético. —burla llevándose un ojo a la boca y tragándoselo. Se ríe vibrando.
Jamás dejarán a Viktor tranquilo. Vendrán más y más por él, sea a llevárselo o matarlo y usar su cadáver de alguna manera. Quizá empeora que esconde los cadáveres, que hace aparecer como si viene de pelear con alguien en el centro de Zaun o en los barrios aun delictivos… Viktor tiene demasiada esperanza en la humanidad como para notar que debe ser desconfiado, que debe ser un poco más reservado, que debe ser un poco más cruel y estratégico…
Pero él…
Viktor es tan tierno.
—No deberías estar haciendo esto.
Tanto que aun la ve como si la va a regañar, como si le dirá que no haga esto… no lo hará. Jinx estira los brazos y es recogida del suelo, con el heraldo cargándola a donde va a darle un baño antes de volver a dormir. Jinx se recuesta en su hombro, dormitando.
—No iba a manchar la cama de sangre.
—Sé que si no te ayudo, tardarás horas.
Jinx se ríe y una vez en la tina, donde la desnuda y empieza a lavarla, Viktor solo medita al admirarla. Sabe que lo cuida, que suceden cosas de las que no se ha percatado. Reconoce que Jinx ha tomado esa responsabilidad en silencio y… no la va a hacer detenerse. No puede parar a aun cuervo de que grazne, vuele o picotee lo que considere una amenaza.
Por eso es un cuervo.
Su hermosa cuervo de plumas azules.
Le da un beso en la boca y Jinx se ríe, balanceándose de un lado a otro mientras Viktor la baña.
Su novio y dueño siempre tan atento a tenerla bien. Tan mimada como el cuervo más consentido del mundo.
Porfavor un capítulo extra como epílogo que hable de mi bebé isha o como Piltover entra en pánico masivo al ejército máquina de Viktor y al bebé adorable Isha al pensar que será mas poderosa que sus progenitores ME ENCANTAAAAA Por lo general me salen historias de romance jaivik Pero este también es bonito que Viktor aún sea el Dios de la gloriosa evolución Pero más humano es genial más aún que Jinx sea una runa salvaje viviente, todo lo que paso Jayce en el universo alternativo condenado no lo vivió este Jayce pues la runa se volvió una con Jinx y no hubo una corrupción tan grande de runas salvajes para las puertas hexadecimales y el árbol de Ekko me parece que Jayce talvez amaba a Viktor de manera romántica platónica y viceversa Pero todo lo que hizo el Golden Boy mando al carajo el cariño que le tenía Viktor y que en la historia quiera volver como si nada a ser compañeros como si no hubiera hecho armas es un gran tonto AL FIN una historia donde Ví y Caitlyn no quedan juntas no me mal entiendas me gustó su romance al inicio del programa Pero lo que hizo Caitlyn la manipulara para volverse ejecutor, gasear con gris Zaun y golpear a Vi por evitar que mate a su hermana y a isha eso es horrible para que después solo quede que la perdona y no profundizan mas las acciones que cometió contra los civiles de Undercity noop muy mal Que aquí este más resentida con Jinx que no vea lo demás es bastante acertada a lo que imagíne y que le eche la culpa por todo es muy ilógico Me encantó tu historia
SpartaCastiel117 on Chapter 8 Wed 18 Jun 2025 03:19PM UTC
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